José Luis Martínez debuta con una novela ilustrada de género fantástico: El goblin, el origen. Esta primera parte de la saga se centra en Morgork, un goblin que decide vengar a su pueblo a raíz de que la aldea fuese destruida por orcos y seres oscuros de rango superior cuando tenía 16 años. Después del trágico acontecimiento, Morgork decide ir en busca de los responsables, pero pronto se dará cuenta de que la batalla se expande mucho más allá de sus intereses y de que el mundo se encuentra al borde del abismo. Quizá él sea la única esperanza…
La palabra goblin remite directamente a Dentro del laberinto (1986), la excepcional obra de Jim Henson protagonizada por el inmortal David Bowie y por una jovencísima Jennifer Connelly. Ahí los goblins eran seres realmente majaderos que se interponían en la hazaña de la protagonista. De hecho, esa suele ser la visión que tenemos de la raza goblin: unos seres en los que no se puede confiar y que esconden oscuras intenciones. Para comprobarlo, solo hay que fijarse en su aspecto físico: nariz y orejas picudas, ojos de colores brillantes, expresión aguda, piel verdosa o grisácea, y estatura reducida, una característica muy ventajosa de cara a los oponentes u enemigos, pues les hace escurridizos.
Esto sucede porque la tradición habitual en todos los cuentos y relatos ha sido mostrar la fealdad como señal de advertencia ante un peligro, como representación del Mal. Y es que, en términos psicológicos y morales, el Mal debe ahuyentar, no seducir. Estas asociaciones permanecen en la actualidad, por supuesto, pero sí se percibe una ruptura importante con los valores clásicos. En el cine, por ejemplo, los asesinos son hombres o mujeres muy atractivos. En literatura, no hay mejor ejemplo que el que nos trae José Luis Martínez en El goblin, el origen.
Aunque la novedad de la novela no reside únicamente en poner a un goblin como protagonista, sino también en la ruptura de clichés. Junto a Morgork, se encuentran los orcos. Si bien se describen como seres intratables, susceptibles de armar una guerra simplemente por su naturaleza hostil, el autor nos hace ver una cara más amable de esta raza. Aprovecha su fuerza y esa imagen tan característica para llevarlos tanto a la luz como a la oscuridad. Y esto es magnífico, pues rasga aquello de juzgar a todos bajo el mismo rasero. Es decir, no hay razas malas o buenas; los orcos no siempre son crueles ni los goblins malvados. Cualquiera puede ser un traidor y dejarse seducir por las fuerzas oscuras. Y, del mismo modo, cualquiera puede convertirse en el líder que lleve la paz a los pueblos.
El goblin, el origen es un sabor nuevo construido a partir de las obras más destacadas del género. Por esto precisamente tiene mayor valor aún. No se puede pretender hacer una historia original y de calidad sin conocer a fondo el terreno en el que uno se está moviendo. Para escribir, es necesario empaparse, dejar que el relato te entusiasme y ser capaz de visualizar el universo con claridad. Y la novela de José Luis Martínez irradia pasión, amor hacia el género.
Se percibe la influencia de R. A. Salvatore en la estructura, en la idea de empezar por los inicios al igual que sucede en la trilogía El elfo oscuro. Asimismo, nos transporta a la infancia, cuando la televisión nos ofrecía grandes relatos fantásticos como El décimo reino. Deja impresa la marca que La historia interminable puso en el propio autor: la lucha incansable, el convertir a un ser común en un posible héroe y rescatar la magia y la fantasía. Sin olvidar esa variedad de razas, aldeas, oficios, etc. propia de los juegos de rol como Warcraft. Aún más: la espada de Morgork nos recuerda a Dardo, la daga élfica que Bilbo le cede a Froddo. Tanto este último como Morgork son seres pequeños de los que no se espera grandes heroicidades, pero los cuales acaban teniendo el destino del mundo en sus manos. No cabe duda de que los fans y habituales del género quedarán ampliamente satisfechos con esta historia, la cual ha sido magistralmente ilustrada por Naike Casado para traernos la nostalgia de los cuentos clásicos.
El relato de José Luis Martínez es la prueba de que hasta la vida más pequeña puede cambiar el mundo más grande, igual que un aleteo de mariposa puede hacerse notar en la otra punta del planeta. Morgork quiere ser algo más que un agricultor o un chamán, no porque los desprecie, sino porque no cree que él sea diferente o inferior por su naturaleza de goblin. Faula, su mejor amiga, es un personaje risueño y optimista cuya participación en la historia supone un punto de inflexión en Morgork: los sueños y la realidad dejan de estar separados para fundirse en uno solo. El goblin, el origen trata de esto, de la lucha constante por nuestros sueños, sin que nada ni nadie nos detenga.
Libro: El goblin, el origen
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