Buenos días, Roger y Pau. Vuestro debut en la literatura llama especialmente la atención, pues os habéis lanzado, nada más y nada menos, con una tetralogía de género fantástico titulada Memorias de Harleck. De las cuatro novelas, ya hay dos en el mercado: Alma, la primera entrega, y Mente, su continuación y el libro que hoy nos concierne. ¿Qué tiene Mente que no haya en Alma? ¿Qué podemos encontrar en esta segunda parte?
Memorias de Harleck: Mente es el verdadero inicio argumental de la saga. Nos situamos en una época convulsa en el mundo de Harleck. En Mente, no solo conoceremos una mayor gama de nuevos personajes con sus propias ambiciones y sus particulares demonios, sino que veremos cómo la historia avanza y se muestra a través de múltiples puntos de vista. Se tratarán temas como la discriminación, la tensión racial y el ansia de poder. El propio protagonista se cuestionará el destino que se le ha impuesto y deberá crecer para intentar superarlo.
Mente deja atrás la aventura sencilla narrada en Alma y da paso a un entramado de conspiraciones, de propósitos ambiciosos, de actos de redención personal, todo barajado con el exotismo de dos culturas tan opuestas como las amazonas y los karcks expansionistas del sur.
Mente es bastante más extenso que Alma. ¿Por qué habéis decidido concentrar la mayor parte de la información en esta segunda parte?
Alma representa un viaje iniciático para el lector y la intención era introducirle en un mundo muy nuevo dentro del género de la fantasía. En Mente es donde la verdadera aventura da comienzo no solo para el protagonista, sino también para muchos otros personajes que buscan su propio camino dentro de un mundo agitado y difícil.
En Mente, suceden muchos acontecimientos en poco tiempo, en realidad, en un año, que es el tiempo durante el que transcurre el libro. Describimos las intenciones que tienen Erlin, sus compañeros de viaje y también los personajes nuevos.
En definitiva, queríamos mostrar con todo detalle un nuevo universo donde el lector se pudiera sumergir a la vez que construíamos una trama argumental compleja. Y todo eso, para bien o mal y según la opinión de cada cual, necesita páginas y páginas.
Los siguientes volúmenes serán menos extensos que Mente. Escribir un libro fue en su momento una ardua tarea realizada a contrarreloj y con un gran peso descriptivo; aunque disfrutamos muchísimo, ahora nos apetece poder escribir con menos presión el resto de la obra.
Comenzasteis a escribir Memorias de Harleck con tan solo 14 años. ¿Cómo está siendo la experiencia de escribir juntos desde hace tanto tiempo? ¿Os cuesta poneros de acuerdo?
No exageramos al decir que es lo mejor que nos ha pasado nunca. Al principio, solo escribíamos capítulos sueltos; uno de nosotros dictaba y el otro, de hecho, escribía libremente lo que le parecía correcto de ese dictado. Era una forma bastante rudimentaria de trabajar, pero de alguna manera lográbamos fusionar dos pensamientos hasta obtener una única historia.
Cuando firmamos contrato con la editorial, empezamos a profesionalizar nuestro modo de escribir y, desde entonces, nos ocupamos cada uno de capítulos o personajes distintos. Pero en el fondo nuestra forma de entender el trabajo no ha cambiado, siempre discutimos conjuntamente los capítulos, antes y después de escribirlos.
Discrepancias las tenemos a miles, pero avanzamos porque, de una manera u otra, uno de los dos cede o es convencido por los argumentos del otro. Cuando el desacuerdo es máximo, acabamos por lanzar una moneda al aire. En definitiva, llevamos muchos años de amistad y discusiones, por lo que incluso disfrutamos cuando se presenta conflicto por una idea o un personaje. Paciencia es sin duda la palabra que resume nuestra formula.
Memorias de Harleck nació para darle una historia a unos dibujos que Pau había realizado. Echando la vista atrás a ese momento y mirando hasta dónde habéis llegado, ¿cómo os sentís?
Es un sueño hecho realidad. Los dibujos de Pau son el embrión del mundo de Harleck, con sus dibujos inventó unos personajes y unos territorios nuevos, y a partir del momento en el que decidimos escribir una historia inspirándonos en ellos y luchar para que nos la publicaran, sabíamos que sería una tarea difícil, pero lo cierto es que siempre hemos creído en este sueño.
Dedicamos mucho tiempo buscando una editorial dispuesta a publicar y finalmente con Edhasa lo hemos logrado. La noticia supuso una enorme satisfacción, pero en aquel momento nunca llegamos a imaginar todo el trabajo que supondría dar a conocer nuestra obra aun estando publicada.
Junto con un equipo de amigos, estamos invirtiendo esfuerzos y mucha ilusión estos últimos años para, a parte de avanzar con la escritura de Memorias de Harleck, buscar nuevos lectores, promocionarnos, crear talleres literarios para mostrar lo aprendido… En resumen, nos dedicamos simultáneamente a una gran cantidad de actividades que a día de hoy seguimos afrontando con la máxima energía, porque si algo hemos aprendido desde que empezó nuestro viaje es que el camino es largo y lento.
De todos los personajes que aparecen en la saga Memorias de Harleck, ¿a cuál os costó especialmente dar voz? ¿Tenéis algún favorito?
Roger: Dar voz a un personaje siempre es un reto, incluso con aquellos que se te parecen. Un personaje es alguien aparte de ti, con experiencias y objetivos diferentes a los tuyos, y es difícil calibrar bien cómo actúa otra mente aun partiendo desde cero. Para mí, el personaje más complicado fue Barlin, un chico sin ambiciones, pero de corazón noble. He de decir que el hecho de ser dos facilita enormemente este aspecto. Por ejemplo, en este caso, Pau tomó las riendas de este personaje que para mí sería demasiado complicado.
Mi favorito es sin duda Franz Smuggler. Un anciano de carácter tremendamente manipulador que ha vivido sus últimos años siendo el más alto cargo del Imperio, pero a la sombra de Marfor, un rey incompetente, pero de gran poder. Ese gran escollo con el que se encuentra Franz toda su vida, le impide alcanzar el reconocimiento de su genio. Para mí, supone un placer poder decidir cómo canaliza esa frustración y planear sus pasos entre ardides y maquinaciones.
Pau: El personaje más difícil para mí, porque también me planteó un gran reto en el momento de escribirlo, es Sha’Sok, una asesina slicer. La dificultad radicaba en que Sha’Sok es de otra raza y queríamos que el pensamiento y la ideología de estos seres se diferenciaran de las de los humanos.
Como personaje favorito, elegiría a Strom, un individuo que con su manera unívoca de ver el mundo da un toque de humor a la saga, pero que a la vez es una pieza clave en la historia, pues es responsable de arrojar luz a muchas de las cuestiones que se plantea el lector a lo largo de la obra.
Si pudierais ser un personaje de la literatura fantástica, ¿quién seríais y por qué?
Pau: Me vienen a la cabeza muchos personajes y mil ideas, pero creo que me quedo con un montaraz cualquiera del mundo de Tolkien. Viajar por la Tierra Media siempre ha sido uno de mis sueños, así que: ¿qué mejor que los exploradores que se dedican a proteger las fronteras humanas de ataques orcos?
Roger: En mi caso, siempre me ha gustado mucho Raistlin, de la saga de Dragonlance. Se trata de un mago consumido por su propia ambición que muchas veces resulta incomprendido en su entorno. Es un antihéroe que choca con sus compañeros, capaz de hacer casi cualquier cosa por cumplir sus propósitos, pero a la vez tiene un amor incondicional por su hermano, aunque le cueste reconocerlo.
¿Cuáles son vuestras principales influencias? ¿Qué obra (libro, película, videojuego…) supuso un antes y un después, y os enganchó por completo a la fantasía?
Tolkien, Ken Follet y Patrick Rothfuss han sido nuestros pilares desde que empezamos a escribir. Cómo describir un mundo nuevo rico e intrigante, unos personajes reales y cercanos, y crear una historia mundana, pero a la vez atractiva son las lecciones que sacamos de cada uno de ellos.
Y reservamos un lugar especial en nuestros corazones para el juego de rol Dungeons and Dragons, al que nos iniciamos con doce años y nos ha permitido vivir miles de aventuras siendo los protagonistas. Con orgullo podemos decir que, a día de hoy, aún encontramos un hueco en nuestras agendas para seguir jugando. Sin duda, cualquier lector de fantasía debería probar alguna vez en su vida una sesión de D&D.
Juntos realizáis talleres de escritura por librerías y centros cívicos con el objetivo de enseñar a escribir historias de género fantástico. ¿Cuáles son las actividades o los temas principales que tratáis en estos talleres? ¿Qué pueden aportar a los escritores noveles?
Durante el transcurso de los años, hemos recogido críticas y consejos, y a la vez hemos seguido aprendiendo de nuestros referentes. Todo eso lo hemos volcado en unos talleres que tienen como objetivo enseñar a crear mundos de fantasía ricos y complejos, habitados por personajes bien construidos que se vean envueltos en tramas que seduzcan al lector. Junto con el público del taller, creamos nuevos mundos fantásticos y animamos a los asistentes a que escriban dando rienda suelta a su imaginación. Después de cada taller, montamos un concurso ambientado en lo que hayamos creado aquel día.
También habéis creado un club de lectura de fantasía en la librería Santos Ochoa. ¿Cómo surgió la idea? ¿Sobre qué autores, temas u obras soléis debatir?
La idea surgió a partir de los talleres que hicimos en esa librería. Vimos que había un público interesado en la fantasía y que eran lectores empedernidos. Hablando con la propietaria de la librería, decidimos montar este club juvenil de fantasía y ciencia ficción. Cada mes leemos una obra del género y el último viernes nos reunimos para discutir y rebatir entre nosotros las ideas que surgen a partir de la lectura. Al principio, empezó siendo un club de lectura juvenil, pero hemos ido creciendo y ahora asiste gente de todas las edades.
Dentro de poco, saldrá a la venta la tercera y penúltima entrega de Memorias de Harleck. ¿Nos podéis dar un adelanto?
En Memorias de Harleck III: Cuerpo, la trama volverá a centrarse en Maregard y el imperio humano. Aparecerán nuevos personajes, como Valdor Arsent, Maestro de Leyes y la tercera persona más poderosa del Imperio.
Sin hacer muchos spoilers, diremos que en Cuerpo la trama se ramifica mucho más que en Mente. El lector vivirá muchas historias simultáneas a través de personajes situados en distintos puntos de Harleck. No existen, como en Mente, dos grandes historias (amazonas y karcks), sino que el libro nos transportará por todo Harleck, incluyendo la Resistencia, Parthaón (Hogar de Marcados), Maregard, Groathar y muchos lugares más.
Libro: Memorias de Harleck
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