El género poético puede prescindir de muchas cosas y de ahí parte su fantástica libertad plástica para comunicar sin una estructura narrativa definida, pero jamás puede carecer de sensibilidad. De alguna forma, la poesía es un vehículo que impulsa las letras para llegar al centro de las emociones, sin paliativos ni circunloquios.
En ese vehículo viaja Edgar Armando Urrego para construir un libro sin desperdicios, como los jóvenes parisinos de las vanguardia de los primeros años del siglo veinte, 20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma (editorial Tregolam), es más una proclama o punto de partida ideológico que un simple libros de poemas.
Cada uno de los poemas que componen el libro 20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma, es una ventana semiabierta donde espiar la condición humana, las relaciones de pareja, la soledad, el amor. Pero no hay crisis existenciales, allí finaliza su simetría con los clásicos. Si 20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma es una obra tan especial, lo es por su curioso optimismo, una estela de onanismo que por momentos nos deja sin respiro y nos obliga a reflexionar desde una perspectiva singular, nunca trágica.
Demasiado mal le ha hecho al genero el exceso de refinamientos y posturas nostálgicas que, lejos de emocionar, distorsionan la capacidad de trasmitir la sensualidad única de la poesía. Tampoco es una mera proclama estética, Edgar Armando Urrego es, sí, obsesivo en el arte de ser efectivo, de no dejar párrafos librados al mero vinculo conector. En cada párrafo busca llegar a lo más profundo del ser y en ese sentido, 20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma, es una obra compacta: ciento catorce páginas perfectas.
Como se menciona, a modo de cuadro de instrucciones para un lector curioso, en las primeras páginas: «20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma, son versos con aroma de tabaco y café, líneas asincrónicas que pueden escabullirse calle abajo buscando un bar de mala muerte, o ir calle arriba tras el auxilio inesperado de un lector desprevenido. En cualquiera de las dos rutas que viajes, los poemas te llegan al alma y con seguridad serás tocado por la daga. Más que una amenaza de versos, es un respiro, una medicina, un bálsamo para el espíritu desolado». Urrego en estado puro: poesía para salvarnos, para almas solitarias que prefieren una primavera al sol que un desfiladero de oscuridad.
20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma, por si cabe la aclaración, es un libro en dos lenguas (una expresión que no carece de simbolismo: como si la poesía, la de verdad la que conmueve, solo fuera posible gritarla con dos lenguas). El español encantado donde García Lorca, Machado, Cernuda y tantos otros descamisaron la realidad para no dejar indiferente a nadie y el dulcísimo trágico de Baudelaire, Rimbaud o Mallarmé que han cambiado el mundo para siempre.
En cualquier caso, la obra de Edgar Armando Urrego es única y sus referentes no hacen más que ensancharlo y colocarlo en el lugar donde el ruido atraviesa el pasillo de los indiferentes. Síganlo, Edgar Armando Urrego dará que hablar…
Libro: 20 poemas de amor para Alejandra y una daga en diagonal que te atraviesa el alma.
Disponible en:
Tregolam
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