Un poema épico datado en el siglo XIII sobre la vida de Perceval, un caballero de la mesa del rey Arturo, ha servido como base sobre la que circunda todo el entramado narrativo de la primera novela publicada de Abraham Aguilar Ruiz: La piedra caída del paraíso (Caligrama)
Este libro lo ha publicado Caligrama hace apenas unos meses y nos parece que reúne todos los puntos fuertes que, consideramos, debe tener un buen libro. Por un lado, nada más comenzar a leer el autor puede darse cuenta de que se halla ante una historia que va a aunar dosis de historia, arte y thriller policíaco.
Precisamente es la aparición de dos cadáveres el hilo conductor que traslada al lector del presente más inmediato a un pasado medieval. El binomio presente-pasado se sostiene a la perfección gracias a lo que se conoce como epopeya de Parzival, una obra relacionada con la búsqueda del santo Grial:
«En ese preciso instante, caminaba al lado del héroe como escudero ficticio de un caballero solitario; acababan de llegar al castillo del grial tras largos meses de viaje, solo alzar la vista y podría contemplar la fortaleza de Munsalwäsche en la cima de la montaña».
Onofre Vila es el foco principal del desarrollo de la acción puesto que se encuentra obsesionado con la búsqueda de este objeto para hallar la fórmula de la eterna juventud. Le ayudarán en este periplo su nieto Sergi y su amigo Mohamed, mientras que la investigación policial que llevan a cabo Font y el intendente Martí de los Mossos d´Esquadra se desarrolla de manera paralela. Pero no solo aparecerán estos protagonistas, sino que el profesor de historia de la universidad, Llul, y su nieta Mónica también aportarán su granito de arena al entramado narrativo.
Todos ellos constituyen personajes dispares que proporcionan un punto de vista distinto para resolver la intriga en la que la religión que supuso el catarismo funciona como motor principal de desarrollo histórico a lo largo de la novela.
Para mantener la intriga sin pecar de sencillez discursiva, Abraham Aguilar no estereotipa a sus personajes, ni tampoco coloca a unos por encima de otros. Lo que hace el autor es dejar que cada uno de ellos se exprese y se muestre para que el lector conozca su cara más humana —desde el punto de vista más amplio— y pueda sumergirse de lleno en lo que es una historia con muchos vértices.
Normalmente, en las novelas en las que la carga histórica es alta, los espacios y lugares se configuran como fuertes personajes dentro de la trama. En este caso, La piedra caída del paraíso encuentra en Barcelona un espacio que logra hacer suyo y lo convierte en una pieza importantísima en el desarrollo de los acontecimientos.
«Está deseoso por llegar a casa lo antes posible y descansar. Esta noche no le apetece tomar las escaleras que finalizan en la avenida Reina María Cristina, las vistas de la ciudad no le servirían de consuelo. Ha escogido el camino más rápido hacia el Poble Sec, unas escaleras ocultas entre los árboles, con poca iluminación, que comunican con el paseo de Jean Forrestier».
Narrado en tercera persona y mediante el uso de diálogos, que ayudan en el dinamismo de la historia, Abraham Aguilar deja constancia del buen hacer como escritor para conseguir que el lector quede atrapado desde el inicio del libro. Dividido en tres partes, La piedra caída del paraíso funciona como un amalgama entre investigación, historia y misterio que el autor sabe ensamblar de manera especial.
Una novela apasionante y trepidante con tramas y subtramas que el autor resuelve de manera magistral sin dejarse un cabo suelto.
Disponible en: Amazon, Casa del Libro y Kobo
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