¿Cómo sería el primer descubrimiento de la existencia de vida extraterrestre? ¿Cómo afrontaríamos ese reto? Y, lo más importante, ¿quiénes serán la raza superior?
Esta es la idea que el escritor Erik Ruiz Vicente explora en El protocolo de los 7 pasos, su primera novela de ciencia ficción.
Esta nos cuenta la historia de Álex Jornet. Este astrónomo trabaja como director del área de recepción de datos del Parque Astronómico del Montsec. De madrugada, uno de sus compañeros, Jaume, lo llama con una importante noticia: se han detectado señales de una sonda lanzada al espacio en 1972. Pero esta se encuentra muy alejada de su posición inicial.
«—Acabo de hablar con Pedro. Las señales son de la Pioneer 10; es una sonda espacial a la cual le hacían el seguimiento desde Madrid. Hacía muchos años que no recibían ninguna señal de ella y, al parecer, decidieron pasarnos el trabajo del seguimiento porque no tenían esperanzas de sacar nada provechoso de él».
Los primeros indicios parecen desvelar el descubrimiento de un nuevo planeta. Y, lo más impactante, parece albergar vida. Pero a pesar de pedir más tiempo para la investigación, el ministro de Ciencia y Tecnología, Mariano Rubalcaba, avisa a la NASA.
De esta manera varias personas se presentan allí liderados por John Miles, subsecretario del Departamento de Seguridad de dicha administración. Y no tienen buenas intenciones. La idea es emplear el protocolo de los siete pasos. Es decir, recolectar datos y, posteriormente, proceder a una posible colonización.
Álex y su equipo huirán con la información para evitarlo. Así comenzará una intensa y peligrosa persecución en una lucha en nombre de la moral y la libertad.
«Por la cabeza de Álex empezaron a pasar todas las series y películas de serie B sobre invasiones extraterrestres: La amenaza de Andrómeda; Los invasores, con su dedo meñique tieso; la serie V, con Diana comiéndose al ratón; Independence Day, y la que más le ponía los pelos de punta, Expediente X, y cómo se llevaban a la gente para implantarles chips en la nuca. Siempre, en las películas y series de ciencia ficción, los malos eran los extraterrestres, los que secuestraban y hacían pruebas eran los alienígenas; viendo lo malvados que eran, se te erizaban los pelos de todo el cuerpo. Y ahora a Álex se le erizaba el pelo pensando que nosotros, la raza humana, íbamos a ser quienes hiciéramos aquellas barbaridades».
El autor muestra con un estilo cercano la pasión por este tema mediante una trama adictiva y llena de acción perfectamente documentada. La posible realidad del hipotético suceso expuesto se presenta con un ritmo trepidante. Una aventura repleta de persecuciones, asesinatos e intereses propios con una gran pregunta: ¿hasta dónde es capaz de llegar el ser humano por la supremacía?
«—Señor Jornet, la NASA está muy avanzada, mucho más de lo que la gente piensa. Todos creen que la NASA está acabada, pero nada más lejos de la realidad: está a punto de cambiar la historia de la humanidad. Hemos hecho muchos estudios en la Estación Espacial Internacional y hemos descubierto que algo pasa allí arriba. La gente cambia cuando lleva un tiempo trabajando en el espacio, empieza a escuchar voces, algunos creen que, estando tan cerca de Dios, pueden escuchar sus pensamientos —Miles sonrió—, pero la verdad es que en el espacio exterior existen unas fuerzas que apenas estamos empezando a comprender, y que son la llave del futuro […]».
Erik Ruiz Vicente ha logrado crear una novela con todos los elementos necesarios para cautivar a los lectores: un relato fascinante, unos personajes valientes y arriesgados y un mensaje atemporal para reflexionar sobre la ambición y la soberanía. Sobre el bien y el mal. Y, sobre todo, sobre el impacto de nuestras decisiones para el futuro.
Os invitamos a adentraros en esta historia, entre el límite de la ficción y la realidad.
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