¡Bienvenido, José! Es un placer para nosotros hablar contigo sobre tu nuevo libro Mi viaje por la senda de la vida (editorial Tregolam). En esta obra reflexionas sobre las inquietudes que tiene todo ser humano. Temas como el amor, la pérdida o la fe se proyectan mediante poemas y escritos.
Esta obra es la entrada a tus pensamientos más profundos. ¿Qué te impulsó a publicar el libro?
Muchas gracias, por vuestra atención e interés.
La razón fundamental de escribir este libro se origina con la partida de mi madre en el año 1978, tal y como comento en el libro. Mi madre, creo que como todas las madres, fue muy querida por todos sus hijos. Éramos siete hermanos. Ahora solamente quedamos cuatro. Sufrió mucho. Unos cuantos años antes, había padecido las fiebres de Malta. Se marchó con 66 años. Cuatro días más tarde le escribí la carta y ese pequeño poema que aparece conjuntamente en la primera parte del libro.
Al de mi madre le sigue el de mi padre. Este aún vivía.
Desde niño, siempre me gustó observar la naturaleza, las aves y los reptiles —menos las culebras, esas me aterraban. Especialmente, me gustaban las cigüeñas que cada primavera llegaban al campanario de la torre del pueblo. De ahí que, sin ser consciente, se fuese imprimiendo una cierta sensibilidad en mi interior. De igual manera, me preguntaba sobre ese Dios del que tanto se hablaba. ¿Quién es? ¿Dónde está? ¿Qué pinta tiene? ¿Será ese señor con barba? ¿Por qué, cuando aparecía el cura del pueblo, había que ir a besarle la mano?
Como comentas en el preámbulo de la obra, algunos de los textos ya aparecían en Pensamientos. Este fue el primer libro que publicaste en 1999 con la editorial Alhama de Burgos. ¿Qué diferencias has encontrado entre el proceso de editing actual y el de antaño?
La diferencia es considerable. Se trataba de una editorial familiar pequeña. Tenía un buen nivel en aquella época. Es evidente que los tiempos han cambiado mucho. En aquella época no se podía ofrecer lo que ahora me ofrece Tregolam en todos los campos, de manera especial todo por email, así como la rapidez en el intercambio de documentos, las herramientas, etc.
Muchos de los lectores te pidieron que publicaras de nuevo tus reflexiones y poemas. ¿Qué se van a encontrar en esta nueva edición? ¿Crees que se van a sentir identificados con los temas de la obra?
Pienso que sí. En esta nueva edición, se incorporan muchos temas que antes no salieron porque la editorial consideró que había temario suficiente para escribir un segundo libro. Todo ese material aparece en esta edición. Se incluyen unas introducciones en cada uno de los bloques en los que se divide este nuevo libro.
Me preguntaban por qué decía lo que había escrito. Bien, previo a cada uno de los bloques en que se divide el libro (inquietudes espirituales, sentimientos de amor, reflexiones para la vida, cuando partimos etc.), hago una breve introducción previa. Es bastante escueta. Creo que simplifica lo que pienso en cada uno de ellos. Considero que los lectores sí se sentirán identificados con muchos temas que se incorporan ahora.
Desde la publicación de Pensamientos a Mi viaje por la senda de la vida han transcurrido bastantes años. ¿Qué diferencias has encontrado al escribir este libro con el anterior? ¿Has notado que tu estilo haya madurado con la experiencia?
Tampoco es que haya variado mucho. Me explico. Estos años sí que me han servido como una forma de ver y planificar el desarrollo del mismo.
Los sentimientos, lo que pienso de lo que me rodea, mis inquietudes o mi sensibilidad son los mismos. Evidentemente, si cabe, aún más sólidas y reafirmadas. Siempre he escrito desde aquello que creo y que defiendo en la vida en todos los aspectos. Es cierto que el mundo ha cambiado muchísimo. En especial, echo de menos muchos valores en la sociedad. El respeto, la atención a los mayores… Hay demasiada desidia. Muchas veces no se tiene en cuenta la atención de unos hacia otros.
Sí, la experiencia es diferente, es lógico. La universidad de la vida te enseña. Y más te vale aprender las lecciones cuanto antes porque, si no lo haces, la siguiente bofetada que te dará la vida será mayor. Así que, o aprendes, o la vida te devuelve a la realidad y te coloca en tu sitio.
El paso del tiempo también influye sobre los sentimientos a la hora de escribir. ¿Cómo te has sentido al volver a leer tus escritos? ¿Te ha dolido ver los cambios que ha habido en tu vida hasta ahora?
Como decía anteriormente, los sentimientos son los mismos. Desde luego, pueden cambiar en el sentido de ser más analítico en esta sociedad que nos toca. Pero eso que sale y aflora, en este caso, de mi interior, sí, la sensibilidad y los sentimientos son los mismos. Por supuesto, más analíticos y, por ende, diferentes en algunos aspectos. Quizá, más reforzados al comprobar que no andaba demasiado errado.
No, no me han dolido los cambios que se han producido en mi vida desde entonces. Quizá porque muchas de las situaciones difíciles ya habían cerrado una etapa. Otras se encontraban en proceso de llegar a buen término. Estoy satisfecho con los acontecimientos ocurridos en mi vida. Algunos, como es natural, han sido mucho más duros que otros. Pero todos, absolutamente todos, te forjan, te hacen crecer y te dan seguridad y firmeza. Te enseñan a no guardar nunca rencor. Te colocan en el camino más adecuado para continuar caminando y creciendo. Si alguien me preguntase si volvería a hacer lo mismo después de estos años transcurridos, tengo que decir que SÍ. Lo otro es un tópico que no sirve para nada. Pero claro, sabiendo lo que sé, lo que todos y cada uno de nosotros sabemos con el transcurso de los años, diríamos: «No, yo no cambiaría nada». Esta respuesta sería una falacia estúpida. Claro que cambiaríamos muchas cosas, claro que sí. Cuando miramos al pasado desde el presente, siempre hay cosas que se hubieran cambiado. Pero desde este presente, la pregunta quizá sería esta: «¿Estás satisfecho con tu vida?». Pongo la balanza y digo: «sí, lo estoy». No olvidemos, como digo en uno de los pensamientos del libro, que somos el fruto de la semilla que plantamos ayer. Por lo tanto, escoge bien la semilla del fruto que plantamos hoy porque seremos nosotros mismos quienes probaremos el fruto que recogeremos mañana.
En cualquier caso, al mirar la vida en retrospectiva, estoy seguro de que todo lo que he hecho y me ha sucedido finalmente tiene un porqué. ¿Por qué me ha sucedido esto o aquello? Debemos vivir cada día de nuestra vida con seguridad y decisión. Jamás, haya pasado lo que haya pasado, guardemos rencor, aunque no podamos olvidar. Porque no se puede olvidar. Perdonemos, amemos y respetemos siempre al otro. El otro tiene su propia historia. ¿Y por qué no vamos a estar nosotros equivocados? Seamos humildes.
Exponer tus sentimientos no debe ser fácil. ¿Has sentido miedo de que los lectores te conozcan en este plano tan personal? ¿O para ti es una especie de catarsis?
Bueno, es relativamente sencillo y no tiene porqué ocasionar ningún trastorno. Siempre digo que «aquello que digas, que pronuncies o escribas, debes ser capaz de decirlo o defenderlo en cualquier lugar o delante de quien sea necesario». ¡Qué sencillo! Pues sí. Así de simple. Ahora bien, aquello que es tuyo, eso que cada uno llevamos en nuestro ser más profundo, es solo mío, es solo nuestro. No es de nadie más. Pero si un día lo compartes, desde ese preciso momento estarás siendo una veleta al viento y seguirás la dirección que otros marcarán por ti.
Tampoco es ningún tipo de catarsis. No, para nada. Todo lo que está escrito en el libro es libre. Es lo que siento. De lo contrario, no lo hubiera escrito. Lo defenderé siempre. ¿Puede que esté equivocado? Es posible. ¿Por qué no? Pero es una parte muy importante de lo que soy. Soy algo mucho más profundo. Pero eso solo es mío. Pienso que el cuidado y el respeto para cada uno consigo mismo debe ser cuidado, amado y celosamente guardado.
Como avanzábamos, este libro está compuesto de reflexiones y poemas. Ambos textos están estrechamente ligados por el tema común del que hablen. Por ejemplo, encontramos algunos como el amor, la muerte, la religión o la propia vida. ¿Te sientes más cómodo escribiendo poesía o tus reflexiones? ¿Corriges tus escritos o prefieres mantenerlos tal y como los escribiste?
En realidad, me siento muy cómodo escribiendo todo. Bien sean reflexiones, poesía espiritualidad, poemas sobre la muerte, etc., me es indiferente. Pero siempre respetando la idea de cada uno. No olvidemos que son mis reflexiones y es muy posible que no gusten a muchas personas.
Sí, por supuesto que corrijo lo que escribo, especialmente cuando lo escribo por primera vez. Sé lo que quiero expresar y no siempre salen las palabras adecuadas que reflejen aquello que quiero. Hay que hacerlo bonito y que las palabras digan de la mejor manera lo que quiero. En otras muchas ocasiones brotan de mi mente tal cual las siento y las dejo como han salido. Siempre dependerá del momento en el que son escritas y por supuesto de los hechos que te llevan a escribirlas.
Mi viaje por la senda de la vida es un canto al ser humano, a sus sentimientos y a sus pensamientos. ¿Cuáles de los temas tratados en el libro te dio más miedo escribir? ¿Y con cuál encontraste más inspiración?
Sí, es un canto al ser humano. Creo en el ser humano, especialmente en los jóvenes. Estos poseen un potencial impresionante en muchos sentidos. Espero casi todo de ellos. Al fin y al cabo, son la esperanza de la humanidad. Esta es cambiante. El mundo es cambiante. Si nos remontásemos a la juventud de nuestros padres, de nuestros mayores, ¿qué dirían sus padres? Ellos venían de otra cultura diferente a la de nuestros padres. Seguramente, también pensarían: «¿a dónde van estos jóvenes de hoy con esas ideas?» Sí, con cada generación el mundo seguirá cambiando. Es un canto al ser humano y espero y deseo que a una humanidad mucho más «humana».
Respecto de qué temas me dio más miedo escribir, no sabría muy bien qué contestar. Cada uno salía, lo sentía y lo escribía. Debo decir que todos mis textos no me han salido en cuatro días. Ha sido fruto de tiempo, de acumular escritos y, llegado al día de hoy, plasmarlos. Y por suerte ha sido aceptados y publicados. A veces salían entremezclados: amor, espiritualidad, reflexiones, todo.
No sé. En la espiritualidad, expongo lo que siento. En el amor, lo que he visto observado y vivido. ¿Más inspiración? Es una mezcla de amor y búsqueda, casi no podría separarlos. En cualquier caso, en todos ellos fui recogiendo lo que sentía y percibía. Como he mencionado, de todo en cualquier momento.
En esta obra también hablas sobre tu familia, en especial de tus padres. Es un homenaje precioso a su memoria. ¿Cómo te enfrentaste a contar su historia en el papel tras su pérdida?
Nosotros, mi familia, siempre hemos estado muy unidos. Hemos tenido algunas discrepancias, como es natural en todas las familias. Esto no es un homenaje a mis padres. Ellos se hubieran merecido mucho más que esas cuatro palabras que les dirijo. Cuando he visto su trabajo, sus esfuerzos para sacar a siete hijos adelante con lo más básico y elemental a su alcance, cuando mi hermano mayor emigró como tantos y tantos otros de muchas familias, cuando los siguientes le siguieron y los siguientes y finalmente lo hicimos todos. Fue lo mejor que pudimos hacer. Nos juntábamos todos con cierta frecuencia. Mis padres, sencillamente, fueron geniales. Nacieron y sufrieron, vivieron en la etapa de la guerra y lo pasaron muy mal. Lucharon y nos enseñaron valores, respeto a todo y a todos, ser humildes y trabajar para salir adelante.
Plasmar todo esto tras su pérdida no fue difícil. Sencillamente me los imaginaba tal y como eran, así de sencillo.
Cuatro días después, le escribí la carta a mi madre y ese breve poema. ¡Dios, qué gran mujer! Más tarde escribí el de mi padre. Aunque a él se lo dediqué en vida. Fue una gran satisfacción podérselo leer.
Un asunto muy interesante del que hablas es la lucha interna entre creer y tener fe en Dios o no. ¿Qué consejo le darías a las personas creyentes con una vida difícil o que han sufrido la pérdida de alguien querido que padecen esta situación?
Bueno, de entrada, diría que sí, que hay que tener fe en Dios. Lo explico en el libro. Yo creo en ese Dios que está por encima de todas las religiones y creencias de los hombres. Si no, ¿qué sentido tendría la vida si algo, alguien, Dios, la Luz, el Amor Divino o lo que cada uno queramos creer que existe y le llamemos como le llamemos? ¿Qué sentido tendría todo? Si Dios no existe, ¿qué existe? ¿Nada? ¿Quizá tampoco exista la supraconsciencia universal? ¿Cómo es posible que plantas de diversas especies sean capaces de crecer, de ser esplendidas o se mustien según se les trate, según se les ponga una música u otra? ¿Es que acaso el hombre es menos? Sí, creo en ese Dios.
¿Qué consejo les daría a las personas creyentes con una vida difícil o que han sufrido la pérdida de alguien querido que padecen esta situación?
Es muy difícil dar este tipo de consejos por escrito. Lo primero que les diría es que no se aferren a ese ser querido. Que abran las manos y les dejen partir. Todos llevamos un traje por la vida: nuestro cuerpo. Este es el envoltorio que le sirve a nuestra alma, a nuestro espíritu, para crecer, para evolucionar, para seguir acercándonos a lo Divino y formar parte de Él. Nuestro cuerpo se entierra, se pudre, desaparece o se incinera. No hay nada de lo que fuimos, tan solo nos queda la estela del recuerdo en los seres más cercanos. Sí, profunda, llena de amor y de multitud de recuerdos. Pero ya no estamos físicamente. Nuestra alma y nuestro espíritu son libres. Abramos nuestras manos y digámosle: «Vuela, sé libre, márchate».
Por experiencia, con muchas personas en estos casos diré que todos aquellos que abrieron sus manos y dejaron marchar a sus familiares que ya habían partido, incluso años antes, fueron ellos mismos los que en primer lugar experimentaron la libertad. Es posible que psicológicamente todo ello tenga una explicación. Sí, así es. Pero también creo que esa alma, ese espíritu, también son reales. El ser humano no solo es cuerpo, mente, algo fisiológico. ¿Qué ciencia ha sido capaz de medir lo más profundo del ser humano? Eso no quiere decir que, como no se ha podido medir, no existe. No seamos necios. ¿Acaso el desconocimiento de la ley nos exonera de su cumplimiento? Nunca diremos que esa ley no existe. En tal caso, si la trasgredimos, nos será aplicada. Luego existía.
Si es tu caso, abre tu mano, no porque yo te lo pida, sino porque de verdad quieras hacerlo, y dile a ese ser querido: «Te amo, te quiero, abro mis manos y te pido que vueles libre, sigue tu camino. Siempre estarás a mi lado, pero ahora, márchate tranquilo. Vete».
En tu obra haces alusión a obras de grandes autores como Coplas por la muerte de su padre, de Jorge Manrique, o Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Nos pica la curiosidad. ¿Cuáles son tus géneros literarios favoritos? ¿Y tus autores consagrados?
Sí, he leído a Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Machado, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Gloria Fuertes (esta mujer fue y será siempre un encanto), etc. Me gusta oír a todos los cantautores. Y ahora, después de haber querido leerlo hace muchos años, estoy leyendo El Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra. Pero, curiosamente, cuando escribí las aventuras de Andrés de la Vasconia y su encuentro con don Quijote y Sancho, no lo había leído nunca. ¿Parece mentira? Sí, pero es cierto. También he leído a otros muchos autores que no recuerdo. Unos me han gustado más que otros.
Estamos llegando al final de la entrevista. Pero antes nos gustaría dejarte un espacio para que compartas lo que quieras con tus lectores.
A aquellos lectores que hayan tenido la paciencia de leer mi obra o lo vayan a hacer, solamente les doy las gracias por haberla leído entera o solo una parte de ella.
Mi libro se puede leer sin seguir un orden establecido. Disfruta abriéndolo por cualquier página léelo y hazlo tuyo. Recuerda: todo lo escrito es para ti.
Querido lector, si hubiera algo en tu vida que te inquiete, confía en ti. Jamás dejes de hacerlo. Hoy quizá estés hundido en un pozo que parece que nunca tiene fin. Pero, por favor, confía en ti. Trata de buscar la parte positiva. Quizá la situación en la que te encuentras en algún momento no fue bien planificada y de esta experiencia siempre se aprende. Jamás te culpes por ello. Seguro que cuando tomaste esa decisión, fue porque consideraste que sería lo mejor. Por lo tanto, no te sientas culpable. Corrige, pide disculpas si aún estas a tiempo. Eso es de sabios, no de cobardes. Recuerda que tu vida, si la miras en retrospectiva, ha tenido muchos momentos de felicidad y de calma. ¿Por qué no vas a volver a tenerla? Siempre debemos asumir la responsabilidad de nuestras decisiones, de nuestros actos. Esto nos ayudará a ser más consciente de nosotros mismos y también más honestos. En cualquier caso, siempre, absolutamente siempre, eres muy importante para alguien que te quiere. Ve y refúgiate bajo su sombra. Al menos no estarás a la intemperie.
Querido lector, gracias.
¡Muchas gracias por atendernos, José! Te deseamos muchísimo éxito con tu precioso libro. Mi viaje por la senda de la vida ya está disponible en las librerías online.
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