Entrevista a Jaime Alarcia, autor de «La vida que no queremos ver»

¡Bienvenido, Jaime! Muchas gracias por atendernos. Estamos deseando saber más sobre La vida que no queremos ver (Editorial Platero), tu primera novela.

Esta narra la vida tranquila del pueblo de Tornedo. Un día, alguien denuncia haber visto a un niño pintor desaparecido veinte años atrás. El inspector Francisco se traslada desde Málaga para investigar este hecho. Allí conoce a Damián, un joven ciego y con amnesia que no recuerda nada de su pasado que pinta. Francisco descubre que, pese a ello, la gente del pueblo entero está volcado con su arte. Pero ¿qué esconde? ¿Qué objetivo hay detrás de este interés? ¿Y quién es realmente Damián?

Este libro es toda una caja de sorpresas. ¡No hemos podido dejar de leer! ¿Cómo surgió la idea para la trama?

Un día de pandemia escuché por la radio una entrevista a un pintor ciego y me surgieron muchas preguntas que no puedo detallar, pues desvelaría parte de la trama. Después la trama ha cobrado vida y me ha ido sugiriendo cambios sobre la marcha que no he podido rechazar…

La obra transcurre en un pueblo llamado Tornedo. Pese a ser el típico pueblo «normal», esconde secretos. Sabemos que has vivido en varios sitios a lo largo de tu vida. ¿Esta experiencia te ha inspirado para crear la ambientación?

He trabajado en Málaga unos meses, pero te mentiría si te dijese que fue la razón por la que elegí esa zona. Cosas del destino… Pero elegí esta parte de España antes de comenzar ese trabajo. La idea del niño pintor de Málaga me llevó allí. Por otra parte, Tornedo tiene todo lo que tienen esos pueblos de costa donde hemos veraneado tantas veces. Un lugar que todos podemos imaginar. Con los bares, las cervezas, el litoral y esa gente que podemos habernos cruzado algún día de verano.

En la novela se hace referencia a la desaparición de un niño en España. Este caso fue muy mediático y ha sido reabierto hace poco. ¿Por qué has decidido incluirlo en la trama?

Decidió incluirlo esa misma trama que he comentado que cobró vida. A partir de la entrevista al pintor ciego me surgieron preguntas que se iban enlazando según escribía. La trama llevó al personaje a un accidente a raíz del cuál no recordaba su pasado. Ese talento de ese niño pintor de Málaga que marcó muchos telediarios de mi niñez casaba con el personaje. Para aclarar expectativas, tengo que decir que no es ningún trabajo de investigación sobre aquel caso.

En la obra hay representación de la ceguera y de cómo es vivir con ella. No obstante, en ocasiones los habitantes del pueblo sobreprotegen a Damián. ¿Consideras que todavía existe un comportamiento paternalista con las personas con discapacidad?

Siento decir esto, pero no me puedo atribuir una voluntad de visibilizar las personas con esta dificultad. Lo he utilizado para visibilizar la realidad de las personas en general. Con sus matices y desvergüenzas. Pero, ya que me lo preguntas, ser paternalista sería un mal menor comparado con nuestra actitud ante lo diferente.

Una de las críticas que se muestran en la historia es el racismo en España. Por desgracia, este tema está a la orden del día. ¿Crees que este problema se incrementará con los años? ¿Existen más focos de este en las urbes o en los pueblos pequeños?

Desgraciadamente va a ir a más porque no debemos minusvalorar la estupidez humana. Es un tema complejo que voy a responder solo desde la perspectiva del libro. En occidente no creo que sea tanto un problema racial como económico o de tintes patrióticos. Me atrevo a decir que todos nos cambiaríamos de acera si por la noche nos cruzásemos con un magrebí con sudadera de capucha. Leemos la prensa con todos sus impactos y caemos en sesgos y miedos incontrolables. Por supuesto no nos cambiaríamos de acera si nos lo cruzásemos en el barrio de Salamanca vestido de americana y corbata. En la novela intento visibilizar esa debilidad individual. No tanto el odio descerebrado, sino los miedos del inculto que llevamos dentro.

La ambición del ser humano es otro de los temas prioritarios de la obra. ¿Quién crees que ganaría la batalla: esta o la moral? ¿Opinas que todos los actos de los personajes se pueden extrapolar a la vida real?

Pues te diría que hay actos moralmente reprochables, pero que en ciertos contextos han sido éticamente aceptados. En el libro el pueblo defiende la ética de sus acciones, aunque sean reprochables moralmente. Justifican esa ambición si gracias a ella sus habitantes viven mejor. Estoy plenamente convencido de que todos los actos de los personajes tienen su espejo en la vida real más allá de que en la novela los trate en situaciones algo surrealistas.

En la obra nos encontramos con personajes que muestran una ambigüedad moral. Por ejemplo, usan la excusa de hacer el bien para sus propios intereses. ¿Crees que el ser humano va a caer siempre en la tentación de anteponer su propio bienestar?

Como podrás ver, tengo poca confianza en nuestro comportamiento. Si ante un acto deleznable tuviésemos el convencimiento de que nadie se va a enterar y no voy a recibir ningún castigo… creo que nos quemaríamos en el infierno. Aunque entiendo que esto es muy matizable. Lo pienso en global como colectivo. Pero hay mucha gente maravillosa con valores incorruptos.

Siempre se ha oído eso de que el ser humano se ve arrastrado por las masas. ¿Es cierto que los valores de un individuo cambian dentro de un grupo? ¿Cómo crees que lo hacen los de tus personajes?

Los valores no cambian tan fácilmente, pero sí cambian nuestras actitudes ante la necesidad de sentirnos valorados e identificados dentro de un grupo. El que es bueno lo seguirá siendo aunque se vea arrastrado por la masa. Nuestro comportamiento en una identidad colectiva está más que probado a lo largo de la historia. La película alemana La ola de Dennis Gansel o la teoría de la identidad social de Tajfel lo explican mucho mejor que yo.

En la historia aparecen varios personajes: Damián, Francisco, Pedro, José Carlos, Antonio, Susana, Maribel… Aunque parecen sencillos a simple vista, hay una interesante construcción detrás de cada uno de ellos. ¿Cómo ha sido ponerse en su piel? ¿Cuál crees que sorprenderá más a los lectores?

Si te han parecido sencillos es ya un logro que me llevo en la mochila. Quiero que se vea a tu padre, a su amigo y sus tertulias. Ponerse en su piel no es más que un resultado de mirar a mi alrededor. Y al tuyo también. Al de todos. Y lo disfruto. Odio la cerveza, pero he disfrutado cada una que ha bebido Francisco. He disfrutado cómo se la han tirado y cómo la ha mirado antes de beberla. El lector se va a sorprender mucho porque se darán muchos giros que cambiarán las percepciones de los personajes. Si tuviese que apostar por uno, diría que Damián les sorprenderá el que más.

Como comentábamos, esta es tu primera novela. No obstante, en tu juventud ya escribías poemas y pequeños relatos. ¿Cómo ha sido el salto de escribir una obra como esta? ¿Por qué decidiste publicarla?

Posiblemente escribir una novela no sea tan difícil. Escribir una buena novela es más complicado. No sé decirte en cuál de los dos me sitúo. Decidí comenzar en medio de la pandemia. Lo tuve aparcado un año por falta de tiempo hasta que me lancé a buscar editoriales. No concibo no publicar una obra escrita, pues la esencia del esfuerzo es llegar al máximo de lectores. No por una razón económica, ya que he elegido mal sector para hacerme millonario. Se trata de una ilusión personal por divertir a la gente.

Estamos convencidos de que tu historia del pueblo de Tornedo cautivará a todo el mundo. Pero seguro que no será la única. ¿Tienes algún proyecto nuevo entre manos?

Lo tengo, pero necesito aterrizarlo en el mundo en el que vivo. Un mundo con mucho trabajo, niños, estudios y otras obligaciones. También busco tiempo para leer antes de escribir la siguiente novela, así que por ahora voy a seguir luchando por que La vida que no queremos ver sea leído. En el verano de 2024 comenzaré la siguiente novela. Tengo varias ideas que voy desechando. La siguiente novela siempre tiene que ser la mejor.

Antes de finalizar, ¿te gustaría compartir algunas palabras con los lectores?

A los lectores potenciales les diría que se lo van a pasar bien. En esta entrevista hemos hablado de los mensajes que hay detrás de una historia. Esta novela les va a sorprender, les va a enganchar y además se van a reír mucho. Los mensajes que hay detrás serán ya lecturas individuales y personales. Cada uno tendrá la suya. Pero, sobre todo, lo van a pasar bien con una lectura rápida y ágil. A los lectores que ya la han leído les agradezco su valentía al lanzarse a leer una novela de un escritor novel como yo.

¡Gracias por tu tiempo, Jaime! Te deseamos mucha suerte con esta obra. ¡La primera de muchas! La vida que no queremos ver está disponible en librerías.

Nombre: Jaime Alarcia
Obra: La vida que no queremos ver
Género: narrativa
Sinopsis: La apacible vida de Tornedo se ve interrumpida cuando un día alguien llamaba a la comisaría porque asegura haber visto a un niño pintor desaparecido veinte años atrás. El inspector Francisco se dirige al pueblo para investigar el caso durante un par de días, pero su estancia acaba alargándose y desvelando una auténtica trama corrupta.Allí, el policía conoce a Damián, quien, a pesar de su ceguera y su pérdida de memoria, pinta cada día mientras se pregunta cómo fue su pasado antes de su accidente. Tanto la llegada de Francisco como la de Maribel cambiará el destino de un pueblo liderado por una poderosa y atractiva alcaldesa.Una loca y anormalmente normal historia que, a través de personajes cotidianos, nos habla del ser humano y de sus ambiciones y donde sale a relucir lo peor de las personas, pero también la parte positiva, como la búsqueda de la justicia o las cañas con amigos.¿Qué precio tiene nuestro bienestar? ¿Qué estamos dispuestos a hacer? ¿Cómo nos comportamos cuando formamos parte de un grupo?
Biografía: Jaime Alarcia nació un buen día de agosto en San Sebastián. Tiene el convencimiento de que tiene 30 años, pero su carnet de identidad desvela su verdadera edad que ronda ya los 47.En todo este tiempo ha vivido en cinco ciudades diferentes, se ha mudado nueve veces y ha tenido once trabajos diferentes. En cambio, solo ha tenido una mujer y dos niños que siguen siendo los mismos del principio. Al menos hasta la adolescencia parecen ser los mismos.Su vida laboral ha estado relacionada con el mundo de la empresa en grandes multinacionales. Ahora recuerda los poemas y pequeños relatos que escribía con veinte años como una expresión de una pasión que ahora retoma con su primera novela: La vida que no queremos ver.
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