Pablo Ángel Sánchez destaca por su amplia experiencia en la escritura. Vaticanus: La carta del Leviatán constituye su quinta obra publicada hasta la fecha. Entre sus títulos anteriores se encuentran El falso profeta y Charlando con Dios sobre el fin de los tiempos: revelación (Editorial Edítalo), cuyo nexo común es la franqueza y veracidad que el autor promueve en cada una a la hora de publicar una obra.
La historia comienza cuando el cardenal Bonelli es hallado muerto en misteriosas circunstancias. Todo parece apuntar al descubrimiento por parte de este de un papiro datado del siglo I escrito por José de Arimatea y dirigido a Jesús. Dicho texto fue ocultado durante siglos por la Iglesia, pero Enrico Letta, quien ahora custodia el papiro, contacta con el padre Florentino y le hace llegar todas las investigaciones del cardenal Bonelli.
«Bonelli pretendió proteger la verdad y no se dio cuenta del celo con el que algunos personajes de la sacra institución se toman estas cosas. Y ahora está muerto».
A partir de aquí la trama, una mezcla de novela histórica e intriga, avanza de manera sólida e intensa. Los protagonistas serán perseguidos por las altas esferas de la Iglesia Católica para acallar sus investigaciones e impedir que el papiro, también conocido como La carta del Leviatán, destape una verdad escondida a la sociedad durante mucho tiempo. Una verdad que podría sacudir los cimientos fundamentales en los que se basa el cristianismo y, con ello, derruir la cultura occidental tal y como la conocemos.
«La Iglesia la catalogó de documento perverso y tóxico para la cristiandad, garabateado por mano del propio demonio. De ahí que fuera bautizada como la Carta del Leviatán».
El padre Florentino, un sacerdote voraz estudioso de la figura de Cristo en su parte más histórica, será el objetivo del hostigamiento de los grupos clandestinos religiosos. Este cura tendrá que arriesgar su vida, pero nunca su integridad, para arrojar luz entre las tinieblas que la Iglesia Católica ha generado ocultando la realidad sobre la figura de Jesucristo, así como su mensaje.
«Según lo entendía, el cristianismo dejaba demasiadas preguntas fundamentales sin respuesta e inventaba fenómenos sobrenaturales sobre Jesús sin sonrojarse».
A través de una cronología bien estructurada, cada capítulo nos transporta de manera intercalada entre la investigación subversiva por parte del padre Florentino y los encuentros secretos de los dirigentes eclesiásticos. De tal manera que el lector tiene una visión global y secuenciada de la narración a medida que esta se desenvuelve.
A lo largo de la obra se cuestiona la moralidad de algunos de los actos llevados a cabo por la Santa Sede. Es, por tanto, una novela que reflexiona sobre la postura de la Iglesia Católica a lo largo de su historia ante la interpretación y manipulación de las escrituras.
«Lamentablemente, el común de los cristianos acepta mejor la grandilocuencia de la mentira, que le han contado durante siglos de oscurantismo y manipulación mental, que el análisis desnudo de la única explicación cierta».
El discurso teológico entre los personajes sugiere un fuerte entendimiento de la religión. Basado en investigaciones fundadas, el autor busca la introspección del lector para hallar una respuesta alternativa ante una creencia absoluta que viene impuesta desde hace siglos. De manera que las páginas se vuelven una reflexión frente a los dogmas religiosos, pero también un relato placentero lleno de misterio y dinamicidad.
Durante el intrincado entramado de Vaticanus: la carta del Leviatán encontramos un estilo vivo y enérgico consiguiendo un deleite en el lector con cada frase y diálogo que intervienen en la historia. Se forma en quien lee esta novela, híbrido perfecto entre el género histórico y la intriga, una recreación minuciosa del paisaje y de los lugares que tan bien describe Pablo Ángel Sánchez. Desde Roma, pasando por Damasco, hasta Israel y México.
El autor utiliza una aleación de lenguaje descriptivo, narrativo y dialogado que hacen avanzar el argumento de manera equilibrada. Consiguiendo así una lectura rítmica que va aumentando la emoción conforme avanza la novela de forma que el lector participa de las profundas ideas que se debaten en la historia de una manera inmersiva.
Porque en Vaticanus: la carta del Leviatán, el escritor no abandona a quien lee, sino que quiere que todo aquel que esté sumido en el libro pueda disfrutar, pero también cuestionar todo aquello que le rodea.
«No existe nada comparable a la gratitud cuando el alma domina todas y cada una de las sensaciones del cuerpo».
Pablo Ángel Sánchez expone la historia mediante una estructura narrativa in medias res, un vestigio de los grandes clásicos griegos y romanos de los que ha bebido el autor a lo largo de su carrera literaria. La influencia de estos aflora también a través de la locuacidad de los personajes y la riqueza del lenguaje.
Vaticanus: la carta del Leviatán es una obra de ficción con una investigación compleja por parte del autor, que ofrece una trama histórica a la par que, como la urdimbre de un tejido, mantiene en tensión al lector.
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