Entrevista a Javier Peña, autor de «Elementos 3. Diversidad emocional »

Buenos días, Javier. Acabas de publicar Elementos 3. Diversidad emocional (Editorial Tregolam), el cual es la tercera parte de una trilogía cuyo denominador común es la materia que nos rodea, así como el conocimiento del lenguaje que esta utiliza con el fin de entender un poco mejor nuestro mundo.

Los tres libros que forman esta serie son bastante didácticos en cuanto a la física se refiere. Es decir, nos hablas de la materia y de cómo esta influye en nuestro entorno. Un libro que podría leer todo el mundo. Desde niños hasta adultos. ¿Con esta trilogía querías acercar la física a más lectores?
Me gustaría empezar con un matiz para mí muy importante: los libros de la serie Elementos no son libros didácticos en cuanto a la física se refiere, sino que son historias que muestran un nuevo lenguaje que ojalá nos permita interpretar el mundo de forma complementaria. A través de los elementos químicos, de la materia, la creación del planeta Tabla Periódica y aventuras apasionantes, Elementos nos conecta con el planeta Tierra y nos lo muestra cara a cara.
El objetivo es empoderar al lector con el lenguaje de la materia, un lenguaje tan básico como nosotros mismos, que nos permite observar el mundo con los seis sentidos. En mi opinión este lenguaje debería sumarse a los tres con los que ya interpretamos nuestro entorno y que nos enseñan desde pequeños en el colegio: el de las letras, el de los números y el de las notas musicales. ¿Por qué no el de los elementos químicos cuando todo, absolutamente todo lo que nos rodea e interacciona con nosotros son elementos químicos?
No son libros ni de física ni de química. Son libros de aventuras… Y mucho más.

Elementos 3. Diversidad emocional es un cambio de sentido con respecto a los dos anteriores. ¿Por qué decidiste escribir esta historia? ¿Cómo fue tu proceso de escritura?
El primer libro de Elementos se centra en la parte física de nuestro mundo y a través de una emocionante aventura nos muestra las reglas gramaticales básicas del lenguaje, es decir, por qué y cómo se unen los elementos, por qué se une todo. El segundo libro se centra en la parte mental de nuestro mundo y en él se definen lo que en nuestro planeta Tierra interpretaríamos como las vocales, es decir, los elementos básicos de combinación. Las piedras angulares que tiene toda sociedad.
Este tercer libro, Diversidad emocional, se centra en la parte emocional de nuestro mundo. El libro no recorre una historia, sino que cada capítulo responde a unas emociones concretas. El hilo conductor es un hecho, que es analizado por distintos personajes a quienes un mismo hecho, les genera diversas emociones. El hecho es la identidad reaccional del protagonista Al, que en nuestro planeta Tierra llamamos homosexualidad. Este hecho es interpretado con emociones distintas por su madre, su padre, sus hermanas y su buen amigo Gali. Son emociones dinámicas que interaccionan con el entorno y tienen capacidad de modificarlo y adaptarlo a cada instante.
En cuanto al proceso de escritura, toda la historia nace a partir del epílogo, que siempre planteo antes que el relato en sí. En Elementos 3 me doy cuenta de que la tabla periódica tiene género, identidad reaccional, cultural y mucho más. Con esto genero símiles, metáforas y comparaciones entre el planeta Tierra y el planeta Tabla Periódica.

Al principio del libro podemos leer: «Es a través de las frecuencias y vibraciones que el planeta Tierra y el planeta Tabla Periódica interaccionan y se comunican llegando a lo más profundo de cada uno de ellos: las emociones». ¿Cómo influye nuestra vibración en nuestro estado psicológico y anímico?
Nikola Tesla dijo: «Si quieres entender el Universo piensa en energía, frecuencia y vibración».
Nuestro estado emocional es un estado vibratorio, frecuencial, que interactúa con el entorno, lo condiciona directamente y también con la forma en que lo entendemos. Desde el punto de vista de la materia que somos los seres a los que llamamos vivos, cada uno de nosotros somos vibración, y nosotros y nuestros sentimientos interactuamos con otras personas, con el entorno y lo que contiene, y de ahí se generan emociones. Es un fractal que nos indica que grande es a pequeño como pequeño es a grande. Los elementos químicos lo son porque nos dan la vida y la vida lo es porque contiene a los elementos químicos.

En este tercer libro nos hablas principalmente de la tolerancia y de la diversidad, temas que nos parecen muy interesantes. Pero no solo eso, sino que además de enseñar valores el lector aprende sobre un tema tan primordial como es la materia. Es decir, todo aquello que ocupa un espacio. ¿Es Elementos 3 Diversidad emocional tu manera de decirle al lector que todos tenemos un hueco en el universo?

Sí, totalmente. Elementos 3 pretende mostrar, no solo que todos tenemos un hueco en el universo, sino que somos parte activa del universo. Si en el segundo libro intenté mostrar que los materiales no deben ser irrelevantes, ahora doy un paso más para destacar que el ser humano no puede caer en la irrelevancia, pues si lo hace quizás pierda la capacidad de percibir y apreciar la belleza y el significado de la palabra diversidad. Tenemos un hueco y somos parte activa del universo, y lo peor que puede sucedernos es no percibir la belleza del mundo en el que vivimos. Cuando uno no percibe difícilmente puede actuar.
Por ello, la trilogía Elementos pretende empoderar al lector en el lenguaje de la materia para entender este hueco y esta relevancia. Este es también mi objetivo básico como docente e investigador en ELISAVA, Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona. ELISAVA trabaja activamente en esta línea, para entender, generar y divulgar el lenguaje de los materiales e incluso crear nuevos materiales para impulsar la sostenibilidad y la economía circular que necesita nuestro mundo.

Nos gusta mucho la idea de personificar los elementos químicos a través de los personajes que tienen lugar en la historia. Por ejemplo, Ger (de germanio) y Al (de aluminio) son los protagonistas de esta historia. Pero también aparecen el profesor Carbo, el portero Magnesi o Kripton. ¿Qué otras características tienen tus personajes?
Las características son ilimitadas. Desde las que conocemos como mágicas, hasta las que conocemos como normales, o paranormales, pasando por las supercaracterísticas. Considero y siento que la materia está viva. NASA define la vida «como una serie de reacciones químicas autosustentables que eventualmente entran en evolución darwiniana». Dicho esto todos los personajes de Elementos tienen las mismas características que podría tener cualquier persona, animal, mineral, vegetal o, en definitiva, cualquier ser vivo, elemento o cosa conocida o desconocida.
Todos los elementos interactúan con otros elementos y con su entorno; sienten ya que tienen emociones y tienen el poder de ser relevantes, es decir, de evolucionar y construir el mundo.
Parafraseando a Antonio Machado, «los elementos que existen no son
elementos porque sabemos que existen; son elementos porque nos dan la existencia».

Como decíamos, escribes de manera amena, entretenida, una historia que se caracteriza por una narración fluida y absorbente. ¿Has pensado alguna vez en traducir tu libro para que muchos más lectores puedan disfrutar con tu obra?
Sí, los libros ya están traducidos al inglés y estamos valorando cómo proceder de la manera más eficaz. Además se esta trabajando en su traducción al portugués.

Muchos lectores se sentirán identificados con el personaje de Al. El cual tiene una lucha interna entre los sentimientos que empiezan a brotar dentro de él y la opinión de la sociedad. ¿En la materia existe algún elemento como tu personaje, que se salga de la norma?
En el planeta Tabla Periódica el concepto «salirse de la norma» está perfectamente integrado en la norma, ya que todo es diverso y es la diversidad la que marca el camino. Precisamente en el libro Diversidad emocional he arriesgado atribuyendo a Al el adjetivo de «desviado», por lo que esta palabra significa en el planeta Tierra. En el lenguaje de los elementos químicos, la materia no interpreta «desviado» como negativo, ya que lo diferente es la norma habitual y uno de los objetivos del concepto diversidad.
Podría decirse que es una metáfora clara para explicar que el lenguaje de los elementos químicos transforma el concepto de diversidad y la interpretación que hacemos de lo diferente. Si tuviéramos en cuenta esta interpretación, podríamos percibir nuestro mundo de una manera diferente, complementaria, lo que podría cambiar conceptos y situaciones como guerra, desigualdades, cambio climático, homofobia, discriminación, cultura del miedo, etc.

La tarea de los padres y educadores no es fácil. Sin embargo, en tu libro vemos en las figuras paternales de Al un modus operandi algo común: pensar que la normalidad es sinónimo de felicidad y bienestar. ¿Por qué crees que nos da miedo lo que es diferente y desconocemos? ¿Cómo podemos llegar a la aceptación para nuestro desarrollo personal?
Seguimos dando vueltas al concepto diversidad. Sin lugar a dudas, una de las claves pasa por interpretar correctamente dicho concepto. En mi opinión es clave entenderlo desde el punto de vista de la materia, que no considera lo diferente como lo consideramos en el planeta Tierra. El planeta Tabla Periódica no considera, simplemente integra.
El lenguaje modela y cambia estructuras mentales y las proyecciones del entorno, por ello es fundamental que la sociedad se empodere del lenguaje de la materia, que además de bello es diverso e inclusivo. Además del lenguaje de las letras, de los números y de las notas musicales que integramos a edades tempranas en nuestro sistema educativo, deberíamos ser capaces de integrar también a las mismas edades y con la misma importancia el lenguaje de los elementos químicos. Quizás sea el único camino para dejar de ser irrelevantes en este nuestro planeta Tierra. Un lenguaje más que sumará para interpretar el mundo y afrontar así los necesarios cambios que le esperan.

La homosexualidad, como en el caso del entorno de Al, sigue siendo un tema tabú en muchos lugares. ¿Crees que tu libro puede ayudar a aquellos lectores que se sienten como el protagonista?
Sería un deseo personal cumplido. Estaría enormemente satisfecho si Elementos fuera utilizado por docentes en los colegios para acercar el lenguaje de los elementos químicos y de la materia a niños y niñas y a todos en general, ya que es clave empoderar a la sociedad a través de la educación.
De hecho, a través de la trilogía Elementos, ya estamos trabajando con niños y niñas de un colegio de Barcelona, en el que hemos creado un conjunto de talleres que les acercan a la edad de siete años al lenguaje de la materia de forma amena y práctica y que está teniendo resultados muy positivos.

Estamos llegando al final de la entrevista, Javier. Te dejamos unas líneas para que le comentes lo que quieras a los lectores y que nosotros no te hayamos preguntado.
Nuestras estructuras mentales y el lenguaje condicionan nuestra percepción de las cosas. Es, pues, el momento de dar un paso adelante y comenzar a entender que el conocimiento y el lenguaje que nos posicionará a nosotros mismos como seres responsables no puede ser otro que el de los elementos que generan: generan reacciones, generan vida, generan continuidad, generan discontinuidad, generan diversidad. Es pues el momento de interpretar el lenguaje de los elementos químicos para entender el planeta en que vivimos y solo de esta manera poder ayudarle, y así ayudarnos a nosotros mismos.
Es de conciencia y es nuestra responsabilidad abrir un nuevo concepto de ecología humana. Un nuevo concepto que nos lleve a reconstruir la riqueza de la capacidad humana desde la abundancia como lo hace la naturaleza. El infinito es bello. Permite ir más allá. Crecer. Proyectar desde la abundancia y no desde la escasez. Intrínsecamente es bonito y, aunque no siempre perfecto, nos muestra el sentido y dirección del camino.

Muchas gracias por concedernos esta entrevista. Desde Tregolam te deseamos mucha suerte con tu tercera novela Elementos 3. Diversidad emocional.

Nombre: Javier Peña
Género: novela
Bio: Un soñador apasionado por el mundo de los materiales y la materia que los compone, muestra en este libro un sueño convertido en deseo: que el lenguaje de la materia sea el lenguaje de todos, de la misma manera que lo es el de los números, el de las letras y el de las notas musicales, y lo hace a través de lo que hoy conocemos como «identidad de género». El pequeño de siete hermanos, vive hasta los dieciocho años en su pueblo, Caleruega, donde descubre dos cosas fundamentales: el valor de la familia y la sabiduría de la naturaleza. Estudia Ciencias Químicas en Barcelona y se doctora trabajando con los materiales inteligentes. Es en ese momento cuando la materia, la materia en mayúsculas, se convierte en el centro de su aprendizaje y alcanza su primer y segundo gran sueño: formar una familia y ser maestro. No hay mejor manera de aprender que enseñando. Enseña materiales en ELISAVA, bajo el paraguas del Diseño y la Ingeniería, y es uno de los creadores de Materfad. Realiza proyectos, investiga, reflexiona, escribe y publica diversos libros y artículos que aportan su granito de arena al conocimiento de los materiales. Como director científico de ELISAVA, se convierte en un materialista (pasión por la materia) que aprende que la misión de la ciencia no es otra que cuestionar el conocimiento. Admirador de Nikola Tesla, proyecta su máxima que dice que «todo en la vida es energía, frecuencia y vibración» y se atreve a pensar que la forma de todo, no es otra cosa que la armonización de la materia y la energía. Ahí es cuando se da cuenta de la necesidad de empoderar a la sociedad con el conocimiento de la materia, transformando la percepción que tiene de la famosa tabla periódica de los elementos y, claro está, dando visibilidad a los elementos que la componen igual que nos componen a nosotros y al mundo en el que vivimos.
Obra: Elementos 3. Diversidad emocional