¡Bienvenido, Jorge! Muchas gracias por hablar con nosotros sobre la publicación de tu libro La batalla del emprendimiento: lecciones de la historia para liderar y triunfar en la empresa (editorial Planeta, Paidós Empresa), un ensayo donde analizas, a través de diferentes figuras y hechos históricos, los fundamentos del mundo empresarial. Este libro, además de explicar en qué consiste el mundo empresarial, da claves y consejos sobre cómo llevar una buena práctica del mismo. ¿Por qué decidiste lanzarte a escribirlo?
El libro es un producto de mis propios fallos, de la ayuda que recibí en el camino y, por tanto, del deseo de devolver mucho más a los demás para que no cometan mis mismos errores y para que puedan lograr sus objetivos en el menor tiempo posible.
Hace años fracasé en mi primer emprendimiento, y me dirigía hacia el mismo destino con el segundo debido a fallos personales en liderazgo, al desconocimiento empresarial, al no asumir una debida responsabilidad y a las excusas para buscar soluciones. Todo esto afectaba además mis relaciones personales y mi salud.
Era crítico cambiar mis resultados. En algún momento pedí una asesoría a un empresario con amplia experiencia y me pasé la reunión quejándome de las personas que estaban a mi cargo. Su conclusión fue un punto de inflexión en mi vida: «¿Sabes qué?», me preguntó, «Yo te despediría a ti, porque tu gente necesita ser mejor para lograr mejores resultados y no los estás ayudando. No estás liderando». Me di cuenta de que todos mis proyectos profesionales y personales estaban sufriendo por esta misma razón.
Experimenté conflictos internos y externos. No estaba haciendo lo que tenía que hacer, y sabía que el origen de todo estaba en mis falencias de carácter. Fue una época en la que además asumí responsabilidades importantes con negocios familiares.
Mis vacíos eran evidentes y tenía que llenarlos rápido. Comencé a leer como nunca lo había hecho, tanto de empresa como de mi otra pasión: la historia. Me crucé entonces con personas que habían demostrado que muchas cosas eran posibles incluso ante las peores adversidades. Conocí a empresarios actuales y pasados, a los modernos Navy SEALs y a los antiguos estoicos, a guerreros y filósofos, a líderes y personas comunes pero extraordinarias. Y en el proceso, mi concepto de responsabilidad y de liderazgo cambió de forma contundente.
Mi plan era simple y claro: SER mejor, para liderar mejor, para obtener mejores resultados. No ser más una víctima de las circunstancias, sino un producto de mis decisiones.
Lo puse en práctica y rápidamente recordé que liderar seres humanos es un desafío enorme y que ganar en la empresa es duro. Mi plan definitivamente no era una píldora con resultados inmediatos.
Pero la gente a mi alrededor comenzó a crecer, y a mejorar. Y con ello, también las empresas. E, increíblemente, también mi salud y mis relaciones mejoraron de forma muy positiva. Estaba en camino de transformar mi propia vida, para beneficio de los demás y de nuestros resultados colectivos.
Hoy me siento feliz de decir que estoy ayudando a líderes y empresas a crecer a sus equipos y a mejorar sus resultados, como asesor y como miembro de juntas directivas.
Y, como fruto de todo esto, nació un libro: La batalla del emprendimiento.
En la obra comparas las prácticas de la empresa con una batalla que está siempre activa y para la que debemos estar preparados. Por este motivo, y como ya hemos mencionado antes, te apoyas en algunos sucesos de la Historia y personajes más influyentes de esta para explicar ciertas pautas de comportamiento que todo emprendedor debe aplicarse. ¿Cómo se te ocurrió la idea de mezclar el mundo empresarial y los hechos históricos? ¿De dónde surge el interés por estos últimos?
A finales del siglo XIV, la República de Florencia convocó a un concurso en el que participaron artistas famosos, entre ellos Filippo Brunelleschi. El encargo consistía en la construcción de la cúpula del Duomo, la catedral de la ciudad, algo complicado puesto que la catedral ya se había construido en su totalidad y solo faltaba la cúpula, y nadie sabía cómo construir algo de semejantes dimensiones. Brunelleschi conocía bien aquel edificio gótico, pero necesitaba ir más allá si quería ganar el concurso, así que marchó a Roma a estudiar las ruinas romanas y decidió emplear elementos clásicos para construir formas nuevas. Fue el camino que le dio la victoria: conocer bien lo antiguo para poder innovar. Si quería hacer algo original, tendría que buscar en la sabiduría del pasado. Es algo similar a lo que he descubierto en el camino empresarial.
Desde hace muchos años sentía curiosidad por la caballería medieval. Pero fue desde que viví en Roma y me sumergí en su historia, cuando comencé a leer novelas históricas, y posteriormente libros de historia. Y me di cuenta de que, como empresario y líder, si quería mejorar algo en el presente y hacia el futuro, la sabiduría del pasado era una gran maestra a la que valía la pena escuchar y de la que era importante aprender.
Fue así como terminé juntando ambas pasiones, la empresa y la historia, con excelentes resultados.
Relacionado con la pregunta anterior, nos interesa mucho saber cómo fue la labor de selección de los pasajes históricos y de las citas de cada una de estas celebridades que mencionas en este ensayo. ¿Qué proceso seguiste para seleccionarlos? ¿Cuáles fueron tus principales fuentes de recursos? ¿Hay alguna cita que se incluya en tu libro que te haya marcado especialmente?
Elegir los pasajes históricos no fue una tarea complicada, porque los ejemplos abundan y son increíblemente instructivos. Durante muchos años había tomado notas de episodios y líderes de la historia: Roma, Grecia, Persia, mongoles, batallas antiguas y modernas, etc., y con el tiempo había comenzado a ver los paralelos con el mundo empresarial. De ahí en adelante, el desafío fue poder contar una historia coherente.
Mis fuentes fueron libros de historia y empresariales, así como textos históricos y biografías, entre otros. Y desde luego, hay citas que me han marcado, por ejemplo:
De Publilio Siro: «Vincit qui se vincit», es decir, vence aquel que se vence a sí mismo.
De James R. McDonough: «No me consideraba apto para liderar, pero el trabajo era mío y no podía renunciar… Tenía que hacerlo».
De Thomas Jefferson: «En cuestiones de estilo, nada con la corriente; en cuestiones de principios, mantente firme como una roca».
Del general George S. Patton: «Un buen plan vigorosamente ejecutado hoy es mejor que un plan perfecto ejecutado la próxima semana».
De J.R.R. Tolkien: «Todo lo que debemos hacer es decidir qué hacer con el tiempo que nos es dado».
De los U.S. Navy SEALs: «No hay malos equipos, solo malos líderes».
Del libro: «Los emprendedores se forjan en la adversidad».
Del libro: «No son las circunstancias las que nos definen, sino nuestras decisiones”».
Sabemos que has sido formado en liderazgo por miembros de los U.S. Navy SEALs, la fuerza principal de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos, y cuyas técnicas y consejos señalas en tu ensayo. ¿Cómo relacionaste estos valores de un sector tan distinto como es el del ejército con el emprendimiento? ¿Cuándo opinas que se pueden aplicar de manera más efectiva estas técnicas a la hora de liderar una empresa: solo cuando se encuentre en una situación crítica o durante el día a día?
Los Navy SEALs son una organización de alto rendimiento formada por personas que operan con altos niveles de liderazgo y trabajo en equipo para llevar a cabo misiones de forma exitosa y consistente. Es una definición que no se aleja de lo que quisiéramos para una empresa, y, por tanto, podemos tomar muchos aprendizajes de ellos.
Los principios y técnicas de liderazgo y gestión que podemos implementar de los Navy SEALs y otras unidades de élite son aplicables en la empresa en situaciones críticas, desde luego, pero más que nada durante el día a día, todos los días. Y son principios increíblemente efectivos, pues han sido probados precisamente en circunstancias extremas, pero continúan evolucionando en periodos de paz.
Como comentamos, el libro va enfocado sobre todo a los emprendedores que quieran formar buenas empresas, pero ¿crees que se podrían extrapolar los consejos que se dan a lo largo del ensayo también a nuestra vida personal? ¿Por qué?
Completamente. Esta extrapolación, por ejemplo, fue la que ayudó a mejorar mi salud (por cierto, muy afectada) y mis relaciones, y me ha permitido crecer como ser humano en todo sentido.
En las empresas lideramos equipos. Al vernos como individuos, parecería no existir un equipo, pero no es así: nuestro ser del pasado tomó decisiones que impactan a nuestro ser del presente, y nuestras decisiones y acciones de hoy afectarán a nuestro ser del futuro. Por tanto, es muy útil vernos como un equipo al que podemos liderar hacia un destino mejor, haciendo énfasis en nuestro ser de hoy.
Aparte de esto, los individuos, como las empresas, podemos elegir misiones, valores y visiones que valgan la pena para vivir vidas plenas. De igual manera, podemos definir objetivos, estrategias y planes de acción y llevarlos a cabo de tal manera que cambiemos nuestro presente y nuestro futuro, así como el de las personas que nos rodean y el de quienes vendrán después.
En tu ensayo explicas que una de las tareas fundamentales del emprendedor es encontrar una base de clientes que se ajuste a nuestro modelo de empresa y que sean compatibles con nuestros productos. ¿Qué diferencias existen, por lo tanto, a la hora de realizar esta búsqueda de clientes entre una empresa o un autónomo? ¿Opinas que existe competencia desleal?
Es muy posible que existan diferencias en presupuesto, capacidad de ejecución, tecnologías, etc., entre una empresa y un autónomo. Pero no deberían existir diferencias en cuanto a los principios básicos: posicionarse intencionalmente en la mente del nicho objetivo, hablar su mismo idioma, buscarlos allí donde se encuentren, conectarse con historias con las que el cliente se identifique, etc. Esos principios, y muchas técnicas para su implementación, aplicarán para ambos actores según sus capacidades.
En relación a la competencia, dado que no existen reglas universalmente acordadas por las empresas para el «juego empresarial», desde luego que hay quienes emplean prácticas desleales para crear ventajas sobre los demás, como por ejemplo: vender a precios inferiores al coste, engañar a los compradores, difundir información falsa, etc. Mi invitación será siempre alejarse de estas prácticas, no solo por las posibles consecuencias de largo plazo para la empresa, sino especialmente porque necesitamos más organizaciones haciendo las cosas de forma correcta. El mundo lo necesita.
En relación con la pregunta anterior, otra de las cualidades que debe poseer el líder empresarial es habilitar la comunicación con los empleados, pues es esencial para forjar un equipo de trabajo que haga posible que la empresa subsista y consiga los objetivos marcados. ¿Cómo puede lograr el emprendedor crear un ambiente distendido donde cada uno de ellos trabaje bien y consigan enriquecer al compañero?
Un ambiente organizacional idóneo ayuda al equipo entero a ganar en el cumplimiento de su misión. Y la formación y mantenimiento de este ambiente son responsabilidades del líder.
Por ejemplo, no deberíamos liderar a nuestra gente basados en la autoridad o la jerarquía, sino en la responsabilidad, las buenas relaciones, el respeto, la confianza, la escucha, la humildad y la descentralización, entre otros. De esta manera, construimos poco a poco nuestro «capital de liderazgo» sin apostarlo todo en cada jugada.
Pero para todo lo anterior, necesitamos antes procurar siempre traer la gente correcta al equipo: personas alineadas con nuestra misión, visión y valores; personas automotivadas en quienes podamos depositar confianza, y delegar responsabilidades.
Ese equipo estará llamado a cumplir diariamente una misión con los clientes, y para eso necesitarás que, efectivamente, sea un equipo verdadero, no simplemente un grupo de personas trabajando juntas. Esto requerirá de tu influencia como líder, la cual se adquiere construyendo relaciones y ganándose la confianza. ¿Cómo lo hacemos? Damos primero confianza a nuestra gente, los escuchamos y les decimos la verdad, mantenemos nuestro ego a raya y los llevamos a convertirse en personas excelentes, de alto desempeño, orgullosas de sí mismas.
Esas personas, como diría Confucio, nos seguirán de manera voluntaria, no por nuestra posición o título, sino porque nos lo habremos ganado con una fuerza moral.
Algunas de las bases elementales para formar una empresa son tener muy clara la esencia que quieras que tenga y establecer unos objetivos mínimos a los que se necesita llegar y seguir ampliándolos. No obstante, cuando alguna de estas bases falla, ¿crees que se deben buscar soluciones para restablecerlas y seguir con el proyecto o es mejor cambiar progresivamente alguna de ellas para ajustarse más a la situación dada?
La Roma antigua se basaba en fundaciones sólidas constituidas por unas costumbres ancestrales llamadas mos maiorum. Cuando estas comenzaron a flaquear, Roma comenzó su lento declive hacia el colapso.
Es importante preguntarnos: «si las fundaciones de un edificio comienzan a fallar, ¿cuánto tiempo tendremos antes de que toda la estructura caiga?» Seguramente actuaríamos con rapidez para darles solidez, en lugar de adaptar y cambiar la estructura que se construye sobre ellas. En las compañías deberíamos actuar de igual manera. Tomar decisiones sobre fundaciones resquebrajadas puede impactar negativamente el largo plazo de las organizaciones; y el objetivo de las empresas no es simplemente lograr algo en el corto plazo, sino perdurar exitosamente en el largo plazo.
Por ello, las bases deben permanecer sólidas.
Como explicas en La batalla del emprendimiento, hay algo que es esencial en todo negocio: el credo empresarial. Este es el alma de la empresa, y está formado por la misión, la visión y los valores de esta, por lo que debe recogerlos de forma inspiradora. Esto nos parece bastante complicado, teniendo en cuenta que no se suele modificar en exceso a lo largo del tiempo, por lo que debe estar muy pensado y bien ejecutado. Así pues, ¿qué recomendarías a la hora de crear un buen credo empresarial?
Recomiendo mantener las cosas simples, prácticas e inspiradoras.
El credo empresarial debe ser simple, porque todos en la empresa deben poder comprenderlo para poderlo ejecutar.
Debe ser práctico, porque de nada sirve un texto bonito en un papel. Es necesario que en el día a día funcione como norte y como brújula para todos en el equipo.
Debe ser inspirador porque es importante dar sentido a nuestro tiempo de vida en el trabajo. Esto ha sido siempre una profunda necesidad humana.
La misión, la visión y los valores deben estar conectados y alineados para formar un mensaje coherente y accionable. ¿Qué quiere decir esto? Que al llevar a cabo exitosamente nuestra misión, de forma diaria, y guiados por unos valores comunes, la visión de un futuro mejor debería irse materializando.
Y nuevamente hago énfasis: es importante mantener este mensaje simple, práctico e inspirador.
A lo largo de la obra has nombrado a algunos líderes exitosos que se han abierto camino a pesar de las dificultades, como Abraham Lincoln, Walt Disney, Fred Smith, Henry Ford, Bill Gates o Steve Jobs, entre otros. ¿Qué perfil crees que se ajusta más a la visión global de tu ensayo? ¿En qué otros líderes has encontrado inspiración?
Creo que el perfil que más se ajusta sería el de Abraham Lincoln, una persona para quien «el camino era difícil y resbaladizo». Como él mismo dijo, «resbalé, pero me recuperé, diciéndome que aquello era un resbalón y no una caída». Es apropiado porque hacer empresa y liderar no es sencillo, incluye muchos resbalones y, por tanto, requiere de esfuerzo, crecimiento y perseverancia. Es, como dicen los Navy SEALs, forjarse en la adversidad.
Algunos otros personajes históricos, intelectuales y empresariales que me vienen a la mente en este momento y en quien he encontrado inspiración son: Louis Zamperini, Viktor Frankl, Jocko Willink, Don Hume, Jordan B. Peterson, Andy Frisella, etc. Son simplemente muchos para recordarlos, pero a todos les agradezco por ayudarme a ver la luz en medio de mis oscuridades.
Este libro es un buen manual para aquellas personas que quieran crear, por ejemplo, una startup, pues reúne todos los puntos clave que necesita a la hora de emprender esta aventura. No obstante, y de manera resumida, ¿qué tres consejos fundamentales le darías antes de que se embarque en esta creación?
Primero: comenzar por uno mismo. Mirarse al espejo con franqueza y buscar conocerse a uno mismo para poder comprender dónde es necesario mejorar, para forjar un carácter que no dependa ni sea víctima de las circunstancias, sino de las decisiones. De este carácter, y de la pasión que sintamos por lo que hagamos, dependerá toda la organización.
Segundo: establecer fundaciones sólidas: misión, visión y valores vivos en la empresa, que sean norte y brújula.
Tercero: liderar, liderar y liderar. Liderar con humildad, asumiendo responsabilidad, buscando soluciones y formando equipos sólidos.
Y un cuarto como bonus: tener fe, es decir, conservar la esperanza de que el futuro puede ser mejor; de que, como dijo Steve Jobs, de alguna manera los puntos se conectarán correctamente hacia adelante.
Antes de dar por finalizada la entrevista, nos gustaría dejarte un espacio para que les comentes lo que quieras a los lectores.
Me gustaría decirles a quienes se hayan tomado el tiempo de leer todo esto: Gracias. Y luego: perseveren, no se den por vencidos, mejoren siempre. Sueñen en grande, y atrévanse a lograrlo.
Y desde luego, los invito a leer mi libro, disponible también en Kindle y en audiolibro a través de Audible de Amazon; a visitar mi website: www.startops.com.co, donde podrán tomar mis servicios en caso de que deseen continuar su proceso de crecimiento; y a seguirme en Instagram, mi usuario es @start_ops.
¡Muchas gracias y todos los éxitos!
¡Muchas gracias por tu tiempo y por contestar a nuestras preguntas, Jorge! Esperamos tener noticias tuyas muy pronto y que tengas mucho éxito con tu libro La batalla del emprendimiento, ya disponible en librerías físicas y online y en formato audiolibro.
Disponible en: Amazon, La Casa del Libro, Librería nacional, Google Play, Panamericana, Buscalibre.com, Librería Lerner, Storytel, Apple Books
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