Buenos días, Roberto. Es un placer hablar contigo sobre tu última novela publicada Cierra los ojos y mira (Hilatura Editorial), cuya trama central es la desaparición de una escultura en el MoMa de Nueva York y que parece estar oculta en España. Una novela muy artística, llena de retazos culturales, pero a la vez con una trama llena de suspense.
Todas las sospechas apuntan a Ulises, un periodista con problemas económicos y padre de un niño llamado Oliver a quien le empieza a contar su historia hasta la actualidad. Al principio se puede leer: «Ten presente que hay que volar siempre, pese a tener el viento en contra y aunque el techo se llene de rayos. Hay que volar, volar, volar. Es en las tormentas cuando se conoce al buen piloto». Como artista, ¿has encontrado alguna marea difícil de navegar en tu recorrido profesional?
Pues, aunque pueda parecer extraño, no. He tenido mucha suerte con los proyectos que he sacado adelante y con los profesionales con los que he tenido la oportunidad de trabajar. Evidentemente no sale todo siempre cuando a uno le gustaría, es obvio, pero eso es parte del juego. A veces se gana y otras se aprende; y sin lugar a dudas en mi carrera la balanza está cargada de cosas bonitas.
El personaje que pone en jaque al protagonista es el comisario Castillejo, pues este tiene la certeza de que Ulises está involucrado en el robo de la escultura. Háblanos un poco de estos dos personajes. ¿Cómo se conocieron? ¿Qué relación tienen a lo largo de la novela?
Tanto Castillejo como Ulises son personajes porosos, volubles. Ser amigos o enemigos, ser héroes o villanos depende de perspectivas y de nuestra situación vital de ese momento. Mejor leer el libro y dejarse empapar por el magnestismo que desprenden.
El protagonista sufre una enfermedad degenerativa que lo lleva a una situación precaria. ¿Querías también darles voz a aquellos que se encuentran en la misma situación que Ulises? ¿Es por eso por lo que elegiste ese título para tu libro?
En este trabajo, y contrario a otros en los que me he visto envuelto, desde el inicio tenía clarísimo el título; como una bengala que me conduciría al lugar exacto que tenía en mente. Y así fue. Por supuesto el que haya personas que no vean no quiere decir que no las miremos, y darles voz mediante este libro era una de las didácticas imprescindibles que me propuse antes de empezar.
Observando el mercado literario, a veces parece que hay más escritores que lectores. ¿Consideras que el mundo editorial ha cambiado la forma de ver las cosas? Como escritor, ¿cómo crees que se debería fomentar la lectura para que el mundo de las letras esté más presente en nuestra vida diaria?
Si parece que hay más escritores que lectores en la actualidad es problema precisamente de cierto sector editorial que premia la banalidad y la lectura insulsa, insípida. De hecho esta es de las épocas más pésimas que ha habido nunca. Escritores y escritoras que dejen poso, que transmitan, que hipnoticen con las palabras haciéndonos pensar y crecer cada vez hay menos. No veo en los galardonados de premios tan prestigiosos como Seix Barral o Espasa a ningún Marsé, a ninguna Gioconda Belli, por desgracia. Y no porque no exista talento y calidad literaria ahí fuera, que sí que la hay, lo que sucede que a esos no se les premia. Quizá los que huimos de lo mediocre no salgamos tan guapos en Instagram. Y más que fomentar la lectura, que es cierto que hay un índice altísimo de población que consume libros, yo fomentaría desde la escuelas la buena lectura. No es lo mismo. Si no, nos vamos al desastre.
Ulises acaba trabajando en un periódico que denuncia la vulneración de los Derechos Humanos en países como Corea del Norte. Es un personaje muy comprometido con la lucha social, sensible y valiente. Cree que la sociedad avanza gracias, entre otras cosas, al enriquecimiento cultural. ¿El protagonista de esta historia tiene parte de ti? ¿Qué otros aspectos destacarías de Ulises?
Cuando comencé a desarrollar la personalidad de uno de los personajes principales del libro, como es Ulises, me juraba a mí mismo no apoyar sobre él ningún rasgo que se pareciera a mí. Pero al final cuando escribo me desnudo y la pantalla del ordenador se convierte en un espejo. Yo trabajé en esa librería, fui a esa universidad, amo los aviones y los pájaros… Soy consciente que cada palabra, cada argumento, cada coma en una novela es examinada con lupa por los lectores, y ese zoom es un trampolín fantástico para poder trasladar mensajes importantes. Ulises es un símbolo de todas aquellas personas que no dudan en dar un paso al frente por todo lo que es justo. Un ejemplo de superación sin miedo a la muerte; sin miedo a la vida.
En tu novela podemos leer esta cita tan reveladora: «En un mundo que no está preparado para los ciegos, estos deben prepararse para el mundo; revirtiendo la carencia en virtud, transformando la penumbra en claridad». Relacionado con esto, tenemos que decir que has escrito la novela en colaboración con ONCE. Cuéntanos, ¿cómo ha sido la experiencia? ¿Qué te llevó a participar con la organización?
Yo al escribir la novela mantuve contacto con la ONCE en mi trabajo de documentación, y todo fueron facilidades y una amabilidad preciosa. Un día, cosas de la casualidad o de la magia, la directora del Museo Tiflológico de Madrid me puso en comunicación con Juan Torre, un fotógrafo ciego. Al parecer Ulises guardaba un enorme parecido con él. Tras conocernos Juan y yo surgió crear Cierra los ojos y mira: Exposición avanzando en terreno fotográfico y demás emociones sensoriales la trama de la novela. El proyecto se encuentra a la espera de financiación y en cuanto se estrene por supuesto que estáis invitados.
Eres un artista polifacético: has sacado un disco llamado Viral y has escrito varios libros de poesía. ¿Eres una mente inquieta? ¿En qué terreno artístico te sientes más cómodo? De todos los libros que has publicado, ¿hay alguno por el que sientas predilección?
Me fascina crear, ampliar mentes y fronteras. Los puristas que no salen jamás de su zona de confort me dan pánico. Soy como aquel que dijo que amaba a los que tienen muchas patrias o ninguna, pero que le aterraba quienes solo tienen una. Pues eso. Cada disciplina artística me aporta su riqueza, su laberinto, sus nervios. Es muy diferente la multitud de significados que adquiere una palabra en un poema que en una novela; no es igual el desarrollo de una acción en una obra de teatro que en una canción. Son formatos distintos y me encanta exprimir y exprimirme en cada uno de ellos. No siento predilección por ninguno en especial; los proyectos me eligen a mí, y no al revés. ¿Quién me iba a decir que el libro iba a tener una banda sonora cantada por Fito Mansilla? Nadie. Ese es el atractivo de la imprevisible. Que te conduce a sitios insospechados.
En Cierra los ojos y mira hay varias referencias a Gloria Fuertes. ¿Ella también ha sido una influencia para ti como escritor? La poeta dijo una vez: «Un niño con un libro de poesía entre las manos nunca tendrá de mayor un arma entre ellas». ¿La literatura puede salvarlo todo? ¿Qué te aporta a ti la poesía habiendo escrito varios libros de este género?
La poesía es el origen y el final de todo. Es con diferencia la más guapa de la literatura y a la que casi nadie logra ni tan siquiera rozar. Gloria Fuertes me empezó a entusiasmar cuando descubrí que había alguien detrás más allá de su caricatura; una mujer solitaria, feminista, lesbiana y salvajemente comprometida. Artistas como ella, como Khalil Gibran, Picasso, Charles Chaplin o los Rolling nos hacen mejores personas y han tenido mi pequeño homenaje introduciéndolos en la trama. Gracias a su obra nos alejamos en gran medida del sentimiento cavernícola que todo lo infecta y nos hace conscientes de que un libro, un cuadro, una película o una canción vale más que cualquier cifra o bandera. Da igual qué o cómo el arte en su máxima expresión siempre tiene esencia de poesía.
Su novia Valentina, su perro Lennon, su jefe Arriaga, el comisario Castillejo, la relación especial con Chung-Hee; su contacto en Corea del Sur, Yung, así como lo son Zainat Hikka y Hasam en Bagdad, respectivamente. Todos estos personajes acompañan a Ulises en sus diferentes investigaciones o bien lo apoyan desde el otro lado del mundo (no tanto así Valentina). ¿Qué nos puedes adelantar de cada uno de ellos? ¿Cómo conseguiste pulir de manera tan definida a cada uno de ellos? ¿Están inspirados en personajes reales?
En la creación de personajes parto de un esquema mental sobre lo que quiero construir y después voy desarrollándolo poco a poco, como si fueran arcilla. Con mimo y sin aristas fijas provoco que su construcción vaya a compás de los acontecimientos y no de mi idea preconcebida. Me gustan los personajes vivos, dinámicos. Huyo de todo lo estático. Cuando comencé a escribir la novela me la imaginaba plasmada en una pantalla de cine; así que lo que tuve que hacer para pulir los rasgos, el temperamento y las reacciones de cada personaje era simplemente observar qué quería ver en esa pantalla. Ninguno de ellos proviene de la imagen objetiva de una persona real; son mucho más que eso, han nacido exclusivamente para dar vida a este libro.
La falta de protección de los niños en Corea del Norte o la represión de las mujeres en Bagdad, son varias las denuncias que realizas a lo largo de la novela que sirven al lector para abrirle un poco más los ojos, pero también existen otros temas como la represión dictatorial, la falta de la libertad, el impulso por el querer saber, la variedad cultural que existen en el mundo o la justicia, entre otros. ¿Cuál fue la principal intención detrás de Cierra los ojos y mira?
Mi objetivo ha sido crear una novela de aventuras con tintes policiacos regresando a los orígenes de la narrativa pura de entretenimiento. Ofrecer un rato de ocio. Y además, ya atraída la atención del lector, tender una llave que abra la puerta a la proclama de valores universales que en estos tiempos de fake news, bulos y difusión de la ignorancia tanta falta nos hace. La cultura, además de entretener, edifica.
Eres un asiduo en las redes sociales. Tienes perfiles tanto en Instagram como en Facebook, Twitter o YouTube. ¿Cómo crees que influyen hoy en día las redes sociales con respecto a la cultura? ¿Crees que es un arma de doble filo?
Siempre me ha gustado estar donde está la gente y las redes ofrecen una conexión maravillosa para unir y compartir. El problema que veo es que se incurre en lo fácil, lo vacuo, y así lo que se genera es una divulgación de lo vulgar. A cualquier tontería se le llama poema, por ejemplo, y eso hace de todo menos enriquecer la literatura. Y, por supuesto, si encima está avalado por diez mil likes menos aún.
Durante el confinamiento, muchos nos hemos dado cuenta de que la cultura es indispensable como salvavidas ante la incertidumbre y el colapso mundial. Como escritor, ¿crees que se nos ha pasado un poco esa euforia cultural? O por el contrario, ¿ahora somos más conscientes de lo importante que sigue siendo leer un libro a pesar de que hayamos vuelto a la normalidad?
Qué duda cabe que en momentos de soledad y de miedo los libros, las series, los discos… nos rescatan y consiguen que no nos peguemos un tiro. Le dan un sentido a nuestras vidas. Pero tan rápido se pasa ese periodo de desazón se evapora la importancia que tenemos los artistas para el latir sano de una sociedad. Es un oficio absolutamente ingrato y nada reconocido por ninguna clase política. Ya estoy harto de escuchar a salvadores del mundo y las finanzas tratando al sector artístico con una prepotencia asquerosa; como si fuéramos simples actores del divertimento. Lamentable.
El final de Cierra los ojos y mira es impactante. Un desenlace que el lector no se espera, y que está perfectamente encuadrado con el resto de la trama. ¿Cuánto tiempo te llevó escribir la historia?
Pues aunque pueda parecer redundante el final del libro lo escribí al final; me deshice de todos los borradores previos y en un ataque de inspiración me dejé llevar por un giro inesperado. Con Cierra los ojos y mira llevo años inmerso, ha estado conmigo mientras realizaba presentaciones y performances de otras obras mías. Ahora es una sensación de vértigo y amor, de inquietud y exaltación el ver que mi historia deja de ser mía para empezar a ser de la gente. Para eso ha sido creada, para volar y ser libre.
Muchas gracias por esta entrevista, Roberto. Estaremos pendientes de tus futuras publicaciones para seguir leyéndote y disfrutando con tus libros.
Disponibles en: Hilatura Editorial y Blog del autor
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