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Entrevista a Francisco Rodríguez Tejedor, autor de «El cazador de la Patagonia»

Buenos días, Francisco. Estamos encantados de poder hablar contigo sobre tu libro El cazador de la Patagonia, el cual nos habla de la historia de Isaac, un hombre argentino que busca la venganza tras el asesinato de sus abuelos y que acaba convirtiéndose en un sicario. 
La novela transcurre entre Argentina y España. De hecho, el protagonista vive en la Patagonia, pero sus padres eran españoles. ¿Por qué quisiste ambientar la trama en estos dos países? ¿Qué significan para ti? 

Afortunadamente tengo un conocimiento muy amplio del mundo y he estado en muchísimo países, entre ellos Argentina. Seleccioné La Patagonia porque pervive en el imaginario colectivo como un lugar apartado, bello y, sobre todo, con una naturaleza todavía limpia. El sitio ideal para situar a nuestro protagonista en sus años de inocencia y pureza antes de que le destrozaran y le dejaran solo en el mundo. Cádiz, la antigua Gades, la que fue la “ciudad el fin del mundo” es por una parte el futuro, donde Isaac va a resolver definitivamente todos sus problemas y, por otra, es también el pasado, donde están sus raíces y las de su familia asesinada. Argentina y España son las dos caras del mismo espejo del tiempo que vive el protagonista.

 

Tienes una larga experiencia en el mundo literario, puesto que creaste una editorial de autopublicación y además has lanzado al mercado varios libros. ¿Sigues sintiendo la misma emoción que al principio cuando eras un autor novel?

Yo he publicado ocho libros tanto en editoriales tradicionales como autopublicado con mi propia editorial. Porque creo que ambas son complementarias. En el segundo caso tienes como autor y editor un control total de todo el proceso.
Un escritor vocacional como yo, aunque ya me haya convertido en profesional, siempre se emociona con su siguiente libro, como un padre se emociona con el alumbramiento del próximo hijo, sea primerizo o no. Yo he puesto un gran amor y una gran dedicación en El cazador de la Patagonia, un libro diferente a todo lo que he escrito antes, y espero con expectación la acogida del público.

 

El cazador de la Patagonia es una novela negra, algo cruenta, que abarca dos caras opuestas del ser humano. Por un lado, la frialdad y la búsqueda de intereses propios y, por otro lado, la necesidad innata de tener una familia. ¿Qué otros temas se tratan en tu libro?

La novela indaga en el corazón de este joven cazador al que le han quitado todo y en las respuestas que él siente que debe implementar en cada momento. La venganza, la sed de justicia y el saberse solo contra unos enemigos muy poderosos , hará que tenga que emplear varios años en convertirse en un profesional del crimen en la mafia argentina. Pero, cuando más se acerca al momento cumbre de materializar su venganza, más se explicitan los sentimientos que todo hombre lleva dentro, donde la bondad, el amor, la dedicación a una familia, el saber quiénes fueron tus padres, de dónde vienes, empiezan a romper barreras y corsés protectores autoimpuestos y se produce un gran conflicto. Es el dilema entre la pureza de La Patagonia y el trapicheo y la maldad de Cádiz. Es la lucha entre las dos fuerzas innatas que tratan de gobernar al hombre desde siempre. Todo bajo una mirada realista pero también compasiva hacia aquellos a los que el destino golpeó tan duro que perdieron la inocencia de golpe y quedaron solos y desnudos ante el mundo.

El tono de la narración y el lenguaje directo, mordiente, hacen de la novela una lectura que deja simiente. ¿Qué querías transmitir al lector con esta elección? ¿Buscabas remover y hacer reflexionar sobre aspectos bastante oscuros del ser humano?

Para mí esto que dices del tono, de la tersura de un texto, del estilo, en definitiva, es lo más importante en una narración. La novela negra te permite llegar al corazón del lector, zahiriéndolo, golpeándolo, emocionándolo, sacándole de su rutina diaria con personajes, con situaciones al límite, a veces turbadoras, pero siempre humanas. Y en esto último, en su humanidad, está para mí, el secreto de una buena novela negra. Son individuos como tú y como yo, todos esos personajes que causan tanto dolor, que provocan tal catarata de sufrimiento. Una persona a la que han maltratado es el germen de un maltratador. El dolor siempre crea más dolor. En esta novela yo creo que el lector va a conocer un poco mejor al ser humano golpeado y zaherido por el destino, también al mundo de las mafias, de las drogas, de la prostitución. Donde hay mucho dolor, pero también mucha alegría, mucha esperanza ¡Y mucha valentía! Y todo ello en unas ambientaciones con un embrujo propio como Cádiz, Buenos Aires y, por supuesto, La Patagonia.

El protagonista de la historia, Isaac, es un cazador que después, por circunstancias concretas, termina por convertirse en un chacal. Es un personaje movido por la venganza familiar, pero también muestra su lado más humano. Como escritor, ¿te resultó muy difícil desarrollar la psicología de Isaac? ¿Crees que el deseo de venganza es un acto innato en el ser humano? 

La venganza es, sin duda, uno de los instintos primarios más potentes que existen en el hombre. Entronca directamente con el instinto principal que es el de la supervivencia. Pequeñas venganzas son muy comunes entre todos nosotros en nuestra vida diaria: en nuestra matrimonio, familia, amigos, compañeros laborales y conocidos, porque nos protegen, o eso pensamos, de males mayores. Las grandes venganzas estallan ante daños sufridos de envergadura.
Las emociones que desarrolla la venganza son muy interesantes para un escritor. Y meterte dentro de la psique de la persona sumamente dañada que busca una reparación es hacer un recorrido por las entretelas profundas del alma humana. En el caso de nuestro protagonista hay, además, un viaje tremendamente doloroso, que es el de la pérdida de la inocencia: esa creencia y confianza en un mundo confortable y acogedor que, de repente, se vuelve tremendamente agresivo, humillante y hostil.

 

La idea de pérdida y la profundidad a la que esta puede enfrentar a los hombres posee un lugar insustituible en la obra. ¿Hasta qué punto sentimientos como el dolor, la desolación o la incertidumbre pueden llevarnos a realizar actos con los que, quizá, no estamos de acuerdo?

Esa idea que apuntas de la pérdida es muy interesante. Recordemos el dicho: el que no tiene nada, nada tiene que perder. Cuando a alguien le quitan lo importante: su familia, su futuro, su honor, y necesita una reparación, resarcirse de ese tremendo daño, pierde el miedo porque, efectivamente, ya no tiene nada que perder. Ese es el estado en que germina la venganza, que necesita de atrevimiento, audacia pero, también, paciencia, frialdad y cálculo. Materializar la venganza se convierte en lo único valioso que le queda al agredido. Y destinará a ello toda la vida que sea preciso. Cuando te han producido mucho dolor, necesitas sacártelo de ti y trasladarlo a tus agresores. Esa es la reparación, que también está en la base de la justicia, digamos legal, con su concepto de pena para el agresor, que puede ser de muerte en algunos países del mundo y que se ofrece como una reparación al agredido.

 

La novela negra tiene muchos adeptos en todo el mundo. Se considera uno de los géneros más leídos y recurrentes por parte de los lectores. ¿Has pensado alguna vez en traducir tus novelas a otros idiomas para que tu obra llegue a más personas?

Todo escritor aspira a la mayor difusión posible de su obra. Algunas de las mías han pasado a audiolibro y también al lenguaje de los ciegos: el braille, pero todavía no a otras lenguas, mi agente literario me dice que podríamos empezar con esta. Ojalá. También existe guión cinematográfico para El claxon, que estamos viendo con una productora mexicana y también para El día que fuimos dioses y Cinco estremecimientos.

 

Has participado también, como productor ejecutivo, en el largometraje Semillas de la alegría, el cual narra la vida de tres niños en diferentes países y cómo se enfrentan a sus diferentes realidades. ¿Qué te aporta el séptimo arte? ¿Y la literatura? ¿Crees que es importante dar voz a determinadas historias?

El cine es mi segunda vocación, y muy cerca de la primera, que es la literatura. El arte, que engloba a ambas, para mí es lo más excelso que sabe hacer el hombre. Como dice un personaje de mi novela El día que fuimos dioses: el arte es el enchufe que nos conecta con la corriente de la transcendencia, es el último reducto que nos queda precisamente de aquella época en la que fuimos dioses. La ventaja de la literatura es que tú puedes materializar tu arte sin apenas otra cosa que un lápiz y un papel. Y contar una historia con la que enseñar, entretener o emocionar al mundo. El cine, además de arte, es una industria muy compleja, donde tú necesitas varios millones de euros y cien personas para materializar tu película. Aunque hay también proyectos más baratos de cine independiente como los nuestros. Pero son proyectos de equipo, más que individuales como la literatura. Ahora estamos concretando la segunda parte de Semillas de Alegría que se rodará en la segunda parte del año y nos reunimos los miembros del equipo: producción, dirección, guión para ir todos a una. El cine tiene la magia de la imagen, soñamos en imágenes, mientras que la literatura tiene el poso del pensamiento, de las ideas. Yo estoy enamorado de ambos.

 

Como decíamos, tienes un gran bagaje como escritor. Has publicado ocho libros, participado en antologías y en guiones cinematográficos. ¿En qué registro literario te sientes más cómodo? 

Yo soy un escritor vocacional que me gusta escribir sobre lo que yo deseo en cada momento, no solamente busco la comercialidad en sí misma. Estoy desarrollando tres colecciones en mi obra: Grandes thrillers: El cazador de la Patagonia, El claxon, Cinco estremecimientos. Grandes narraciones: El día que fuimos dioses y Memorias del Sauce Curvo y un apartado de literatura más personal: Los mejores 101 momentos de amor, Mil palabras para el optimismo, Soñadores –Aprende a materializar tus sueños. Y luego, por último tengo proyectos colectivos y benéficos.

 

Droga, organizaciones criminales, países con culturas muy dispares… El cazador de la Patagonia invita a pensar que hay un esfuerzo y un trabajo enormes de documentación. ¿Cuánto tiempo te ha llevado poner en orden la estructura y recopilar todo el material que necesitabas para construir la novela?

He tardado unos 4 años en terminar esta novela, aunque en este período me he dedicado también a otras muchas cosas. Tengo un conocimiento amplio del mundo, leo mucho y soy un hombre curioso, escribo como periodista de opinión en el diario Iberoeconomía y luego los proyectos de cine. Todo ello te da un sustrato para enfrentarte adecuadamente a una obra compleja como esta.

 

También has publicado dos thrillers anteriores a esta novela, El claxon y Cinco estremecimientos, los cuales tuvieron una gran acogida en la plataforma de Amazon. ¿Cuáles crees que son los ingredientes que debe tener un libro de este género? ¿Qué consejo le darías a aquellos escritores en ciernes que quieran adentrarse en la novela negra? 

Todo hombre lleva en su interior un ángel y un demonio. Querríamos, sin duda, ser ángeles, pero las sacudidas externas que golpean con fiereza a algunos y las internas, en caso de conflictos de origen psicótico, a otros, hacen que haya un porcentaje de individuos donde la parte oscura y derrotada, malvada y turbia de la vida, sea la dominante. Ese es el terreno de una buena novela negra. Y el secreto, como decía antes, es la humanidad de los personajes. Al fin y al cabo todos ellos cargan a sus espaldas una cruz más pesada que la de la gente corriente y también querrían ser ángeles, pero no les es posible. El lector busca conocer esos reductos de humanidad en gente tan golpeada, porque así se conoce más a sí mismo. Todos hemos pasado por días y hasta etapas oscuras. Es un terreno apasionante que yo recomiendo a todo escritor.

 

Estamos llegando al final de la entrevista, Francisco. Te dejamos unas líneas para que le comentes lo que quieras a los lectores.

Dos mensajes a mis lectores. El primero, gracias por seguirme con mis libros, en mi blog literario, en el periódico o en las redes sociales y estar unidos, y enriquecernos mutuamente, a través de nuestra común afición por la literatura. Y el segundo, una petición: que os acerquéis a este Cazador de la Patagonia. Disfrutaréis y os emocionaréis con este thriller negro lleno de aventura y de romance.

 

Muchas gracias por dedicarnos este rato para conocerte un poco más como escritor. Desde Tregolam te deseamos mucha suerte con El cazador de la Patagonia.

 


  • Nombre: Francisco Rodríguez Tejedor
  • Género: novela
  • Bio: Economista experto en finanzas internacionales y negocios globales ha sido director ejecutivo de una importante multinacional financiera española, lo que le ha permitido conocer en profundidad los entresijos del mundo global.
    Literariamente procede del mundo de los blogs, particularmente de Eskup, de el diario El País, hasta que cofundó con otros escritores el blog Relatarium que alcanzó un gran difusión entre los años 2008 y 2010, hasta que creó el suyo propio “El blog literario de Francisco Rodríguez Tejedor” en 2011. En esta época ganó, entre otros, el premio del relato del día organizado por el Diario La Razón y patrocinado por CEPSA con “Aires de vacaciones”.Irrumpió en la escena literaria en 2011 con su novela El día que fuimos dioses (Editorial Alhulia). “Una novela poco común en la narrativa española actual” (El cultural del Diario El Mundo). “Un monumento a la literatura”. (Libros uno por uno). Libro recomendado por la Organización Antonio Machado, 75 Aniversario. Por esta novela de ambiente internacional y su larga trayectoria, el Grupo BBVA le nombró “Embajador Destacado” en 2012.
    En 2013, publicó Los mejores 101 momentos de amor (Editorial Alhulia), una antología de relatos amorosos, donde se incluía un CD, con el cortometraje “Victorita, Victorita…”, protagonizado por Imanol Arias y basado en una pequeña historia de su anterior novela. Estuvo seleccionado en 27 festivales nacionales e internacionales y tuvo una gran difusión. El autor y la directora Nacha Cuevas realizaron también el guión del largometraje de “El día que fuimos dioses” y se presentó a Televisión Española, donde por el momento no se han resuelto algunos aspectos de su complicada producción internacional. El autor creó su productora Indira Films, para materializar este u otros proyectos futuros.
    En 2015 lanzó Memorias del Sauce Curvo (Editorial Alhulia), en 2016 creó su propia editorial: Editorial Nuevo Libro, para autopublicación en las plataformas de internet. Lanzó el thriller El claxon que alcanzó el número tres de las novelas de suspense en Amazon.com. Posteriormente publicó Cinco estremecimientos, también del género thriller.
    En 2017 publicó Mil palabras para el optimismo, que es el diario de un escritor optimista.
    En 2018 comenzó a colaborar como periodista de opinión en el diario digital Iberoeconomía. En este mismo año lideró y coordinó el libro benéfico “La pasión por escribir”, donde 38 escritores y poetas participaron con sus colaboraciones literarias a beneficio de las ONG´s Unicef y Tomillo.  En 2019 publicó (Editorial Alhulia) “Soñadores –Aprende a materializar tus sueños”, junto con sus hijos Alicia y Guillermo. En esta novela sobre la vocación, participan como personajes reales 27 soñadores (emprendedores, artistas, investigadores) de la España de hoy que interactúan con los personajes de ficción protagonistas de la novela.
    En 2020 ha publicado para Amazon y plataformas digitales, a través de su editorial Nuevo Libro, el thriller negro El cazador de la Patagonia y rodar la segunda parte del largometraje “Semillas de alegría”.
  • Redes sociales: Twitter,blog del autor, YouTube y Facebook
  • Obra: El cazador de la Patagonia

 

 

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Disponible en: Amazon

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