Buenos días, Francisco. El averno de los portadores, tu primera novela, narra la historia de un grupo de jóvenes con poderes sobrenaturales que luchan por salir de la prisión en la que se hayan encerrados. ¿Cómo surgió esta idea?
La idea se remonta a varios años atrás. Desde pequeño, siempre tuve mucha predilección por las historias fantásticas y sobrenaturales: Matilda, La Historia Interminable, la saga Pesadillas, de R. L. Stine; La trilogía de la niebla, de Carlos Ruíz Zafón; y, por supuesto, mi pasión juvenil: Harry Potter. Quería explotar esta temática que tanto me atraía, dejarme llevar a un mundo de poderes sobrenaturales donde el límite esté en la propia imaginación del escritor, pero no solo donde lo sobrenatural es un recurso más del mundo que se crea. Buscaba que esos poderes tuviesen el protagonismo y sirviesen como eje central para que unos personajes se desenvolvieran en una situación estresante y de mucha tensión, como es escapar de una prisión. Fue así como surgió la idea que se recoge en El averno de los portadores.
Aunque has escrito otros relatos para diferentes concursos, El averno de los portadores ha sido el que finalmente te ha impulsado a dar el paso como escritor profesional. ¿Tuviste claro desde el principio que esta era la historia adecuada o descartaste otras ideas antes?
En ningún momento, he dudado de que quería hacer mi debut con El averno de los portadores. Quería que fuese una historia que me acercase a mis raíces de adolescente apasionado por la fantasía y la ciencia ficción, y esta era la obra perfecta para ello. Cuando Carlos Ruiz Zafón, un autor a quien admiro muchísimo, escribió su primera novela, El príncipe de la niebla, dejó muy clara su intención. Dijo que quería que esa novela fuese la que le hubiese gustado leer con 16 años, pero que le siguiese gustando con 26, 40 o 60. Esa misma intención era la que buscaba con mi primera novela y El averno de los portadores era idónea para ese fin.
Rinna, Hugo, Travis, Chiu… Sería difícil quedarse con un solo protagonista, pues cada uno de ellos tiene un matiz especial. ¿Cómo fue el proceso de creación de los personajes?
Quería unos personajes que transmitieran diferentes personalidades y actitudes enfrentadas a una situación angustiosa como es el Averno y que todos ellos tuviesen un desarrollo psicológico dentro de la trama. Pero no solo eso, sino que también quería que, aunque hubiese un protagonista destacado, el resto de compañeros también tuviesen su importancia y protagonismo. El problema de introducir esto en una novela cargada de acción frenética y en la que a su vez intervienen muchos personajes es que puedes olvidarte de profundizar en ellos. Por eso, a medida que diseñaba sus personalidades, fui desarrollando unos pasados personales que después añadía a modo de catálisis al comienzo de cada capítulo para no abandonar demasiado la trama principal. Ha sido un factor importante para que el lector pudiera empatizar con ellos y los entendiese mejor.
Si fueras un portador, ¿qué poder te gustaría tener?
Interesante pregunta. Un poder que me permitiese organizar todas mis ideas y evitar los momentos en blanco sería excepcional, no voy a mentir. Aunque soy una persona aventurera y amante de las emociones fuertes, así que sin duda elegiría el poder de volar. Es un poder que al mismo tiempo te permite evadirte de todo cuando lo necesites.
El averno de los portadores está plagado de guiños y referencias a grandes obras del manga japonés y del cine español. ¿Qué te han aportado todas ellas? ¿Cómo crees que han influido en tu manera de escribir?
Desde que era pequeño, he sentido una gran predilección por el mundo del cómic, comenzando por el español y el europeo hasta llegar al americano y el japonés. En estos dos últimos, hay un uso muy frecuente del género de los superpoderes. Con el paso de los años, también me fui adentrando en el mundo de la ciencia ficción y del thriller. Todas estas pasiones me han inspirado en la actualidad y forman parte de mi esquema mental cuando pienso en una historia y, en este caso, son elementos muy visibles en El averno de los portadores.
¿Hay alguna obra de ciencia ficción que se haya convertido en tu referente? ¿Qué libro leerías una y otra vez?
Ha habido varias obras que me han marcado a lo largo de mi vida. Pero en esta ocasión, centrándonos más en la ciencia ficción, debo señalar El fin de la eternidad, de Isaac Asimov. Un thriller con una trama muy apoyada en un lenguaje físico y tecnológico, con un desarrollo psicológico del protagonista y, además, con viajes en el tiempo. Lo tiene todo, como se espera del genio Asimov. Siempre está en mi estantería dispuesto a volver a mis manos una y otra vez.
Escribir un relato como El averno de los portadores no es nada sencillo. La ciencia ficción siempre requiere un cuidado extra para definir las reglas del juego y dotar al universo de coherencia. ¿Qué ha sido lo más duro? ¿Estuviste a punto de dejar el libro inacabado en algún momento?
Para mí, esta novela ha presentado varias dificultades a las que me he enfrentado y de las que he aprendido. Como bien dices, mantener una coherencia interna en una historia donde intervienen tantos elementos sobrenaturales no es sencillo. El escritor puede verlo claro, pero en su poder está que el lector también lo vea. A ello, hay que sumarle las diferentes subtramas de cada personaje, las cuales deben mantener un correcto hilo conductor. No he pensado en abandonar, pero sí he tenido momentos de frustración delante del ordenador que hoy me alegro de haber superado. Esta es una novela principalmente para aprender y dar mis primeros pasos como escritor. Ahí también es importante vuestra labor como editorial, que contribuís a que este proceso sea más instructivo para nosotros y mejoremos durante todo el proceso.
Tal y como explicas en tu libro, Juan Gómez-Jurado te dio el impulso que necesitabas para sacar adelante esta historia. ¿Qué has aprendido de él?
Conocí a Juan en un evento literario que se hizo en mi pueblo natal, donde acudieron también otros escritores de gran reconocimiento. Me sentía muy identificado con ese escritor que desde niño vivía en un pequeño pueblo y empezaba a albergar inquietudes e ideas que quería contar al mundo. Sus obras me han inspirado mucho, pero también aprendí de él la perseverancia y motivación que debe poseer un escritor.
Debes sentir un cosquilleo en el estómago, cierto nerviosismo al publicar tu primera obra y darla a conocer. ¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? ¿Qué le dirías a los lectores para que se animen a leer El averno de los portadores?
Cuando eres primerizo en esto de escribir y publicar, te das cuenta de todas las dificultades que aparecen por el camino. Sin duda, es un trayecto que no resulta sencillo, pero incluso con todos sus baches se hace muy satisfactorio. Hubo dos momentos que me parecieron increíbles. En primer lugar, cuando tuve por fin mi propio libro entre mis manos, viendo todo el trabajo reflejado en ese pequeño objeto que tanto simbolizaba. En segundo lugar, en la presentación del mismo, en la biblioteca de mi pueblo, rodeado de los libros que me habían llevado hasta allí. Verme a mí mismo en esa situación y a tanta gente volcada conmigo fue algo sensacional.
El averno de los portadores es una novela llena de acción, suspense, emociones y sorpresas donde me he esforzado para que el lector se sienta como un fugitivo más y comparta las emociones que se suceden en la historia. Es una obra que, además, pretende dejar un sabor y matiz diferente a lo que solemos estar acostumbrados. La acogida hasta ahora está siendo muy buena y animo a todo el mundo a que la lea y comparta sus opiniones.
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Seguirás con la ciencia ficción?
No me quiero cerrar puertas en lo que a géneros se refiere, pero la ciencia ficción siempre será un terreno que disfrute mucho al explorar. Tras esta primera obra con la que he aprendido muchísimo, me gustaría empezar a abarcar algún proyecto más ambicioso. Tengo pensado participar en algún concurso importante con mi próxima novela. Además, la gente que ya ha leído El averno de los portadores ha quedado muy satisfecha y me han animado a que continúe con una segunda parte, algo que también tengo en mente. Ahora que la experiencia de escribir y publicar me ha resultado tan adictiva, solo puedo decir que estoy muy motivado para continuar con ello.
Libro: El averno de los portadores
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