Las historias de superhéroes son uno de los filones más explotados en la actualidad. Basta con echar un vistazo a los estrenos cinematográficos de los últimos seis años o la cartelera que está por llegar para darse cuenta de que los seres sobrehumanos ataviados de mallas y otros vistosos atuendos gozan de excelente salud. No obstante, si usamos el término héroe de forma más extensa, sin hacer de los superpoderes el factor determinante de tal clasificación, encontramos obras de éxito como Los juegos del hambre. Resulta que, en un mundo en constante movimiento y de equilibrio quebradizo, los héroes se antojan necesarios para acabar con la oscuridad. ¿Y a quién no le gustaría patear algún que otro trasero? Eso sí, siempre en favor de la humanidad, pues el egoísmo y la violencia gratuita solo conducen a un caos mayor. En este panorama, se enmarca La trascendencia de tres lágrimas, el primer libro publicado de Roger Mestres.
Jerome es un chico de 28 años que no entiende ciertas cuestiones de sí mismo, rincones ocultos en su interior a los que no puede acceder. Por ello, solicita la ayuda de Ian, un experto en regresiones. A través de estos viajes a vidas pasadas, Jerome recibirá capacidades extrasensoriales y una misión: acabar con los atropellos e injusticias que existen. Pero ya sabemos: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
La trascendencia de tres lágrimas goza de un interesante arranque, ya que nos permite no solo vivir en la piel del protagonista, sino también en otras épocas y situaciones gracias a las regresiones. De esta forma, además de movemos por la historia principal, nos hallamos frente a pequeños y curiosos relatos que nos entretienen sin salir del libro. La narración del libro es dinámica y las imágenes aparecen limpias ante nuestros ojos, situándonos en el centro de cada escena como si fuéramos el protagonista.
El autor tira de los personajes arquetipo del género para asentar la historia sobre una base sólida en la que las distintas tramas se desarrollan sin entorpecerse y sin caer en lagunas innecesarias o contradicciones. Se nota el cuidado que Roger Mestres ha puesto para que nada escape de los límites de la verosimilitud, para transmitirnos su mensaje de forma honesta y sin falsos juicios. A pesar de que el contenido que trata es complejo y difícil de abarcar, sabe resolverlo y tiene claro hacia dónde debe ir. Hay una gran intención detrás: hacernos reflexionar y ofrecernos algo nuevo, y esto es algo a tener en cuenta. Como decíamos, existen muchas obras sobre héroes, pero el autor ha querido darles una vuelta para explotar las posibilidades de la ciencia ficción y satisfacer nuestro apetito voraz.
Aunque el principal valor de la novela reposa sobre dos elementos. Por una parte, otorgar el título de superhéroe a una persona normal y corriente que anhela cambiar el sistema político y económico de su época para lograr un mundo más justo. En ese camino, Jerome se dará cuenta de que, para conseguir su objetivo, tendrá que llevar a cabo ciertas acciones sucias con las que no contaba, pero que ahora son necesarias. Y al llegar a ese punto, nos habremos posicionado al lado o enfrente de nuestro protagonista. ¿Qué haríamos nosotros si pudiéramos cambiar todo a nuestro alrededor? ¿Acaso vale cualquier método para conseguirlo? En otras palabras, ¿el fin justifica los medios?
Todas estas preguntas, estos planteamientos y dilemas morales siempre tienen un ápice morboso que nos encanta porque nos hacen replantearnos nuestras propias concepciones y pensamientos. De ahí precisamente el éxito de series como Death Note, donde encontramos dos bandos que, si bien enfrentados, nacen con un mismo propósito: hacer justicia. Así, nos sorprenderemos gratamente al descubrir que hemos acompañado a Jerome en su evolución y este ha sido capaz de trasladarnos sus mismas inquietudes y dudas.
Por otra parte, aunque relacionado con el punto anterior, resulta atractivo por los temas que trata, por esa llamada a la reflexión sobre el mundo que estamos construyendo. Estudiamos la historia para no cometer los mismos errores del pasado y, sin embargo, a veces incluso llevamos a cabo tropelías de un nivel aún más bajo. Se supone que vivimos en un mundo más civilizado, pero sigue siendo represivo, desigual y alienante.
Y en una situación como esta, Roger Mestres nos recuerda con La trascendencia de tres lágrimas que no necesitamos a ningún Superman porque todos y cada uno de nosotros podemos convertirnos en héroes si nos atrevemos a ser valientes de una vez por todas.
Compartir esta información
Tregolam
Empresa de Servicios Editoriales. Agregador de #Concursos Literarios y Becas, #ServiciosEditoriales, #Noticias, #Entrevistas, #Literatura