Reseña 'Memorias de Harleck II: Mente', de Roger Peruga y Pau Sitjar

Reseña ‘Memorias de Harleck II: Mente’, de Roger Peruga y Pau Sitjar

Roger Peruga y Pau Sitjar empezaron a escribir la tetralogía Memorias de Harleck cuando solo tenían 14 años a partir de unos dibujos que Pau estaba realizando en aquellos momentos. Pensaron que sería buena idea darles una historia, así que se pusieron manos a la obra y se dieron cuenta de que podían hacer algo incluso más grande que aquello. De esa forma, el mundo de Harleck se fue perfilando, fue encendiendo su luz y se abrió paso hacia la vida. El resultado es un ejercicio de imaginación y creatividad inmenso donde cada elemento está pensado al milímetro.

Alma, la primera entrega, se centra en el imperio de Maregard, gobernado por el temido Marfor, y nos presenta a los personajes principales, los bandos antagonistas y las tramas centrales. Podemos decir que está pegada a una novela de aventuras de corte tradicional. En cambio, Mente –segundo volumen de la saga que hoy nos trae aquí– es claramente más extenso, en todos los sentidos. Tras escapar del cautiverio del capitán Strom, Erlin llega a Groathar, un continente dividido entre Inhuma, un portentoso bosque lleno de amenazas donde habita un poblado de implacables amazonas, y Wustenland, la tierra de los ambiciosos karcks (moradores del desierto enemigos del Imperio).

Aquí, en Groathar, comienza realmente el arco de transformación de Erlin, es el lugar en el que se desata su madurez, pues tendrá que luchar contra sus miedos y empezar a afrontar el destino que antes o después llegará. Pero no solo asistimos a las vivencias del protagonista, sino que también se pone de manifiesto el choque cultural entre las amazonas guerreras de Inhuma y los ambiciosos karcks de Wustenland. Mente profundiza en esta división y nos ofrece una mayor gama de personajes, cada uno con sus propios objetivos y peripecias. Obtenemos así un símil de narrador múltiple para conocer los distintos puntos de vista de las razas y ofrecer una visión global que nos haga empatizar y nos resulte tan fascinante como si estuviéramos caminando por los mismos lugares que los protagonistas. Resulta fácil dejarse llevar por la magia del inmenso Inhuma y saborear cada rincón del continente.

No es para menos. Como decíamos antes, cada elemento relacionado con Memorias de Harleck está construido con un propósito, que es trasladar ese mundo más allá del libro. Los mapas para tener una imagen clara de todo Harleck, las ilustraciones, la página web (en pleno desarrollo)… La historia sale de las páginas físicas del libro impreso para crear una experiencia de 360º. Roger Peruga y Pau Sitjar nos hacen entrar de lleno en el relato y nos enganchan a sus personajes, ricos, diversos, únicos. Las experiencias de los protagonistas se convierten en nuestras propias experiencias, como si se tratase de un juego de rol en el que se siente a través de un avatar. Precisamente, la saga de Harleck se convierte en algo similar a un juego de rol: un universo paralelo tan bien descrito y construido que parece real.

Ni qué decir tiene que se nota la influencia de Tolkien, Patrick Rothfuss y Follet, autores predilectos de Pau y Roger que les motivan a hacer algo original a modo de reto y homenaje (intención que no cae en saco roto). Sin duda, las grandes ideas vienen de un bagaje previo, del conocimiento de la materia sumado al talento. Y este esfuerzo por reinventarse se materializa, por ejemplo, en los personajes. Los arquetipos son necesarios para asentar unas bases, pero la riqueza de un personaje reside en coger lo establecido y darle un nuevo matiz. Nadie es bueno o malo al 100%; hay una psicología, un trasfondo, un pasado que determina, como en las personas reales, el camino a seguir y las acciones de cada uno. Tomar referentes es provechoso porque, como en el caso de Harleck, no se trata de copiar, sino de mejorar, de dar una vuelta de tuerca y mostrar otro lado, otro sentido que nos descubra, al mismo tiempo, algo totalmente nuevo.

Las historias de corte fantástico están viviendo una de sus mejores épocas. Hace ya más quince años que se proyectó la primera película basada en El señor de los anillos de Tolkien, obra que, aunque ya gozaba de éxito en la literatura, era aún desconocida para una buena parte del público. Con esta adaptación, el género explotó: empezaron a reeditarse muchas obras, los no adeptos a la fantasía empezaron a serlo y los fans de siempre pudieron disfrutar nuevamente de sus historias favoritas. Tras aquella fiebre, hubo unos años de templanza, pero el género fantástico, siempre mágico e infinito, vuelve a retumbar en la actualidad. Series como Vikingos o Juego de tronos son aclamadas por público y crítica, que cuentan los días para ver las nuevas temporadas. No obstante, no todo gira en torno a las superproducciones. Memorias de Harleck es la prueba de que la fantasía se extiende más allá del estreno taquillero del año y sigue latiendo con fuerza. Es la herencia de las grandes obras clásicas transmitida a través de las nuevas generaciones, en este caso, de Pau Sitjar y Roger Peruga.

Nombres: Roger Peruga y Pau Sitjar.
Género: novela fantástica.
Bio: Roger Peruga y Pau Sitjar, amigos desde la infancia, nacieron en Barcelona en 1992. Con solo 14 años de edad, ambos comenzaron su aventura literaria dando vida a la saga Memorias de Harleck. La creación del mundo de Harleck, con sus razas, costumbres, historias y antropología, sigue desde entonces hasta el día de hoy. En 2015, publicaron Alma con la editorial Edhasa (Marlow), la primera novela de las cuatro que conforman la saga. En 2016, se puso a la venta el segundo tomo, titulado Mente, y este 2017 trae consigo la tercera obra: Cuerpo. A parte de su labor como escritores, ambos autores se dedican a realizar talleres de escritura por librerías y centros cívicos con el objetivo de enseñar a jóvenes escritores y aficionados cómo escribir fantasía y huir de los tópicos del género. También hacen charlas en colegios e institutos explicando el proceso que les llevó de ser escritores amateurs a publicar un libro con una editorial, animando a los jóvenes a perseguir sus propias metas, sean en el campo que sean. Asimismo, llevan un club de lectura de fantasía en la librería Santos Ochoa. Actualmente, compaginan Memorias de Harleck con sus estudios en Medicina (Roger) y Bioquímica (Pau).
Página web: http://memoriasdeharleck.blogspot.com.es/