Hola, Nieves. Después de leer tu libro estamos encantados de poder hacerte unas preguntas para conocerte un poco más y saber más detalles sobre tu primera novela publicada: Sillage (Editorial Tregolam).
En ella, nos hablas de I, una mujer casada con un pasado algo traumático. ¿Cómo fue desarrollar de manera tan profunda a tu personaje?
La simiente de Sillage fue precisamente el personaje de I. Desde y a través de su figura va desenvolviéndose toda la trama. Tenía que presentar a una mujer que vive en el limbo de una depresión crónica y transmitir lo que para ella es la realidad desde su perspectiva vital, qué siente, cómo interactúa con su entorno y, sobre todo, qué es lo que le atormenta tanto como para casi anular su vida.
Fue imprescindible desarrollar este personaje desde la primera persona y en el momento presente, para darle más fuerza y convertirla en la voz principal.
La antagonista de esta historia es su madrastra, Cruz, una mujer ambiciosa que parece esconder un secreto. ¿Cómo describirías su implicación en la historia?
Cruz es un personaje con el que el lector no empatizará, pero que es fundamental en la historia, ya que es el origen de todas las experiencias traumáticas de I. Me llamaba la atención el papel de las algunas mujeres que se casan o forman una pareja estable con hombres separados con hijos de un primer matrimonio. Me pareció que existía cierto paralelismo con la clásica historia de Blancanieves o la de Cenicienta. En el fondo son mujeres que no solo no buscan ganarse a los hijos de su actual marido, sino que; ya porque no les son útiles o porque entorpecen sus planes, abusan psicológica y mentalmente de ellos. Además pueden hacerlo, precisamente, por la desidia y la indolencia de los padres, y no por su ausencia vital, como en el caso de los cuentos infantiles.
Sillage es un lugar enigmático que parece atraer a la protagonista de alguna manera. Cuéntanos, ¿qué otras cosas significan Sillage? ¿Por qué es el eje de la historia ?
Lo cierto es que el escenario en el que se desarrolla la novela existe en la realidad y su verdadero nombre es muy similar a Sillage; una palabra francesa que significa «estela». Sillage suele utilizarse en el argot del sector de los perfumes para indicar el recuerdo olfativo que deja un perfume que ya no está.
Por eso Sillage es tan importante en la historia. No solo es un lugar físico y común a todos los narradores; también es, simbólicamente, el medio que muestra la estela de personas, sus vivencias y sucesos que ya no están, pero que han dejado su impronta, su estela. Esa estela será muy importante para I. En Sillage se va desentrañando todo eso.
En este sentido, manejas distintos narradores con ligereza y acierto. ¿Hay algún aspecto de la escritura que te haya resultado más difícil? ¿Por qué?
Para mí lo más difícil es lograr hacer concordar todos los datos que se aportan en la historia. No me disgusta el proceso de corrección y edición de la novela, sino esa etapa anterior, que consiste en localizar esas fallas o incongruencias en fechas, detalles temporales, edad y características de los personajes…, que es imprescindible para dar cuerpo y consistencia a toda la novela. Es un proceso reflexivo y solitario en el que hay que afinar mucho, y que corresponde solo al escritor, pues es su responsabilidad. Todo tiene que cuadrar para que la historia, de verdad, tenga sentido.
Tú te has formado en la Escuela de Escritores de Madrid. ¿Qué aprendiste en tus años de estudio allí? ¿Opinas que cada uno nace con un don artístico o que cualquiera dispuesto a escribir con la ilusión y el trabajo necesarios puede llegar a vivir de esto?
Todos los alumnos teníamos algo en común: nos gustaba escribir. Y eso se notaba desde el principio. Se podría decir que, como yo, necesitaban escribir. También nos gustaba mucho leer. Creo que, los que escribimos, hemos leído y seguimos leyendo mucho, para escribir después.
Y aunque parezca que escribir es más bien intuitivo y que surge de forma natural, como disciplina tiene sus métodos, sus reglas básicas y sus técnicas. Todo esto lo estudiábamos en las clases de escritura creativa y escribíamos sobre lo que aprendíamos. Después había que atreverse a dejar que te leyeran y leer a los demás. A partir de ahí, ya no había marcha atrás, porque llegaban los comentarios, las sugerencias…, las críticas, al fin y al cabo. Esto, la mayoría de las veces no era muy agradable, pero recibías a cambio una información muy valiosa.
Si te gusta escribir, si disfrutas haciéndolo, debes trabajar sobre ello; y si es de la mano de buenos maestros escritores, mejor. Supongo que con una adecuada combinación de talento, oportunidad y suerte, se podría llegar a vivir de la escritura. Creo que esto es el sueño de cualquier escritor.
Ahora que has publicado, ¿cómo te ves de aquí a un futuro cercano? ¿Qué otros proyectos tienes?
Sillage ha supuesto la finalización de un proyecto que tenía desde siempre. La escribí hace un par de años, pero, hasta ahora, no me había atrevido a dar el paso de su publicación. A partir de aquí, seguiré escribiendo; de hecho, escribo todos los días. Otra cosa es que consiga dar forma a una nueva novela. Ideas hay muchas, inicios, hilos de donde tirar…, pero tiene que ser algo que de verdad me obsesione, algo que valga la pena.
El matrimonio de la protagonista tampoco parece ir bien. I es una antigua profesora de arte, y su marido Javier apenas tiene tiempo para estar con ella debido al trabajo. ¿Cómo influye esto en su personaje?
El frágil matrimonio de I es, en realidad, lo único que la mantiene unida a la realidad. Dentro de su cobardía, y anclada en una cómoda ignorancia, I no quiere aceptar la realidad que se vislumbra. En verdad, ella tampoco tiene claro si las cosas van bien o no entre Javier y ella. Muchas veces, incluso le parece normal y suficiente; no espera más que nada, porque nunca lo ha tenido. Precisamente, la constatación de que Javier se ha pasado al otro bando actúa como revulsivo para que I se enfrente a sus demonios.
A pesar de que hay dos claras protagonistas en la historia, todos los personajes parecen caminar alrededor de I, algo que está muy conseguido. Su padre, Diego; su marido, Javier; su madrastra, Cruz, su confidente, Beca y su madre. ¿Te inspiraste en alguien de tu entorno para construir a cada uno de ellos?
Más que en personas concretas me he basado en experiencias, vivencias, recuerdos propios y ajenos para componer a los personajes. He tratado de darles una forma de ser y un bagaje particulares para lo que quería contar. Porque las cosas que ocurren, lo que hacen, sienten y piensan los personajes, tiene que ser consecuente con la lógica de cada uno de ellos. Después, a medida que he ido avanzando en la escritura, algunos protagonistas se han hecho más fuertes, han tirado más de la historia, como si se independizaran de la idea primera, y han hecho que pasen cosas. Así se ha ido construyendo Sillage.
En Sillage se mezclan el suspense, el romance, la traición, el misterio, el amor y la soledad. ¿Con qué tres palabras resumirías tu novela?
La traición es una constante en la historia porque muchas certezas que se dan por supuestas se ven dolorosamente quebrantadas, como la pertenencia a una familia, un núcleo propio o la lealtad de la pareja. La soledad es, en definitiva, el rasgo que define a I, y a muchos de los personajes; así como del principal escenario donde se desarrolla la novela.
Y el misterio porque Sillage es una historia y un lugar sobre secretos recobrados. El lector desvelará muchas cosas que permanecían ocultas y darán sentido a la vida y de los protagonistas. Yo creo que hay sorpresas hasta el final de la historia.
La lectura de tu libro nos ha resultado intensa en el mejor de los sentidos. ¿Qué le dirías a todos aquellos escritores en ciernes que están pensando en lanzarse al mundo editorial?
Más allá de animarles a que escriban, escriban y escriban, lo que de verdad tengan que escribir, que lo hagan desde dentro, para agradarse a ellos mismos, no a un hipotético lector. Una vez tengan su obra terminada es importante que la revisen todas las veces que sea necesario antes de darle visibilidad.
A la hora de publicar, es fundamental poner tu obra en manos de profesionales, sobre todo en lo que se refiere a la edición. Es una labor que, cuando se hace bien, pasa desapercibida, pero de eso se trata; pues de lo contrario, la poca profesionalidad se hará notar y, desgraciadamente supondrá una mala valoración literaria del escritor.
Has vivido en Estados Unidos, cuéntanos, ¿qué diferencias encuentras entre el oficio de la escritura y la lectura de la población entre este país y España?
Como lectora y consumidora de libros tengo la impresión de que ambas cosas son bastante diferentes. Creo que en Estados Unidos el acceso a la publicación es más sencillo; como lo es, en general, la realización de cualquier tipo de proyecto personal, artístico o empresarial.
Aunque es difícil encontrar ediciones en inglés de escritores extranjeros, yo creo que en el mercado americano se publica casi todo, si está escrito en lengua inglesa. Muchas editoriales demandan y buscan nuevos autores para su portfolio y manejan el sistema del pago de un anticipo al autor. Además está bastante extendida la figura del agente literario. En cuanto a la promoción y circulación de los libros, también tienen mayor recorrido, por lo menos por un tiempo. La mayoría de la población vive en núcleos urbanos pequeños donde se valora mucho el sentido de la comunidad y se promueve el desarrollo y sostenibilidad de la vida local. Esto también incluye a los escritores y sus obra, donde se les apoya haciéndoles un hueco en las bibliotecas municipales, en clubs de lectura, ofreciendo charlas y entrevistas con los autores, etc.
En cuanto a la lectura, no creo que la gente lea más que en España, pero sí hay muchas diferencias en la lectura en la etapa escolar. El sistema educativo americano cuenta con la asignatura de Inglés y, más adelante, otras más específicas de Literatura. Pero en Inglés a diferencia de la asignatura de Lengua en España, no se da casi ortografía o gramática, más allá de vocabulario y del deletreo de las palabras; con lo que el contenido de la asignatura es básicamente lectura de los clásicos de la literatura norteamericana. Todos los colegios tienen en sus programas algunas obras de lectura obligada como Matar a un ruiseñor, El Gran Gatsby o De Ratones y Hombres, y verdaderamente los alumnos leen, diseccionan, analizan y comentan la obra. Pueden llegar a estar un trimestre completo con un solo libro, y a veces, incluso más. Además es bastante corriente que a final de curso representen parte de la obra en una importante y cuidada función teatral. En los colegios también se trabaja mucho la escritura, fomentando la expresión escrita mediante artículos, redacciones; desde luego mucho más que en España.
Antes de dar por terminada la entrevista, nos gustaría dejarte un espacio para que le comentes lo que quieras a los lectores.
Agradezco a los lectores que hayan llegado hasta aquí para conocerme. Les invito, cómo no, a que se acerquen a Sillage y se animen a leerla. Espero que si lo hacen, logre llevarles a pasar esos buenos momentos que, a todos a los que nos gusta leer, buscamos en un libro.
Muchas gracias por hablar con nosotros acerca de Sillage. ¿Podremos esperar más libros de Nieves Franco?
Me gustaría mucho que así fuera. El tiempo dirá.
Disponible en: Casa del Libro, Amazon, Agapea, Nubico y Read On Time
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