Hola, Pilar. ¿Qué tal estás? Te damos la bienvenida a esta entrevista con motivo de la publicación de tu primera novela Mujeres que caminan sobre fuego (Colección Milamores). En ella, nos cuentas la difícil vida de su protagonista y de los secretos que irá descubriendo después acerca de su pasado y de un dramático episodio relacionado con sus padres.
¿Cómo se te ocurrió esta idea tan entretenida y sorprendente? ¿Llevaba tiempo rodándote por la cabeza o fue algo que surgió de repente? ¿Cómo te estructuraste para desarrollar el hilo narrativo?
Hola, gracias por la bienvenida un gusto conversar con vosotros.
Bueno… la historia de Mujeres que Caminan Sobre Fuego era un proyecto que llevaba años rondándome. Quería hablar del paisaje interno de las mujeres desde todas las perspectivas posibles y durante mucho tiempo no sabía cómo abordarlo. Entonces, hace más o menos quince años, ya viviendo en Madrid, tuve un sueño muy extraño. Soñé que estaba sentada en el salón de mi casa con Sharon Stone, con la que al parecer tenía un trato de mucha confianza.
Yo la veía muy envejecida y le preguntaba: «¿Por qué no haces algo, tú que puedes?». Básicamente la estaba mandando al cirujano plástico… y ella me respondía lo siguiente: «Porque prefiero pertenecer a esa raza de mujeres adultas que prefieren añorar lo que no tienen». Me desperté sonriendo y mientras se lo iba contando a mi compañero, que flipa mucho con mis sueños, me fui dando cuenta de que mi inconsciente me había dado respuestas que llevaba tiempo buscando a través de una metáfora muy interesante.
Entonces comprendí que mi novela debía tener forma de metáfora extendida, que es lo que es esta novela en definitiva.
Una metáfora extendida de la historia de «lo femenino» para descubrir a las mujeres y a los hombres importantes de tu vida.
Mujeres que caminan sobre fuego es una novela, principalmente, llena de misterio. ¿Con qué otros adjetivos definirías tu novela?
Yo pienso que esta novela no tiene más misterio que el misterio que tiene la vida por sí misma, que por cierto no es poco. El misterio es algo más bien epidérmico en esta historia, pero yo he sido mucho más intensa y ambiciosa que eso.
He querido plasmar en ella todas las inquietudes femeninas, todas sus preguntas y muchas aportaciones para que el lector o la lectora obtengan las respuestas por sí mismos .
Teniendo en cuenta que en realidad nadie obtiene todas las respuestas a lo largo de la vida y que muy a menudo toca conformarse, lo que hice fue sembrar respuestas encadenando símbolos y metáforas.
Es una novela que va muy bien para personas sensibles que se sientan más identificadas con el adjetivo de «encontradoras» que de buscadoras.
No he dejado nada al azar porque creo que es muy importante aclarar que, aunque la portada y el título hacen pensar que esta novela va solo de mujeres, también hay muchas inquietudes masculinas expresadas en esta historia, y son importantes.
Por lo demás evitaría definirla más allá del resumen de la contraportada. Pienso que una obra es un poco como una persona… y que empeñarse en intentar definir a una persona es quitarle cualquier oportunidad de hacer su magia.
Tu libro tiene un lenguaje muy cuidado, intimista y dinámico. La historia se sigue perfectamente y engancha desde la primera escena. ¿Qué otras características de tu historia podrán atraer a los lectores? ¿Qué hace de tu novela un libro distinto?
Gracias. Me gusta oírtelo decir. Sí… como te decía antes, Mujeres… es una historia llena de millones de pequeños detalles. Ni una sola palabra, color, gesto o temperatura ha sido dejado al azar. Es un continuum, desde la portada (en la que el cabello de la mujer se mueve en sentido opuesto a la brisa) pasando por la dedicatoria… hasta los agradecimientos del final, que tienen un significado profundo. Todos los detalles son importantes y es clave no adelantarse y seguir el orden.
La novela tiene vocación de ser una experiencia para el lector. Un viaje. Y tiene una particularidad: es capaz de mimetizarse con el lector.
Durante la última corrección me asaltó el miedo de que todos mis esfuerzos por lograr que fuera así pudieran fracasar. Pero luego me lo han ido confirmando las propias lectoras y lectores. Parece que su mecanismo funciona bastante bien y el resultado es que De te Fabula Narratur (la historia habla sobre ti).
Los principales personajes que conforman los engranajes que dan vida a tu historia son mujeres: la protagonista, la madre de esta, la criada, su amiga de la infancia…, ¿por qué quisiste dejar todo el peso emocional del relato en todas ellas? ¿Podrías adelantarnos algo sobre cada una?
Es cierto, las mujeres de esta historia son importantes. Pero sin los personajes masculinos no habría historia. Igual que en la vida, vamos.
La mayoría de los y las lectoras tardan en ver la importancia que tienen los personajes masculinos… pero desde mi perspectiva, ellos sustentan la historia tanto como las mujeres. Y en algunos momentos, más.
A menudo he pensado que esa visión sesgada de que es «una historia de mujeres» es en realidad una proyección de la sociedad en la que vivimos, que siempre necesita confrontar polaridades. Un síntoma de cómo nos empeñamos en ver el mundo… a pesar de que consistentemente el mundo funciona mal haciéndolo de esa manera.
Si me permites voy a dejar que cada lector descubra por sí mismo por qué la mujer de los primeros momentos se bebe el veneno. Dejaré que tire de esa hebra para que pueda descubrir sin más ayuda que su propia experiencia y sensibilidad hasta dónde le puede llevar, y lo que significa en realidad esa taza de veneno.
Tu novela podría contenerse dentro del género «novela de aprendizaje o de formación», aunque también en otros como el género realista o de misterio. ¿Cuál de todos ellos definiría mejor a Mujeres que caminan sobre fuego?
No me he parado a pensarlo mucho, aunque tengo muy claro que esta no es una novela de misterio en ningún caso. Todo mi interés ha estado orientado hacia ofrecer un mensaje, respuestas, inspiración. Me gustaría creer que he destilado cierto lirismo en la prosa. En ese sentido la idea de bildungsroman femenino me parece interesante, pero no me importa demasiado.
Hay algunos autores que opinan que en cada una de las historias de un escritor siempre hay algo autobiográfico. ¿Estás de acuerdo con esta opinión? ¿Existen referencias autobiográficas en esta historia? ¿Crees que es inevitable dejar una huella del autor en los personajes que escribe o se puede escribir solamente desde y con la imaginación?
Cualquier artista que niegue que la visión de su obra ha empezado por la suya propia está a punto de confesar que ha plagiado… (risas) Pero una vez que la obra empieza a cobrar autonomía, y es de desear que esto suceda bien pronto, su rastro debería empezar a diluirse tanto como para que el lector sea capaz de olvidarse del narrador absolutamente. Pienso que la misión del artista es canalizar su furia o sus miedos mientras se pone dócilmente al servicio de que algo más grande consiga expresarse. No sé si me explico: cualquiera puede «inventarse cosas».Pero muy pocos adultos pueden, como más o menos decía Faulkner, esperar que el personaje se mueva y luego solo ir tras él tomando nota de todo lo que piensa, siente y hace…
Nos interesa mucho la mirada femenina —y feminista—que ofreces en el libro. A lo largo de los últimos años el mercado literario se ha visto protagonizado por muchas autoras que han roto las listas de ventas. ¿Consideras que hay novelas «para mujeres» o es simplemente que a determinados lectores les cuesta leer historias protagonizadas por mujeres?
Mira, yo tengo una visión personal muy, muy, muy comprometida sobre la problemática de las mujeres. De hecho cuando no escribo, que aunque sea mi primera novela es muy raro, dedico mi vida a ayudar a mujeres. Pero creo que lo más importante en el punto en el que estamos de la historia es evitar cualquier tipo de confrontación o polarización. En todas las dimensiones de la vida creo que la polarización es contraria a la evolución. La polarización ralentiza el proceso de cambio, ergo, la idea de un mensaje construido exclusivamente para mujeres inevitablemente me tiene que parecer, y me parece, una estupidez.
Sobre lo segundo que comentas… en ningún momento he tenido presente el mercado en mi cabeza mientras escribía la novela.
Sé lo suficiente sobre marketing como para comprender que los nichos se crean solos cuando un mensaje es lo suficientemente disruptivo.
En cuanto a una literatura exclusiva «para mujeres» es urgente que caigamos en la cuenta de que esta idea es ineficiente a la hora de resolver el problema de comunicación que existe entre hombres y mujeres. Los hombres y las mujeres necesitamos vernos y escucharnos porque cuando no lo hacemos, nuestra vida se vuelve extraordinariamente desgraciada.
Y acabo de revelarte una idea que diría que es casi una protagonista invisible dentro de esta novela.
Nos encanta la idea de reivindicación con respecto al destino de la mujer. En la historia constantemente vas dejando una huella a las lectoras para que creen sus propios modelos y dejen atrás determinados comportamientos heredados. ¿Crees que la literatura puede servir también como instrumento político para recuperar ciertos derechos? ¿Hay algún libro o alguna autora que te haya marcado en este sentido?
Podría decirte ahora que he estado muy pendiente de reivindicar cosas, pero te estaría mintiendo. Yo solo permití que la historia transcurriera. Pero desde luego creo que la literatura puede servir como instrumento político. De hecho creo que si la literatura no es un instrumento sociopolítico, entonces no es nada.
Vaya por delante que no me gusta la seudo-literatura panfletaria, porque ante todo creo que la literatura ha de desafiar con elegancia al lector.
Algo así como esas bebidas espirituosas que te van achispando sin que apenas te puedas dar cuenta del momento en el que empezaste a sentirte diferente. Ejemplos, muchos… y no solo de autoras mujeres.
Porque ¿qué sería de la literatura sin Borges, o García Márquez, o Cortázar, o Baroja? Muchos me han marcado, y también mujeres por supuesto.
Ahora mismo me viene Malinche, de Laura Esquivel¨, que es una preciosidad para comprender el abrazo de dos universos tan distintos como el viejo y el nuevo mundo… y últimamente Hijas del Sur, de Deb Spera, que aunque habla de otra sociedad y de otra época, muestra muy claramente las raíces de esta barbarie racista que hace que en la sociedad americana, hipotéticamente la más avanzada del mundo, una policía declare que ha matado a un crío porque ha confundido el arma reglamentaria con la taser por error… y se le de crédito.
Creo firmemente que si la literatura no sirve para que la sociedad reflexione sobre sí misma es un ejercicio inútil. De hecho creo que si la sociedad tiene una oportunidad de ser mejor, va a depender casi por completo de la palabra escrita.
Siguiendo con lo anterior, la sororidad es un sustantivo que no para de reverberar a través de las líneas que has escrito, además del de «transformación interna» que viven las protagonistas mientras se nos cuenta una tragedia familiar y todos los secretos alrededor de esta. Sin embargo, también encontramos otros temas como el arraigo, la familia, el amor o el sentido de pertenencia. ¿Cuál de todos elegirías para describir tu novela?
Todas son importantes. Pero para mí la más importante no está en esa lista. Para mí la más importante es la búsqueda de significado… o la falta de él.
Tu libro cuenta una historia turbulenta que el lector tendrá que ir desentrañando a la par que la protagonista, un elemento narrativo que nos parece primordial para que tu historia enganche como lo hace. Con respecto al proceso creativo y de publicación posterior, ¿qué partes te resultaron más difíciles y qué otras más sencillas?
No sé cómo decirte esto pero… creo que si te lo contara tendría que matarte (risas).
En fin, bromas aparte. Soy una persona que he estado enredada en un proceso creativo desde que tengo uso de razón. Me he criado un entorno intenso, de artistas, en el que el tener una relación descarnada con la experiencia emocional no solo estaba muy permitido… sino que era lo que se esperaba. En mi grupo cuanto más eras capaz de afinar, más orgullo y admiración se te profesaba.He escrito artículos, he compuesto canciones… me resulta sencillo expresarme a través de la palabra. Eso es una gran suerte porque me permite poner en palabras procesos que algunas personas apenas pueden mirar de soslayo sin ruborizarse. Siento que eso es un gran regalo y por eso me siento obligada a desafiarme constantemente. A ver como lo explico… entiendo que si lo que digo me resulta demasiado sencillo es que podría profundizar más y ser más útil a más sensibilidades.
Entonces, las partes que me resultaban sencillas fueron objeto de revisión, profundización o purga. Y las que me resultaron difíciles espero que hayan sido las que a ti te revolvieron, conmovieron o hicieron sonreír al leerlas.
Hay algunas escenas muy duras en la novela que sin embargo las lectoras y lectores que me escriben no suelen mencionar más que con eufemismos. Yo sé que eso responde a un mecanismo de defensa porque sé que es materialmente imposible que ciertas escenas pasaran desapercibidas.
Me interesa lograr que un mensaje complejo llegue a parecer sencillo en la forma, para que de esa manera el lector lo pueda metabolizar casi sin darse cuenta.
Nos encantan los nombres que has elegido para cada uno de tus personajes. No queremos que los desveles al lector, pero ¿tienen algún significado en particular? ¿Por qué decidiste seleccionar nombres tan singulares?
Sí, todos los nombres son simbólicos y tienen un significado. Por ejemplo, el nombre Sofía, como muchos sabrán, significa «la que tiene sabiduría», o Calixta, que también es de origen griego y que significa «de belleza inusual».
Lo que pasa es que algunos están elegidos con cierta ironía.Me fueron llegando paso a paso, mientras escribía. Me gusta que los nombres de las personas sirvan para diferenciarlas y no para que se pierdan en un listado.
Creo que es algo muy latinoamericano, especialmente entre la gente más sencilla.
Mi abuelo, por ejemplo, se llamaba Genuino. Y mi padre Osiris.
Nos gustaría dejarte un espacio para que les comentes lo que quieras a los lectores y que nosotros no te hayamos preguntado.
Pues… que a veces un libro cualquiera puede contener mucho más que una historia, mucho más que diversión, mucho más que información… Creo que en alguna parte a cada persona le está esperando ese libro que contiene una llave, una respuesta profunda sobre sí misma o sobre su época.
Así que me gustaría aprovechar este espacio para animarles a que se obsesionen con encontrar el suyo.
Muchas gracias por responder a nuestras preguntas y por regalarnos a los lectores una historia tan hermosa y conmovedora como es Mujeres que caminan sobre fuego.
Muchas gracias a ti.
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