Muchas gracias por atendernos, Hansel, para hablar de la publicación de tu novela El dilema de Openeim (Editorial Caligrama) en la que nos cuentas la historia, principalmente, de Ramne y Spartia quienes viven una colonia llamada O3 para producir oxígeno. Un día, a la población se le presenta una disyuntiva que tendrán que hacer frente y que influirá en su destino para siempre.
Esta es tu primera incursión en el mundo editorial. ¿Qué has aprendido durante el proceso editorial?
En primer lugar, he aprendido que es difícil sacar los proyectos adelante y que hay que tener mucha entrega para querer dedicarse a este mundo. Es un poco contradictorio que, por un lado, la gente demanda cada vez más historias y entretenimiento, como lo demuestra el hecho de que se ve más cine y más series que nunca, pero luego a nivel literario, parece que no hay muchas facilidades y uno tiene que sacar las cosas adelante con mucho esfuerzo. Parece que pasa un poco como en la música, que al final todos los grupos se han hecho indies y han decidido llevar sus proyectos por si mismos al margen de las productoras.
En segundo lugar y quizá un poco como consecuencia de esta soledad ante el proyecto, he aprendido a descubrir y apreciar lo que significa el arte de buscar la palabra exacta y explorar entre los matices del lenguaje.
¿Le darías algún consejo a todos aquellos que se lancen en esta aventura?
Entiendo que eso le corresponde más bien a un escritor de éxito, no me veo facultado para dar consejos. Yo sentí la necesidad de contar una historia que llevaba dentro desde hacía tiempo y se dieron las circunstancias en mi vida para ponerme a ello, pero no me atrevo a decirle a nadie que lo haga, que lo deje de hacer o el cómo debe hacerlo. Si acaso les dría que se preparen para pasar momentos difíciles delante del folio de vez en cuando.
Tu novela se encuentra dentro de género de ciencia ficción. Los protagonistas son seres que viven en una charca en medio de un cráter, cuya piel es de color amarillo, ojos grandes, cabeza ovalada y estatura de más de dos metros. ¿Por qué decidiste crear personajes tan peculiares con este aspecto de anfibio? ¿Podrías contarnos algunas otras peculiaridades de esta singular especie?
Así visto, parece que he escrito una novela sobre una civilización de ranas gigantes ja ja. Lo de hablar de «charca» fue un recurso narrativo pero el entorno de O3 es algo totalmente artificial, menos romántico que una charca. En cuanto al porqué de ese aspecto, el caso es que busqué información y traté de documentarme y deducir cual podría ser la apariencia de la raza y me pareció que esa sería una caracterización interesante dado el entorno en el que viven. Tampoco quiero dar más detalles para no desvelar nada, prefiero que el lector vaya descubriendo y deduciendo por sí mismo.
Spartia es la tutora y la guía de Ramne, pero también la supervisora de la colonia 03, productora de oxígeno y perteneciente a la civilización de Openeim. Háblanos un poco más de estos dos personajes. ¿Qué los hace ocupar un papel protagonista en tu historia?
En realidad ha sido la historia la que ha definido a los personajes. Sabiendo desde qué punto partía y a dónde quería llegar, pensé qué carácter necesitaban tener esos personajes y cómo tenían que evolucionar a lo largo de la trama. Con Ramne, se hacía necesario reflejar bien ese cambio en el protagonista para darle coherencia a la historia. Conseguir darle verosimilitud a la respuesta de alguien que ha nacido marcado dentro de una sociedad estricta.
Respecto a Spartia, tenía claro que quería darle importancia a un personaje femenino, pero no por la tendencia que hay hoy día en la sociedad de poner el foco en la mujer, sino porque así me resultaba más sencillo salirme de los referentes de héroe estereotipado masculino que tenemos todos un poco metidos desde la infancia y que sin duda restarían calidad a la historia. He intentado ponerme en la situación de ella para ver cómo poder describir sus sentimientos o reacciones y así poder darle un enfoque diferente al de Ramne pero no sé si lo he conseguido, francamente. Al principio, al comenzar la novela, definí demasiado a los personajes y me di cuenta de que era un error porque no encajaban bien en la historia. Entonces vi que era mejor ir dando pinceladas poco a poco sobre ellos y así permitirles mutar más libremente. No sé, imagino que muchos escritores lo harán así, a priori no se me ocurre otra forma de hacerlo. Aunque tampoco tengo la experiencia de intentarlo de otras formas.
Ramne es diagnosticado con una rara enfermedad por la cual no es capaz de asimilar una enzima que permite contrarrestar los efectos de la gravedad de su colonia. Esto influye en su aspecto físico y provoca que este personaje se encuentre aislado prácticamente por parte de sus compañeros. ¿Podríamos considerar este aspecto como una denuncia social contra la superficialidad y la vida impostada?
En principio no quería ser demasiado moralista con las actitudes sociales actuales, excepto por el mensaje principal de la novela. Más bien pensé de una forma pragmática cómo podía ser una sociedad enfrentada a una supervivencia extrema y que, al dar una respuesta desarrollista a esa fragilidad vital, ha sustituido el pensamiento religioso por una especie de fe científica y tecnológica. Entonces me vino a la mente una mezcla entre la sociedad espartana de la antigua Grecia y las sociedades actuales híperdigitalizadas de oriente (Japón o Corea del sur) donde parece que la tecnología ha desplazado las esencias del ser humano. Bueno, según veo en mi respuesta ahora, supongo que si hay un tono crítico en la novela hacía esas sociedades digitales a las que estamos tendiendo. No tanto por la impostura que conllevan como por la pérdida de espiritualidad, de una reflexión interior constructiva.
¿Crees que tendremos un futuro fatídico si no aprendemos a cuidar de la naturaleza? ¿Todavía estamos a tiempo de redimirnos?
A ver, indudablemente hay un riesgo muy serio. La capacidad tecnológica del ser humano está creciendo por encima de su capacidad de autocontrol, me atrevería a decir incluso que por encima de la capacidad intelectual de la masa, si eso existe. Eso implica que las consecuencias de lo que hacemos son más relevantes que antes, las infraestructuras son más grandes, las extracciones ya sean de materia o de energía también y por supuesto todos los deshechos generados también. Pero sin embargo no hemos mejorado la capacidad de medir esas consecuencias, nuestra conciencia no ha evolucionado a la par. Sin embargo, tengo que decir que en mi opinión no vamos tan mal como nos creemos, y lo digo con algo de conocimiento porque trabajo en el sector medioambiental. Es cierto que tenemos que cambiar todavía mucho la dirección pero estamos mejorando y no contemplo algo tan fatídico como lo descrito en el libro. Además, si no cambiamos la actitud, ya apretará la Tierra para que la cambiemos, que para algo es más vieja y más sabía que la humanidad.
Consideramos que un buen escritor sabe construir y definir bien a todos sus personajes, pues esto ayuda a edificar la historia de manera verosímil. En tu novela los protagonistas no solo cumplen estas características, sino que además la narración contiene giros que sorprenden en una trama tan peculiar como pocas. ¿Has asistido a algún curso de escritura o eres un escritor autodidacta?
Soy autodidacta. Pensé en hacer un curso pero no me decidí al final. Quizá he sido un poco insolente o ingenuo al ponerme a escribir un libro sin ninguna experiencia previa. Lo que si he tratado es de rodearme de la opinión de buenos lectores y gente que considero inteligente para que me dieran sus impresiones y saber en todo momento si merecía la pena continuar escribiendo o no.
Una de las frases que podemos leer en tu novela es bastante expresiva y juiciosa: «La libertad es poder escoger tu camino y tu pensamiento por ti mismo, sin tener que responder ante nadie». ¿Crees que esta frase sigue siendo utópica en la actualidad? ¿Por qué?
Tengo un concepto negativo de la utopía, como un imposible asociado a la frustración más bien. Prefiero pensar que esta frase puede resumir un principio que uno debe recordarse de vez en cuando, si es que quiere tenerlo en su lista. Hay cierta tendencia de algunas personas a querer hacérnoslo olvidar y hay que luchar contra ello.
A Ramne y Spartia les encomiendan una misión suicida, pero de cuyo resultado depende Openeim. Nos gustan mucho estos dos personajes, sobre todo porque en ellos se encuentra el sacrificio y el heroísmo clásico que nos enseña una mirada distinta y crítica de nuestra sociedad. ¿Crees que novela podría situarse dentro del nuevo término denominado «ecoliteratura»?
Vaya, desconocía ese término. Hace poco leía sobre los tipos de ciencia ficción para ver donde se englobaría esta novela. Quizá podemos acuñar un nuevo término aquí como ecodistopía o algo así, ja, ja.
¿Tienes algún proyecto literario en mente?
Esta novela sería la primera parte de una trilogía. Me gustaría seguir con el siguiente libro pero si este no gusta a la gente no creo que lo haga
¿Cómo ves el futuro de la literatura?
En general, todos los sectores culturales se terminan adaptando a los nuevos tiempos y tendencias, es implícito a ellos. A la radio la han matado en muchas ocasiones y mírala, ahí está. Es posible que los hábitos de las nuevas generaciones estén cambiando y quizá la literatura tenga que adaptarse, no sé, novelas cortas porque la “resistencia” del lector es menor o asociarse con otras artes para crear nuevos conceptos. Al final a la literatura le pasa un poco como a la radio, su profundidad y como transmite el mensaje, como sumerge al receptor, es distinto a otros medios y por eso creo que siempre tendrá un hueco importante.
¿Y en concreto del género de la ciencia ficción?
La ciencia ficción tiene una ventaja y es que a medida que avanza la ciencia y la tecnología te da nuevas historias que contar y posibilidades sobre las que imaginar. Es cierto que si tratas de ajustarte un poco a lo conocido y no quieres meterte en el terreno de la fantasía, aumenta el reto, o por lo menos así ha sido para mí. Pero a la vez hace más interesante el proceso de investigar y documentarse para darle sustento a la novela.
Parece que algunos géneros narrativos están relegados a un segundo plano, como el ensayo o la novela histórica. ¿Crees que en general hace falta una educación lectora de todos los géneros desde los colegios en lugar de empezar por los clásicos universales o con la lectura obligada?
A mí me gusta mucho la novela histórica, estoy siempre fuera de la moda, no sé cómo lo hago. Sería un concepto interesante aprender historia en el colegío desde la novela histórica. Podrías proponerlo para que lo incluyan en la enésima reforma educativa que hagan. Tengo un conflicto con los clásicos porque nunca me han terminado de entrar. Lo que voy a decir va a horrorizar a muchos pero al final creo que cada cosa pertenece un poco a su tiempo y quizá no es la mejor manera de iniciar a los jóvenes a la literatura con lenguajes y expresiones que no entienden o con las que no se identifican. Dado que el tiempo es finito, y el que un adolescente dedica a la lectura suele serlo más, a lo mejor hay que ser menos purista y en efecto, darle a probar todos los plantos del menú y que luego elija él o ella que quiere comer.
Antes de despedirnos, Hansel, nos gustaría que aprovecharas este espacio que te dejamos para que les comentes lo que quieras a los lectores.
Pues que espero que les guste la novela y sobre todo, que aprovechen estos tiempos difíciles y confinados para desconectar de esta realidad más bien neurótica y sobreinformada que nos rodea. Así de paso recordaremos un poco ese principio de ser libre del que hemos hablado.
Disponible en: Editorial Caligrama
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