Sí, es posible rejuvenecer sin cirugía estética (Editorial Tregolam) es un libro que, según su propia autora, Rosa Diver Irasuzte, está dirigido sobre todo a un público «muy especial». Sin embargo, nadie queda fuera en sus palabras: el tema que recoge nos atañe a todos, a cualquiera que es consciente de que su salud es lo más importante que tiene en la vida.
Después de cuarenta y cinco años de profesión en el campo de la estética y la nutrición, la autora reúne un cómputo de consejos que nos ayudarán a ganar bienestar y, por tanto, a rejuvenecer el cuerpo. Nos obsequia, así, con su rigor en el ámbito de la nutrición ortomolecular, la cosmetología o la salud natural, entre otros.
El mensaje que recoge todas las ideas del libro es que somos lo que asimilamos. Nutrir las células de nuestro cuerpo correctamente y llevar un estilo de vida acorde al interior de cada uno es la clave para superar alteraciones estéticas y de salud. Es decir: el camino se hace cuidándonos por dentro —a través de la alimentación— para poder, después, ver resultados externos. El libro aboga por una visión integral del ser humano, de su organismo y su físico.
Rosa Diver nos expone en el libro el objetivo principal del mismo: «Transmitirles [a los lectores] la importancia de alimentarse correctamente, solo así podrán conseguir mejorar su organismo, su piel, su pelo, sus uñas, su figura y tener mejor calidad de vida».
¿Cómo nos lo transmite? Siendo ella misma el mayor ejemplo a seguir de fuerza, autoconocimiento y superación que podría escoger. En su centro a tratado a miles de personas con problemas de acné, celulitis, etc., y ha logrado alcanzar resultados con éxito, de la mano de la sabiduría de sus maestros. Además, ella ha sufrido en su cuerpo circunstancias que la han llevado a conocer y a aplicar los métodos que ha ido aprendiendo con los años.
En Sí, es posible rejuvenecer sin cirugía estética, no da de lado a la cirugía, solamente se ofrece un método alternativo, natural y al alcance de todos. Para ella, el mundo gira demasiado rápido: los cambios se suceden aceleradamente a nuestro alrededor y nosotros no conseguimos adaptarnos. «Estamos en el siglo XXI, todo cambia muy rápido, pero nuestro organismo todavía está en la edad de piedra. Por tal motivo, hay que cuidar mucho cada paso que damos y lo que comemos cada día; nuestras células necesitan nutrientes que las mantengan sanas», escribe.
Para ayudarnos a adaptarnos nos invita a entrar en el mundo de la Dieta de la Zona, que más que una dieta es un concepto nutricional creado por el doctor Barry Sears. Al mismo tiempo, nos adentra también en la esencia de la medicina oriental y de la sintergética, en la idea del fuego digestivo y los desequilibrios internos, en la relación entre alimentación (Ying-Yang) con las emociones, etc.
No es este un manual ni una guía, es un apoyo, un soporte sobre el que empezar a construir una serie de cambios que nos ayuden a ganar en un bienestar global. Lo que nos quiere trasmitir es que, en muchas ocasiones, no lo logramos por desconocimiento, porque no nos esforzamos lo suficiente en entender cuál es nuestra carga genética y cómo podemos trabajar sobre ella. Y ese es, quizá, nuestro mayor error: no darnos cuenta de que somos lo dueños y responsables de lo que hacemos con el cuidado de nuestro organismo.
Además de reunir teorías sobre las que ha sostenido sus métodos de trabajo y de ofrecer consejos a lectores y profesionales, Rosa Diver también nos muestra los logros a través de ejemplos. Ha seleccionado algunos casos reales, que ella misma ha tratado, para dar cuenta de la utilidad de la información que da en esta obra. Son ejemplos de orugas que ahora, gracias al trabajo y la constancia, son mariposas.
Justamente, para comprender bien qué quiere aportar este libro a su lector, no hay más que fijarse en su cubierta: dos crisálidas que acaban de convertirse en mariposas. El fin de todo un proceso de metamorfosis, que solo tiene lugar cuando la mariposa está preparada para desenvolverse dentro del hábitat. Es el esfuerzo por salir de la crisálida lo que permite a este insecto que pueda volar.
Nosotros también tenemos la posibilidad de dejar de ser orugas, para convertirnos en crisálidas y, después, volar como mariposas. Está en nuestro ser alcanzar esa meta, y solo la conseguiremos con esfuerzo, conocimiento y dedicación.
Disponible en: ReadOnTime, Agapea, StoryTel
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