Buenos días, Francisco. Encantada de poder saludarte. Hablamos contigo con motivo de la publicación de tu libro Al filo de la verdad, una trepidante novela que narra las investigaciones del abogado David Terrer sobre el caso de terrorismo que le toca defender. ¿Cuándo y cómo se te ocurrió esa idea?
Buenos días, encantado igualmente. Fue a principios de dos mil dieciséis, una noche, sentado en el sofá con la mirada perdida en la pared, la tele encendida. Serían las once. De repente me vino la inspiración, la historia completa: desarrollo y desenlace, personajes, diálogos… Recuerdo que me levanté, fui al escritorio, tomé papel y lápiz (literalmente) y empecé a escribir como un loco, sin interrupciones. Eran las cuatro y media de la mañana cuando levanté la cabeza de los papeles: no podía parar de escribir, fragmentos de aquí y de allá repartidos por todas partes. La historia que estaba narrando me enganchó, me cautivó. De hecho, no la dejé, desde ese momento dediqué varias horas al día hasta terminar seis meses después.
El primer ataque terrorista islámico perpetrado en España se remonta a 1985, y aún hoy no han dejado de sucederse atentados, tanto dentro como fuera de nuestro país. ¿Hasta qué punto crees que el yihadismo es una amenaza real para Europa?
Por desgracia, las pruebas son suficientemente alarmantes como para pensar de ese modo. El yihadismo sigue siendo una amenaza real para Europa. De hecho, Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico (EI) siempre han considerado al viejo continente como uno de sus principales campos de batalla. Sin embargo, ahora estamos en presencia de un nuevo extremismo, un cambio de estrategia. Nuevos grupos autoconstituidos de manera libre, bien organizados y basados en una ideología común. Asimismo, lobos solitarios, es decir, individuos que perpetran actos terroristas de forma independiente. Jóvenes en su mayoría que viajan a Oriente Medio para ser adiestrados por grupos extremistas islámicos y que regresan posteriormente a sus países de origen mucho más radicalizados y dispuestos a perpetrar ataques en solitario.
¿Crees que el terrorismo se ha estado utilizando para conseguir rédito político?
Lo que preguntas es lo mismo que piensan muchos de los mejores eruditos en la materia y, posiblemente, gran parte de la población española. Sin embargo, poco importa la razón por la que existe o que le da vida. No se puede justificar lo injustificable, las matanzas, los asesinatos. Por mucho que esas acciones terroristas estén completamente dirigidas a uno u otro fin, mensaje o trasfondo, sea político, religioso o una combinación de ambos, nunca puede servir de justificación. Se mire por donde se mire, el terrorismo es una lacra monstruosa e inhumana.
Y, además, no debemos olvidarnos de los intereses económicos. ¿Hasta qué punto crees que los mercados y las grandes fortunas influyen en nuestras vidas y manipulan la realidad?
La pregunta es ambiciosa y bastante compleja, desde luego. Podemos decir, con los datos en la mano, que la actual configuración económica influye de forma directa e indirecta en nuestras vidas. Habrá quien piense que es así; otros, por el contrario, no pensarán de igual forma. Probablemente todos tengan algo de razón. Mi intención aquí, simplificando, no es la de realizar el análisis empírico de una cuestión, o la de aportar datos esclarecedores, sino la de mostrar una serie de hechos que han ocurrido en nuestro país. Teniendo esto presente, son los lectores los que tienen la última palabra. Son ellos los que deben sacar sus propias conclusiones.
No queremos contar más de lo debido, así que vamos a ser escuetos para mantener la incógnita de la novela. ¿Crees que es habitual encontrarse con personas como David Terrer, que están dispuestas a jugarse la vida por encontrar y ofrecer la verdad a la gente?
Espero que sí. De hecho, creo que sí. Aunque es cierto que en las últimas décadas el altruismo o la benevolencia no han sido conductas habituales en nuestra sociedad, apreciándose cada vez con menor frecuencia. Aquello de hacer por los demás sin esperar obtener nada a cambio no es algo que esté de moda, que llame la atención o que tengamos en mente cada vez que nos levantamos de la cama. Aunque todo podría cambiar.
Francisco, tú eres abogado, como el protagonista. ¿Podrías contarnos cómo de difícil es apartarse de juicios morales y de nuestra propia opinión cuando uno se encuentra con un caso tan aparentemente obvio? ¿Has trabajado en alguno donde las cosas no eran lo que parecían?
Al principio cuesta, como todo. Resulta difícil no dejarse llevar por juicios de valor o, simplemente, no sacar conclusiones precipitadas. Es necesario un aprendizaje, como en cualquier otro trabajo. No dar nada por hecho, no tener nada claro. Tienes que intentar actuar con total neutralidad y profesionalidad, dejando de lado esas primeras impresiones, preferencias o creencias personales. En cuanto a la segunda, por suerte sí, en varios. Son precisamente esos casos los que más te enriquecen, no solo profesionalmente sino como persona. Se agradece esa vuelta de tuerca y, en ocasiones, una buena bofetada de realidad en la cara para volver a poner los pies en el suelo y continuar avanzando.
Por otro lado, la vertiente detectivesca del libro está narrada con mucho gusto, así que entendemos que eres aficionado al género. ¿Cuáles son tus lecturas? ¿De dónde sacas la inspiración?
Me encanta el género detectivesco, las novelas policíacas llenas de misterio y acción. Supongo que, por mi profesión, resulta fácil sentir cierta atracción por ellas. De todas formas, estoy ampliando el círculo de lecturas: aventuras, terror, históricas. Por mucho que leo nunca termino de sentirme satisfecho. Si la historia engancha, sea la que sea, la devoro en pocas horas. Para ser un buen escritor es fundamental leer y leer mucho. Nunca terminas de aprender, ampliando conocimientos, mejorando tus recursos, sacando tus propias conclusiones e ideas que te ayuden a mejorar en los próximos escritos. Tal vez sea de allí de donde saco la mayor inspiración, aunque no solo de la lectura vive el hombre. Cuando estás inmerso en crear de la nada una nueva historia, un nuevo escenario o situación, unos personajes, cualquier momento en tu vida, por simple o cotidiano que resulte, puede inspirarte.
¿Tienes en mente continuar escribiendo?
Si, por supuesto. De hecho lo hago. Sigo escribiendo por el mero placer de hacerlo, pero por si acaso, también con la esperanza de que mis trabajos sirvan para que alguien, en algún lugar, se libre por un momento del mundo que le rodea, trascienda lo cotidiano, se detenga a leer, a pensar, a reflexionar. A mí me suena a algo lejano, pero sería maravilloso que esos objetivos se convirtieran en expectativas reales. Que alguien se cuestionara sus ideas, se devanara los sesos, se riera, se emocionara, llorara, en definitiva, hiciera suya la historia y trascienda más allá de unas simples páginas escritas. De todo ese germen surgió El teatro del agua, mi segunda novela. Un thriller de ficción con tintes de novela negra y terror que pronto verá la luz. Distinto escenario y época. Muy del estilo del gran Stephen King. Pero hay más: actualmente estoy escribiendo la segunda parte de Al filo de la verdad; nuevas peripecias del peculiar abogado David Terrer y otros proyectos muy variados e interesantes que he comenzado.
¿Hay algo más que quieras decirle a tus lectores?
Quiero dar las gracias a todas aquellas personas que hayan dedicado unos minutos de su vida a leer mis libros. Es un gran honor a la par que una gran responsabilidad. Decirles que espero seguir teniendo la oportunidad de ofrecer lecturas interesantes que les cautiven. Historias atrayentes con un ritmo y estilo propio.
Disponible en: Agapea, Amazon y Casa del libro
También en librerías físicas de España.
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