Buenos días, Jorge. Nos ha encantado poder leer tu novela y que nos permitas hacerte ahora unas preguntas sobre ella. Con Errando en la jungla, que no es tu primera obra, ya tomas una posición estable en el mundo de la literatura.
¿Qué diferencias crees tú que son las más notables entre tu nueva novela y las que has publicado con anterioridad?
Aunque todas pueden amoldarse al género negro, de intriga, la última, Errando en la jungla, tiene mucho de novela picaresca moderna, con más humor que las anteriores. También hay diferencias en cuanto al escenario; la última transcurre en Madrid, mientras que las demás tienen entornos rurales.
Ahora que te has labrado un hueco en el mundo de las editoriales, ¿cuáles son tus retos de escritura de cara al futuro? ¿Seguirás apostando por la novela negra como género?
Acabo de terminar la primera versión de una nueva novela, que entra en la categoría noir-rural, pero situada en los años 50.
La novela negra es el género más realista que existe hoy en día, en el que mejor se pueden expresar los problemas actuales y pasados y en el que yo me siento más cómodo para acometerlos.
A medida que leíamos la novela nos iba llamando cada vez más la atención el lenguaje: cercano, directo, actual. ¿Siempre has mantenido esta técnica discursiva? ¿Cuál es el objetivo de elegir esa y no otra?
Creo que al ser una novela que plasma temas cotidianos debe tener como vehículo un lenguaje real, creíble. Pretendo dotar a cada personaje de su propia voz, sin que parezca que el autor habla por todos como un ventrílocuo. En todos las novelas trato de adaptar el lenguaje a las circunstancias y al entorno concretos.
Al ser la novela negra un género realista, no sería verosímil si no se utilizara este tipo de lenguaje, siempre con una adaptación a la literatura.
Ese lenguaje al que nos referíamos en la anterior pregunta está muy ligado al humor. No hemos podido evitar reírnos incluso en los momentos más serios. ¿Hasta qué punto es un reflejo tu forma de escribir de tu manera de tomarte la vida?
Todas las situaciones son más llevaderas con una dosis de ironía, con sentido del humor. Al tratar temas tan escabrosos en mis novelas, creo que un poco de distensión en las reflexiones, situaciones o en el lenguaje mismo permite una lectura ágil y entretenida, sin necesidad de asfixiar al lector más de lo que lo hacen las propias tramas.
El humor también lo utilizo en mi vida cotidiana por las mismas razones, ya que la realidad muchas veces es lo suficientemente problemática como para que le añadamos desaliento.
Desde sus primeras páginas, cuando la propia voz del protagonista arranca la narración, vemos que él se siente diferente. No acaba de encajar. ¿Consideras tú que hay un problema cuando los juicios sociales condicionan nuestra vida? ¿Piensas que hay algo de ello en tu novela?
Condicionan sobre todo actualmente, cuando el mundo de la imagen, el mundo virtual, es lo que más importa. Estamos sometidos al escrutinio de los demás las veinticuatro horas del día a través de las redes sociales y, una persona como el protagonista, con un físico fuera de los cánones y una timidez extrema, es muy complicado que pueda sentirse a gusto y aceptada, aunque se tenga un mundo interior muy rico.
Durante toda la novela está presente este problema, el hecho de que una determinada imagen condicione tu relación con los demás.
Madrid es el espacio en el que sitúas a Facundo y a sus amigos; el lugar donde se desarrolla todo. ¿Qué opinas de esta gran ciudad y por qué la has elegido como escenario?
Madrid es como un cuadro abstracto para un profano. Cabe cualquier cosa y nadie se extraña por lo particular, sino por el conjunto. Es una ciudad tan grande, tan cosmopolita y tolerante que cualquier historia que te cuenten te la crees.
La he elegido como escenario de Errando en la jungla porque uno de los temas principales de la novela es el engaño, el tratar de aparentar algo que no eres para obtener un beneficio y eso precisa de un camuflaje, que en un pueblo o ciudad más pequeños sería difícil porque todo el mundo se conoce. En Madrid es sencillo pasar desapercibido y crear una vida paralela.
La escritura de cada género literario tiene un requisito propio. Por ejemplo, para escribir novela histórica es fundamental documentarse bien y ser verosímil. Para escribir una novela negra, dicen que se necesitan sobre todo planificación y atender a los mínimos detalles. ¿Cómo es para ti el proceso creativo? ¿Puedes contarnos alguna anécdota o curiosidad que te ocurriera mientras escribías Errando en la jungla?
Yo no soy un escritor que planifique absolutamente todos los detalles antes de ponerme a escribir. Tengo una idea general y luego me dejo llevar, en cierta manera, por la lógica de la historia y por el carácter y coherencia en la actuación de los personajes. Lo que sí trato es de no dejar cabos sueltos, historias sin resolución o acciones intrascendentes para el conjunto de la trama.
Cuando imaginaba algún timo o estafa de uno de los personajes y al releerlo me parecía un tanto exagerados, después aparecían en prensa casos mucho más insospechados o chocantes, que me convencían de que la realidad siempre supera a la ficción.
Siguiendo con el tema del género, la realidad es que no nos ha parecido una novela negra como tal. Si hubiéramos tenido que catalogarla nosotros, quizá hubiéramos hablado de contemporánea, algo sórdida por el tratamiento del personaje y cargada de un estilo mordaz. ¿Qué piensas al respecto? ¿Nos equivocamos?
Una novela negra es aquella en la que hay algún crimen, una investigación al respecto y que trata temas reales y violentos. Yo creo que mi novela se ajusta a esta definición, aunque esté salpicada de humor y picaresca. También hay intriga y un final inesperado.
Quizás sea menos negra que la anterior, pero yo considero que este subgénero tiene una gran amplitud y no debe circunscribirse al guion de las novelas americanas de mediados del siglo XX.
Tu obra nos ha parecido bien configurada y muy amena. ¿Hay alguna cuestión que, durante el proceso de creación, te haya costado más que otras?
La mayor dificultad ha radicado en los aspectos técnicos de las estafas, pero con documentación y alguna consulta he podido solventar las dudas.
Te dejamos ahora unas líneas por si quisieras añadir algo o hablar de algún tema que no hayamos tratado en la entrevista. ¡Muchísimas gracias!
Me apetecía mucho tratar temas como el mundo de la imagen y su influencia en la percepción ajena; o como el del engaño y la picaresca, tan presentes a lo largo de nuestra historia.
He disfrutado mucho con todo el proceso de escritura (algo menos con las revisiones) y creo que me ha servido para evolucionar en mi estilo.
Errando en la jungla es una novela diferente y por eso cuesta encasillarla en un único género.
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