La novela erótica Saradoma Gabinete, es la primera parte de una serie de libros (aun por publicar) de la autora Helena Carvalho quien, además, se abre camino en el mundo literario con esta novela. El género escogido por la autora, como hemos mencionado, se mueve en la misma línea de grandes superventas como han sido Cincuenta sombras de Grey o Pídeme lo que quieras.
«Todo había sucedido tan rápido que apenas se dio cuenta, no sabría decir en qué momento todo cambió, cómo había pasado de la simple consulta de la doctora Sara, recién graduada en Psicología, con su bonito diván de segunda mano y su modesta decoración, al espectacular gabinete de Saradoma, el ama de sado más respetada de la ciudad, capaz de tener a sus pies a los hombres más importantes».
El cisma de tan feliz comienzo laboral germina con la llegada a la consulta de Jordi, un personaje determinante en la vida de la protagonista. Lo que comienza como una consulta de psicología se acaba convirtiendo, de forma gradual, en un gabinete donde los clientes se someterán a la psicóloga a través de diferentes juegos de cariz sexual donde impera una crueldad sutil por parte de Sara.
«Había intentado ganar dinero dignamente con su profesión, había gastado todos los ahorros de sus padres y no conseguía ningún trabajo, pero gracias al dinero que le daba Jordi podía seguir pagando sus gastos. Pensó: “¿Y si encontrara más Jordis”?».
Los hombres que acudirán a las sesiones quedarán sometidos a los mandatos de Sara con la firme intención de obedecerla en todo lo que ella estipule a través de imposiciones físicas de índole sádica.
La contraposición de subyugar a los personajes que en su contexto laboral tienen poder es uno de los atractivos de Saradoma Gabinete. Un contraste entre el puritanismo social y el erotismo íntimo, el antagonismo entre la redención de su protagonista y la opresión sexual de sus clientes para ceder a los caprichos de Sara hacen de esta novela un libro que seduce y atrapa desde el principio hasta el final.
«Imponía desde el principio y sin rodeos sus reglas, dejándoles bien claro que tocarla sin su permiso les podría costar una mano; no admitía ni el más mínimo roce ni permitía que la saludaran con besos en las mejillas; al llegar debían agacharse y besarle los pies como prueba de sumisión, esa era la única parte de su anatomía que permitía que tocaran».
Una trama donde se quita el yugo a muchos tabúes, y se reclama el empoderamiento de la mujer para disfrutar de su sexualidad.
A través de las escenas que Helena Carvalho describe de manera explícita consigue recurrir a la liberación de las fantasías del lector para promover su derecho al placer.
«A las dos semanas ya lo tenía todo listo para abrir las puertas del que sería su nuevo trabajo, aquella habitación que un día había sido acogedora y agradable, que inspiraba paz y tranquilidad, ahora daba miedo, era oscura, fría y sombría, realmente inquietante».
La recreación de las escenas tan bien descritas con un lenguaje directo consigue ambientar la trama en un tono acorde con lo que se pretende: lleno de erotismo y lujuria que consigue abstraernos.
Una novela muy placentera que se acelera conforme avanza la trama gracias al uso de los diálogos que utiliza la autora para dar dinamismo a la acción. En este sentido, es una obra rápida, ágil y muy fresca desde el punto de vista narrativo. De esos libros que leeríamos en un mal día para que nos ayudara a desconectar o en un día de relax entre tanto trabajo.
La primera parte de esta saga es un deleite para el lector que espera continuación. ¿Tardaremos mucho en poder leer la segunda sesión de la historia que ha creado Helena Carvalho? Desde Tregolam esperamos que no.
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