Hola, Mariluz. Tu libro, Eutimia. Yo estoy loco, y ¿tú?, es un relato autobiográfico que nos acerca a las vivencias de una persona que convive con un trastorno bipolar. ¿Qué te llevó a escribir la obra?
Fue algo terapéutico, en cada una de las fases por las que pasas en esta enfermedad todo tu mundo se revuelve y el escribir me ayudaba a poner en orden mis pensamientos y mis emociones y a tomar perspectiva del trastorno. Además, como he tenido que contar muchas veces mi historia tanto a médicos como a conocidos y amigos para explicar en qué consiste esto de tener trastorno bipolar decidí hacer un libro con todas esas vivencias para no tener que repetirlo una y otra vez.
Leyendo Eutimia a veces podemos tener la sensación de estar ante un relato fantástico más que ante una biografía. Nos llegamos a emocionar acompañándote en tus vivencias. ¿En tu libro relatas solo tus propias vivencias o te has inspirado en alguna otra persona?
Todas están inspiradas en mi propia vida, pero hay que tener en cuenta que he tardado tiempo en escribir este libro, casi 10 años, y que resume casi 20 años de enfermedad; si a eso le juntas un carácter inquieto y buscador surgen realmente todas esas historias y algunas más que me he guardado.
Leer tu relato autobiográfico es casi como oír tus pensamientos. Está escrito de una forma cercana y sencilla. ¿Cómo ha sido el proceso de escritura?
Pues a base de muchos borradores. Lo primero era ponerme delante del ordenador y hacer un esquema con las cosas que me habían pasado desde la última vez que había escrito hasta ese momento y luego lo relataba como si fuese un diario: qué me estaba pasando, o a quién había conocido, o lo que había descubierto en aquel momento. No me guardaba nada, daba todos los datos, nombres y apellidos, pero también mi propia opinión al respecto de lo que iba sucediendo.
Después venían los filtros; cuando ya pensaba en publicar mi madre, principalmente, se lo leía y me decía lo que podía ser más o menos apropiado, me dibujaba las líneas rojas. Si no fuera por ella este libro solo me hubiera buscado problemas.
También se lo leyó mi padre, que era el que me hacía las correcciones en el texto en sí, pero lo hacía pensando que realmente nunca llegaría a publicar nada parecido.
¿Qué quiere decir ‘eutimia’? ¿Por qué decidiste ponerle ese nombre a tu novela?
Se llama Eutimia a la etapa de estabilidad entre la manía y la depresión, a lo que yo aspiraba cuando estaba arriba o abajo y donde me ha costado tanto tiempo llegar. Quise que fuera el título central del libro porque es en sí misma una esperanza, un objetivo, por lo que hay que luchar cuando esta enfermedad te sacude; es casi como si te hubieras curado. Es el banderín que clavaría si subiera al Everest.
Uno de tus objetivos al escribir Eutimia es acercar el tema de la salud mental, y en concreto el trastorno bipolar, al público general. Para contribuir a arrojar algo de luz sobre el asunto: ¿podrías explicarnos brevemente qué es un trastorno bipolar?
Pues es un trastorno afectivo en el que se suceden estados de euforia extrema (manías) —en que uno siente que puede ir más allá de todo y se alteran funciones como el sueño, en donde en tu cabeza se aceleran pensamientos y emociones y pueden desarrollarse alucinaciones auditivas y sonoras— y fases de depresión en las que te hundes completamente, tus pensamientos son oscuros y autolesivos y la dejadez es completa.
Con el tratamiento adecuado esas fases van cesando y llegas al ansiado estado la eutimia donde tienes una afectividad estable con las mismas oscilaciones que tendría cualquier persona sin este trastorno.
En un momento dado relatas: “En el estado previo a la euforia, la hipomanía, uno tiene la falsa percepción de normalidad. Más que eso, uno se siente de maravilla sin ser consciente de estar en el paso previo a una crisis maníaca. Ahí las personas que te conocen son fundamentales”. Sin embargo, la sociedad sigue estigmatizando tremendamente a las personas con problemas de salud mental. ¿Cómo crees que podemos solucionar este problema y acercarnos más unas a otras? ¿Crees que hemos avanzado en los últimos años, o seguimos teniendo los mismos prejuicios?
Yo creo que el camino es la pedagogía, es explicar una y otra vez en qué consiste la enfermedad; aunque sepas que la mayoría de las personas no han entendido eso te ayuda a ser coherente contigo mismo. Y que cada vez seamos más, más enfermos que no se avergüencen de decir qué es lo que les pasa, salir de nuestro particular armario. Y dar ejemplo de normalización, de que un enfermo mental con su tratamiento es una persona discreta, con su familia, amigos, trabajo y que puede ser tu vecino, tu portero, tu cuñada… que nadie está libre de padecer una enfermedad mental y que en esta sociedad cada vez seremos más los que vayamos al psiquiatra.
La vergüenza y el miedo siguen estando ahí y es contra lo que tenemos que luchar, con información, con ejemplos sanos, cuidando el lenguaje y dándonos cuenta de que un enfermo mental sufre mucho, poca gente siente empatía con estas enfermedades. Hay que abrir las ventanas.
En tu relato hablas a menudo de la religión, el budismo…. ¿Qué significa para ti la espiritualidad?
Para mí es la fuente de todo poder, de toda virtud, donde encuentro la guía, el camino a seguir, donde descanso y recupero fuerzas. Creo que es a lo que todos estamos llamados, a la trascendencia. Para mí es la verdadera vida, que puedes empezar a disfrutar en el aquí y en el ahora y da sentido a todo lo demás.
¿Qué ha supuesto para ti tu diagnóstico? ¿Qué le dirías a alguien que acaba de recibir un diagnóstico similar?
Para mí ha sido la causa de muchos de mis fracasos en la vida, el motivo de una lucha continua; ha llegado a ser mi enemigo, un caballo imposible de domar pero también la causa de unión de mi familia y el despertar de una creatividad que ni sospechaba. En resumen, es lo que ha forjado mi carácter.
Le diría que no deje el tratamiento por ninguna circunstancia, que acuda a alguna asociación en su ciudad, que conocerá a más pacientes, que no está solo. Que tenga mucha paciencia consigo mismo y que esto, aunque no se cura, tiene algo muy parecido que es la eutimia.
El libro acaba de una forma un tanto abrupta. ¿Tienes pensado seguir escribiendo?
Este libro está marcado por una etapa en concreto, prácticamente empieza y acaba con el mismo pensamiento en la cabeza. Pase lo que pase después ya habrá cambiado algo sustancial en el personaje que no se podrá repetir.
Sí, la verdad es que no he dejado de hacerlo, para publicar o no, pero yo sigo escribiendo. Siempre tengo alguna idea y me encanta, me relaja mucho así que es muy probable que este no sea el último libro de la serie.
¿Algo más que quieras decir a quienes nos estén leyendo?
Que esta es mi historia, mi vida, que he querido desnudarme delante de todos ellos para suscitarles emociones y preguntas, que me ha costado mucho trabajo trasmitir lo que pasaba por mi mente. Que todo es real, es auténtico y que me siento muy alagada cada vez que alguien se acerca a este libro, lo lee y se asombra. Me encantaría saber si este libro ha conseguido cambiar en algo su vida o ha sido eso…. Una historia.
Me encantaría que por lo menos me hicieran un favor, que abran esa ventana y hablen de esto, solo les pido que hablen de esto.
Nos despedimos con este mensaje esperanzado. ¡Muchas gracias, Mariluz!
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