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Todos los libros la tienen, tanto aquellos que han sido publicados por editoriales tradicionales como esos otros que han visto la luz gracias a un sello de coedición o a la autopublicación. No debes olvidarte de ella porque es crucial de cara a la distribución del volumen e imprescindible para otras cuestiones tanto o más importantes.
Por si no te habías parado a pensarlo, has de saber que cada libro, al igual que una película o una serie, también cuenta con una página de créditos. Este sirve para mostrar toda la información legal pertinente sobre la publicación y los nombres de aquellos que han participado en su edición, entre otras cosas. Se le llama, valga la redundancia, página de créditos, y en este artículo vamos a explicarte para qué sirve y por qué resulta tan necesaria.
Ya te mencionamos en un artículo reciente para qué servían los números del ISBN y del depósito legal, los cuales vuelven a hacer su aparición aquí. Y es que sin ellos es muy difícil realizar un buen seguimiento de un libro, especialmente cuando se trata de una edición venal que hay que encontrar en las bases de datos. En una página de créditos verás que (casi) siempre aparecen ambos.
El ISBN, esa ristra de trece números que identifica desde el país de edición hasta el propio editor del volumen, es único a nivel mundial y es imprescindible si tu libro va a ponerse a la venta. Usualmente se corresponde con el número de barras que se incluye en la contracubierta de cada ejemplar, pero también es necesario reflejarlo en esta página de créditos.
El número del depósito legal suele aparecer junto al ISBN. Se trata de una cifra que identifica al libro dentro del sistema de catalogación de las bibliotecas españolas. Si le echas un vistazo a la página web de la Biblioteca Nacional de España comprobarás que este tema no es moco de pavo, pues el objetivo del mismo es la preservación del patrimonio cultural del país. Ahí es nada.
El proceso editorial es largo y arduo, y en él participan un gran número de profesionales. Desde un traductor profesional hasta correctores ortotipográficos y maquetistas, sin olvidar a los diseñadores y a los propios editores, todos ponen su granito de arena para realizar una labor encomiable con cada publicación. Su profesionalidad hace que la edición de cada título sea lo más excelsa posible, y que con ello cada libro tenga una personalidad propia.
Antes no era nada común, por eso la lucha contra la invisibilidad de los traductores ha sido increíblemente larga. El hecho de que el nombre del traductor apareciera siquiera en la cubierta siempre fue rara avis, pero cada vez más se incluye esta información tanto en la parte externa del libro como en la página de créditos. Un éxito y una buena señal de cara al reconocimiento de tan difícil tarea.
Sin embargo, tampoco hay que olvidar el trabajo del resto de profesionales ya mencionados arriba. Si bien los correctores no suelen ver su nombre reflejado en esta página de créditos, sí es más habitual que los maquetistas o los diseñadores dejen su huella para la posteridad en ella. Porque sin ellos el proceso de edición se quedaría a medias.
Siempre, siempre encontrarás en una página de créditos quién es el autor o autora del libro. Junto a su nombre verás también un logotipo que ya nos es bien conocido: el del copyright (©). Se trata de un sistema que regula la propiedad intelectual y que indica quién es esa persona o entidad que posee los derechos patrimoniales o económicos del libro.
En algunos casos verás que, además del escritor, también el sello editorial aparece precedido de este símbolo. Incluso se hace en ocasiones con los autores de los prólogos, de las traducciones y de tantos otros elementos del libro, como las ilustraciones o las anotaciones al texto.
Además, por lo general y en lo referente a la cuestión de los derechos de autor, es común encontrarse también con un pequeño párrafo que se denomina aviso legal o reserva de derechos. Si bien no aparece en todos los libros, a veces es necesario añadir un pequeño texto con el objetivo de mostrar cuáles son los límites de reproducción del contenido de la obra, entre otras cosas. Aquí os dejamos un ejemplo:
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright.
Te sorprenderías de la cantidad de información que surge de la creación, edición y publicación de un libro. De momento te hemos hablado de las cuestiones más prácticas, pero vamos a hacer un pequeño repaso a otras indudablemente interesantes.
Por ejemplo, en una página de créditos verás un listado con el número de ediciones y reimpresiones del libro. Ahí aparece reflejada la fecha exacta de cada una, y aunque no parece que sea muy importante conocer esta información, tiene una razón de ser: el número de reimpresiones indica qué éxito ha tenido el libro. Además, no olvidéis que suele ser obligado indicar en una bibliografía académica qué edición se ha consultado a la hora de elaborar un trabajo, por ejemplo.
Por otra parte, cuando se trata de una traducción, muchas editoriales optan por incluir en un par de líneas el título y la editorial originales. Nada que no pudiéramos averiguar o que no encontremos, por ejemplo, en la misma cubierta, pero es algo que responde al gusto del propio editor.
Por último, no podemos olvidarnos ni del pie editorial ni del pie de imprenta, apartados donde se ofrecen todos aquellos datos que facilitan el contacto con la casa editorial que ha publicado el libro y con la imprenta responsable. En el caso del pie editorial, suele parecer el nombre del sello editorial, su domicilio social y distintos medios de contacto: teléfono, correo electrónico y página web; en cuanto al pie de imprenta, además del nombre de la empresa, también se indica en qué país se ha impreso el libro (en caso de ediciones en papel, claro está).
Ahora ya conoces un poquito mejor a tus libros y sabes qué misterios entraña esa página introductoria llena de datos. Sin duda alguna, el mundo de la edición es complejo y fascinante, y si eres de esos que se sumergen de lleno en la literatura para evadirse de la realidad, estamos seguros de que leer acerca de estas pequeñas cosas también satisfará tu curiosidad.
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