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Entrevista a Ana Beatriz Martínez de Quintanilla, autora de «El Perico Fernández»

¡Bienvenida, Ana Beatriz! Es un placer poder charlar contigo sobre tu obra El Perico Fernández. Vida y obra del Dr. Juan José Fernández (editorial Tregolam). En esta biografía nos invitas a recorrer la apasionante vida de este médico excepcional, y tu maestro, que tuvo un profundo impacto en la medicina interna en El Salvador. Pero, además de su faceta profesional, también has querido mostrar su lado más humano.

Cuéntanos, Ana Beatriz, ¿qué te motivó a escribir sobre la vida del Dr. Juan José Fernández?

Lo que me motivó fue una encomienda que me hizo el Dr. Rafael Antonio Bonilla Díaz, en ese entonces presidente del comité del XXIII Congreso de Medicina Interna en noviembre de 2002, con el fin de hacerle un homenaje al único fundador de la Asociación de Medicina Interna de El Salvador, que seguía con vida en esa época.

Yo estuve día a día en contacto con el Dr. Juan José Fernández durante los tres años de la residencia y un año con su hijo Dr. José Roberto Fernández Castillo. Pero conocer a doña Elsie, su esposa, que poco a poco fue enseñándome el lazo de amor que los unía como familia, me hizo enamorarme del proyecto. Durante mi ponencia mencioné que, si él lo permitía, quería escribir su biografía. En ese momento dicha petición quedó sin respuesta, porque le sorprendió lo que habíamos preparado doña Elsie y yo.

¿Qué crees que este libro puede aportar, no solo a los lectores interesados en la medicina, sino también a la sociedad en general?

Por supuesto que creo que este libro es parte de la historia no solo del área médica, sino de nuestro país, razón por la que puede aportar motivación e información a la sociedad en general. Es el relato de la vida de un personaje, que a pesar de los obstáculos que se presentaron para alcanzar sus metas, luchó tenazmente hasta conseguir lo que le prometió a un amigo de su juventud. Este, en un momento dado, no solo tuvo una posición de poder, sino que le empujó a buscar otra forma de hacer medicina en el país.

La medicina interna fue un área en la que el Dr. Fernández dejó una huella significativa. Desde tu perspectiva, ¿cómo ha evolucionado esta especialidad desde que él la impulsó y qué retos enfrenta hoy?

La huella que dejó el Dr. Fernández Ayala no solo fue en medicina interna, sino en el doctorado en Medicina y en las cuatro especialidades madres (medicina interna, cirugía general, pediatría y gineco-obstetricia). Diseñó un proyecto para favorecer la enseñanza médica universitaria en masa y de calidad en el país, en beneficio de los estudiantes que no podían ingresar a la universidad por límite de cupo y para los que no podían salir a cursar sus estudios de posgrado fuera del país.

Desde mi perspectiva, la medicina interna está perdiendo identidad porque la mayoría de las veces se utiliza como un requisito para hacer una subespecialidad. Ya no se escuchan nombres de afamados internistas, encargados de ser los directores de la investigación de las dolencias de los pacientes, sino de afamados subespecialistas e inclusive de supraespecialistas. Esto está fracturando en porciones a los pacientes para ser estudiados desde diferentes puntos de vista y no como corresponde, como un todo, como nos enseñó nuestro maestro.

Los retos que enfrenta la medicina interna son grandes. El principal es retomar la dirección de la atención de los pacientes y que los subespecialistas sigan siendo interconsultantes, lo cual es favorable para el bolsillo no solo de los pacientes, sino del Estado.

Algo muy interesante es la visión que se da de la carrera de Medicina en el libro. Durante tu trayectoria profesional como médica, ¿cómo crees que ha evolucionado el rol de las mujeres en la medicina y qué desafíos enfrentan todavía las profesionales en este campo?

Lo importante es que la mujer no tenga en sus genes la cultura machista. Eso la hace superar cualquier obstáculo que se le presente. Y más hoy en día que las leyes de nuestro país protegen los derechos de la mujer. En lo personal, el haber sido criada en un entorno femenino o, si queremos decirlo de otra forma, con influencia matriarcal, sin sometimiento masculino, me hizo pensar que tenía las mismas oportunidades que un hombre. De esa manera fui rompiendo brechas en la mayoría de los cargos administrativos y profesionales que ocupé.

A lo largo del libro, dejas muy patente la fe religiosa que profesaba el Dr. Fernández. En tu opinión, ¿es compatible abordar este equilibrio entre la medicina y la espiritualidad?

Es innegable que cuando estamos en peligro por nuestra integridad, por la causa que sea, siempre pensamos en un ser superior que nos puede inyectar fuerzas para salir adelante de las situaciones difíciles y es real. Lo que no puede hacer el hombre, en este caso, el médico, lo hace la fe de las personas, o sea, del enfermo. Por tal motivo, creo que, si el paciente se siente fortalecido y acompañado por su médico, se tiene ganado el 50 % de cualquier batalla.

¿Qué les dirías a las personas que se encuentran a ambos extremos? ¿Crees que este enfoque puede inspirar a las nuevas generaciones de médicos?

Es un debate bastante difícil de ganar cuando consideramos que el hombre es el único capaz de alcanzar el éxito, porque en la medicina hay milagros. Yo conozco muchos de ellos donde la ciencia es incapaz de demostrar cómo ocurrieron hechos que salvaron vidas.

El proceso de documentación para una biografía de esta magnitud no debe haber sido fácil. No solo por la información, sino también por las imágenes, las entrevistas a personas relevantes para la obra, etc. ¿Cómo estructuraste la historia de tu maestro para reflejar tanto sus logros profesionales como su vida personal?

Realmente, como se menciona, no fue una tarea fácil. Me propuse conocer a mi maestro de principio a fin, basándome en los hechos recogidos en un inicio. Poco a poco fui ingresando tanto la información proporcionada por él como por sus familiares. Los aspectos que me quedaban un poco borrosos los fui investigando en la prensa escrita y acudiendo a quienes convivieron con él, y especialmente con el apoyo de su hijo José Roberto y su nuera Magdalena, quienes me proporcionaron mucho material. Además, el Dr. Fernández dejaba documentado prácticamente todo lo que hacía.

¿Qué fue lo que más disfrutaste?

El tiempo que compartí con el Dr. Juan José Fernández sábado a sábado en la sala de su casa, tomando mis apuntes. En ese momento la tecnología no estaba tan avanzada como en la actualidad, así que yo imaginaba todo lo que él me iba relatando y por eso traté de buscar material ilustrativo que hiciera más evidente lo que conversábamos.

En relación con la pregunta anterior, al ser una obra biográfica, lo que más destaca son las anécdotas, como la procedencia de su apodo (Perico Fernández) o cómo conoció a su mujer. Con tanta información seguro que se quedó algo en el tintero. ¿Hubo algún relato o alguna curiosidad sobre el Dr. Fernández que no pudieras incluir en el libro pero que te gustaría compartir con nosotros?

Hay dos cosas importantes que se me quedaron en el tintero y fue por falta de fechas para poder ubicarlas en el tiempo: las muertes de sus dos grandes amigos. El Dr. José Molina Martínez, con pasó un momento de angustia mientras viajaban en avión cuando tuvo un dolor abdominal intenso. Después se conoció que fue a causa de un aneurisma abdominal que lo llevó a la muerte. Y la del Dr. José Benjamín Mancía, quien falleció a causa de un carcinoma de tiroides, razón por la que era un poco nervioso y tenía siempre rubicundez facial, por lo que tenía como apodo Sofoco.

Seguramente conocías bien al Dr. Juan José Fernández como profesional. Pero, tras escribir esta biografía, es probable que también lo hayas hecho a nivel personal. ¿Qué diferencias o matices destacarías entre estas dos facetas?

Cuando fui residente, además de tenerle mucho respeto, sentía temor de no estar a la altura de sus expectativas. Pero nunca sentí miedo como muchos. Después de que tuviéramos todo ese acercamiento vivencial, sentí que así hubiera querido a un padre de haberlo conocido, porque yo no conocí nunca ese sentimiento en mi vida; mi padre falleció asesinado cuando yo apenas tenía tres meses de edad. Sentí mucho su muerte y desafortunadamente me encontraba cursando una pasantía en Barcelona cuando eso ocurrió. No pude estar presente para su familia en esos momentos.

Si el Dr. Juan José Fernández pudiera leer este libro, ¿qué cree que le diría sobre cómo ha plasmado su vida y su legado en estas páginas?

Creo que me diría: «Cumpliste, pero juntos pudimos haberlo hecho mejor».

Esta es tu primera obra. ¿Qué desafíos has encontrado durante el proceso de redacción y publicación?

Los desafíos más grandes fueron las letras mayúsculas. Casi a todo lo que yo le ponía al inicio letra mayúscula pasó a escribirse con letras minúsculas. Otro aspecto importantísimo es la conjugación de los verbos y aceptar en muchos casos el nuevo orden de las oraciones para lograr un mejor entendimiento para el lector.

¿Y qué sentiste al ver este proyecto hecho realidad?

Una gran satisfacción, porque al ver el libro supe que esta vida y obras de un gigante de la medicina no iba a quedar en el anonimato, ya que esto me trascenderá. José Roberto Fernández Castillo, el hijo de mi maestro, me ha dicho en dos ocasiones: «Si quieres ser bien recordado, pórtate bien, pero si no quieres ser olvidado, escribe un libro».

Escribir una historia no es fácil. Sobre todo, cuando es la de una persona que ha existido de verdad. ¿Qué consejo le darías a quienes quieran escribir una biografía sobre alguien que haya dejado un impacto significativo, como lo hizo el Dr. Fernández?

Lo primero es que no solo se base en su punto de vista, sino que conozca la mayor parte de puntos de vista posibles entre simpatizantes y detractores. Y que, para afirmar algo, se documente muy bien.

Después de esta primera incursión al mundo de la literatura, ¿te planteas escribir otra obra en el futuro? Por ejemplo, ¿una autobiografía? ¿O tal vez explorar la vida de otros personajes importantes de la medicina en El Salvador?

Sí, estoy escribiendo ya sobre la historia de la residencia de medicina interna en el Hospital Rosales 1963 a 2023. Estoy profundizando sobre temas mencionados superficialmente en este libro con anécdotas de exresidentes. Llevo en paralelo partes del entorno político vivido en nuestro país, los avances en salud, educación y el impacto en la salud de la población, así como aspectos de mi vida relacionados.

Considero que con la respuesta previa he respondido a estas interrogantes. Hacemos mucho en nuestros países en desarrollo y el peor error que cometemos, es no documentar lo que hacemos.

Para terminar, ¿te gustaría dedicarles unas palabras a los lectores?

Por supuesto, les invito a que lean esta historia para que conozcan la vida de un gigante de la medicina, pero que, por supuesto, puede llegar a ser su propia vida si se propone dejar huellas para las futuras generaciones.

¡Muchas gracias por atendernos, Ana Beatriz! Esperamos que este libro llegue a muchos lectores y conozcan la historia del Dr. Juan José Fernández.

El Perico Fernández ya está disponible en las librerías.

 


  • Nombre: Ana Beatriz Martínez de Quintanilla
  • Obras: El Perico Fernández. Vida y obra del Dr. Juan José Fernández
  • Género: biografía
  • Sinopsis: La historia inicia desde quienes fueron sus padres, su infancia, su adolescencia, su juventud, su adultez, sus logros y fracasos, integrando en todo momento su vida familiar, que era de suma importancia para él. Además, destacando su creencia en un ser superior para alcanzar sus metas tanto en lo familiar como en lo profesional y la lealtad hacia sus amigos y el compromiso de dar cumplimiento a sus promesas. Mi parte, como autora, es evidenciar su legado hacia el campo de la medicina y la docencia en el país.
  • Biografía: Nació en San Salvador, El Salvador el 15 de diciembre de 1952, Doctorado en Medicina en 1987 de la Universidad de El Salvador, estudios de especialista en Medicina Interna de 1987 a 1990 en el Hospital Nacional Rosales, formación en Gerencia hospitalaria y servicio de Salud auspiciado por O. P. S. y avalado por la Universidad Politécnica de El Salvador, por la Agencia Española de Cooperación Internacional a través de la Universidad Virtual de Barcelona, por la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA), curso a distancia del ICAP de Costa Rica y por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Ha ocupado diversos cargos administrativos en el Hospital Rosales desde jefe de Consulta Externa (1994-1996), Jefe de Departamento de Medicina Interna (1996-1998), Jefe de Unidad de Emergencias de Medicina Interna (2004 a 2009), Subdirectora (2009 a 2011), Directora del Sistema de Emergencias Médicas (enero 2012 a diciembre 2013); profesora universitaria del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UES de 1988 a 2023 y de la Universidad Evangélica de 2014 a 2024; médico especialista adjunta de la Unidad de Emergencias del Hospital Nacional Dr. Juan José Fernández Zacamil de 2014 a 2020, Miembro honorario del Colegio Médico de El Salvador (COLMEDES) y de la Asociación de Medicina Interna de El Salvador (ASOMIES), expresidenta de ASOMIES de 1999 a 2001, miembro activo de la Asociación Salvadoreña de Ex becarios de Japón (ASEJA), exvice presidenta de ASEJA de 2016 a 2018.
  • Redes sociales: X, Facebook

El Perico Fernandez

Disponible en: Amazon, Fnac, Casa del Libro, Storytel, Barnes&Noble

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