A través de la experiencia de su enfermedad, el escritor Antoni Beltrán construye este ensayo en el que reflexiona sobre diversas cuestiones del campo de la medicina con el fin de hacer aportaciones que puedan mejorar la interacción entre el paciente y el médico.
Hablando claro. Filosofía esencial aplicada para médicos, enfermos y entorno (Editorial Tregolam) es un libro imprescindible para médicos y personal sanitario principalmente, pero también para los enfermos y sus familiares.
El libro comienza con un interesante análisis sobre la naturaleza del Homo sapiens sapiens y cómo este no es un ser cargado de razón y equidad, sino que está supeditado a sus emociones y sentimientos. Esta cuestión es a menudo ignorada por los profesionales de la medicina y, como ha podido sufrir el propio autor, se traduce en una atención deficiente del paciente en muchas ocasiones.
«Que nadie crea que, en las situaciones descritas a lo largo de este episodio, el lector jamás se podrá encontrar en ellas. Pues eso es probablemente lo que pudieron pensar algunos antes que se hallaran comprometidos en alguna de estas circunstancias. El Homo sapiens está sujeto a las emociones y, en consecuencia, no deja de estar sometido por los sentimientos».
Antoni Beltrán expone en detalle su experiencia como enfermo, relatando momentos muy crudos de la enfermedad, pues confía en que sus vivencias, las reflexiones y aprendizajes que ha sacado de ellas ayuden a otras personas.
Además, en el ensayo cuestiona las prácticas de la medicina mecanicista que se ejerce hoy en día, poniendo de manifiesto sus principales problemas:
«Hasta ahora, se ha creído y se cree que todo el organismo funciona igual que si fuera un artilugio. Lo que quiere decir que, una vez se hayan comprendido todos los funcionamientos, se habrá aprendido a curarlo todo. Y eso es lo que garantiza una cierta capacidad de pronóstico en la evolución de la enfermedad. Consecuentemente, y, por tanto, es posible que se puedan llegar a revertir las enfermedades. Por este motivo, es un hecho generalizado que el médico solo atienda al “órgano dañado” y, en consecuencia, se desentienda del resto, ignorando que forma parte de un todo global, creando con ello una distorsión que difícilmente podrá encontrar una sanación prolongada en el tiempo y de un modo definitivo».
En contraposición a esta práctica, el escritor se aparta de lo políticamente correcto y explora con mucho interés otros conocimientos que en muchas ocasiones han sido tachados de pseudociencia, como los campos morfogenéticos o algunas terapias aplicadas en la medicina oriental, y señala sus posibles beneficios si se aplican junto con la medicina occidental.
También estudia a los seres narcisistas en contraposición con los seres empáticos y realiza una observación atenta sobre cómo a los sanitarios no muestran empatía con las personas enfermas, ignorando por completo su importancia. Antoni Beltrán señala que, en parte, esta falta de cercanía por parte de los médicos y demás profesionales de la sanidad se deriva de la medicina mecanicista. Así que, propone replantearse la relación médico paciente y desglosa los valores y méritos imprescindibles para que esta se dé en condiciones óptimas.
Asimismo, el autor hace una crítica profunda de las consecuencias que tiene la actitud narcisista de los profesionales de la salud con respecto a los enfermos:
«Cualquier profesión que para el desarrollo de su trabajo comporte un natural y real riesgo para el sujeto sobre el que se está actuando. Como, por ejemplo, puede ser una determinada intervención quirúrgica. […] No obstante, como compensación, se desarrolla una específica inhibición. Para alcanzar esta práctica es preciso que quien esté actuando se sienta liberado de las consecuencias de cualquier error […].
Como conclusión, se puede afirmar “que el no valorar en exceso los resultados de una eventual equivocación hace a los profesionales más eficientes”. Aun con todo, de ninguna manera quisiera que se entendiera esta teoría que estoy exponiendo: “es que, para ser un buen cirujano, hay que ser un psicópata”. Pero, como antes he concretado, sí son necesarios unos ciertos rasgos psicopáticos».
El escritor concluye el libro con un análisis minucioso de la relación entre política y medicina, y las expectativas de esta última a futuro, destacando la necesidad de desarrollar más el concepto de bienestar, que se suele confundir con la medicina en sí misma.
Hablando claro consigue despertar en el lector el pensamiento crítico e, indudablemente, ayudará al profesional sanitario y al enfermo para tener una mejor relación que, finalmente, repercuta de forma positiva en el proceso que van a realizar juntos.
Antoni Beltrán hace una apuesta valiente para hablarnos de una problemática que se da día a día en la práctica de la medicina. Hablando claro: filosofía esencial aplicada para médicos, enfermos y entorno es un texto de valor incalculable que cambiará la visión de aquellos que se sumerjan en sus páginas.
Disponible en: Amazon, Agapea, Fnac, Casa del Libro, Librería de la U
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