Buenos días, Jorge. La novela Venganza es tu nueva obra, aunque no es la primera, sino la cuarta. ¿Te ha resultado complicado encontrar ideas frescas sobre las que escribir?
No especialmente, supongo que tengo una fértil imaginación. En los últimos años, siempre que he tenido una idea que me parecía buena, la he apuntado junto con posibles desarrollos y, cada vez que quiero escribir una novela o relato nuevo, voy tirando de mi lista de ideas, aunque sin un orden concreto.
Como su propio nombre indica, la obra gira en torno a la venganza y también a las traiciones. ¿Dónde crees que están los límites entre la venganza y la justicia?
A veces la línea es tan fina que resulta imposible no cruzarla. La justicia no debería estar basada en la venganza, pero es innegable que, en el día a día y en las cosas más pequeñas, somos muchas veces vengativos o rencorosos, aunque (afortunadamente) no a los niveles vistos en la novela.
La novela es compleja, pues no solo abarca la supervivencia en la isla, sino que todo está unido por un universo fantástico que demanda unas leyes muy concretas. ¿Cómo se te ocurrió esa parte de la historia? Cuando se introducen elementos de ese tipo, hay que cuidar con especial atención la coherencia y los tiempos. ¿Te dio muchos dolores de cabeza construir y unir esos dos mundos presentados en Venganza?
Como bien sugieres, no es sencillo aunar fantasía y coherencia, y es demasiado fácil a veces dejarse llevar por el “es que se trata de un relato fantástico” para justificar cualquier giro argumental, incluso los más absurdos.
Hay que tener cuidado con esto y, dentro de lo fantástico, buscar historias con las que un lector se pueda identificar, procurando no crear personajes invulnerables/intocables o situaciones que no se sostengan. Tuve que mantener esto en mi mente todo el tiempo, evitando el “todo vale”.
La evolución de César es bastante significativa. Si bien en todo momento se mueve por su propio interés, podemos apreciar un cambio importante de sentido contrario. Sin entrar en detalles, digamos que César nos llega a caer bien, nos hace cómplices de sus planes. ¿Cuál es la clave para lograr esa empatía con él a pesar de todo?
En muchas novelas o películas, tenemos o el malo que nos cae bien por su carisma o la buena persona que se ve obligada a actuar de una determinada manera cuando es presionada hasta el límite.
En nuestro mundo, no todo es blanco o negro y, entre los infinitos tonos de gris en los que nos movemos, tendemos a identificarnos con personajes aparentemente ambiguos, ni totalmente blancos ni totalmente negros. Y ese creo que es el secreto del carisma de César.
Como decíamos, Venganza es tu cuarta novela. Anteriormente, has publicado Decisiones, El año de la hortaliza y ¿Quién dijo miedo? De todas ellas, ¿cuál te ha dejado mejor sabor de boca?
Todas tienen algo por lo que las tengo siempre en el recuerdo con cariño. Decisiones, pese a no ser lo primero que escribí, fue lo primero que se publicó, además de haber tenido una buena acogida entre los fans de la ciencia ficción que han tenido la oportunidad de leerla. El año de la hortaliza supuso mi primera incursión en el terreno de paranormal, también con buenas críticas, incluso aunque ahora se encuentra descataloga. Y, en el caso de ¿Quién dijo miedo?, se trata de mi primera incursión en el género negro/policíaco y es hasta el momento la que más se ha distribuido por toda España.
En el libro, hay alguna alusión a la serie Perdidos. ¿Eres fan o te ha servido de alguna manera para escribir esta historia?
Soy fan y yo mismo alguna vez he aludido a esta novela como el hijo bastardo entre Perdidos y El conde de Montecristo, quizá una manera elaborada de decir que es una historia de venganza tras un accidente aéreo. Como bien saben los que colaboraron en hacer realidad la novela y los que ya la han leído, todo el parecido con Perdidos termina con el accidente de avión.
Tu novela Venganza se ha financiado mediante crowdfunding, ¿qué se siente al haber conseguido el apoyo necesario para editar la obra?
Un gran alivio porque es, sin lugar a dudas, una de las tareas más extenuantes y estresantes que he tenido que hacer por una novela. En los tiempos que corren, es complicado encontrar un grupo de personas que decidan apostar por un proyecto del que conocen poco más que una sinopsis y descripción de personajes, pero es un alivio ver que queda gente dispuesta a apostar por la cultura. Es una muy buena manera de financiar una obra y el hecho de que tras la campaña de financiación hubiera una editorial al uso es un gran apoyo.
¿Qué opinas de la autopublicación?
Como tal, no tengo nada en contra. Quien haya seguido mi trayectoria y algunas entradas del antiguo blog que tenía antes (todavía disponibles en mi web) lo sabrá.
Conozco varios autores que han optado por dicho modelo de publicación, unos cuantos con obras notables que no tienen nada que envidiar a las publicadas por editoriales tradicionales y muchos otros que han sacado al mercado obras que hubieran necesitado al menos una nueva corrección, suponiendo que hayan tenido alguna.
La precipitación es el peor enemigo del autor y, además, el hecho de que publicar en Amazon Kindle sea gratis lleva a mucha gente a subir sus obras sin corregir ni revisar de manera alguna, para que les siga saliendo gratis. Por suerte, existen opciones, como cooperativas de autores y asociaciones de escritores que facilitan las cosas y abaratan costes.
Aunque sea autopublicación, no se debe saltar ningún paso: revisión/corrección, diseño de portada (buena, a ser posible) y maquetación. Muchas buenas obras se quedan fuera por no tener una buena corrección, maquetación o portada.
¿Cuáles son tus rutinas a la hora de escribir? ¿Te fijas algún número concreto de páginas por día o simplemente te dejas llevar por la inspiración?
Procuro escribir a diario, aunque eso no siempre es posible cuando se cruzan, por un lado, el trabajo de oficina que paga las facturas y, por otro, la promoción propia, ya que los autores menos conocidos o independientes nos vemos obligados en la mayoría de casos a ser nuestro propio community manager. Intento seguir los consejos que uno de los autores más prolíficos de nuestros tiempos, Stephen King, plasmó en su libro Mientras escribo. Básicamente, escribo sin esperar a la escurridiza imaginación, puesto que el acudir a ella para justificar que no se escriba, en muchos casos, no es más que una forma de vagancia.
En el plano más práctico, planifico las obras por capítulos, teniendo claro qué quiero que suceda en cada uno. Como lector, siempre me ha gustado hacer una pausa tras cada capítulo y eso se refleja en mi forma de escribir. Todo esto se ve también en algo que en repetidas ocasiones han comentado sobre mis novelas, que los títulos describen muy bien lo que sucede en los capítulos, algo que se debe precisamente a esta estructuración.
Hasta ahora, tus novelas mezclan historias corrientes con fantasía o ciencia-ficción. ¿Te sientes cómodo en este género o tienes pensado cambiar de registro? ¿Estás trabajando ya en tu próximo proyecto?
Entre ideas, manuscritos inéditos, relatos y novelas publicadas, he mezclado ya unos cuantos géneros, más allá de lo fantástico y la ciencia-ficción. De hecho, mi anterior obra, ¿Quién dijo miedo?, es una novela negra totalmente realista.
Actualmente, estoy escribiendo una novela de intriga, sin elementos fantásticos, al tiempo que uno de mis lectores cero está echando un vistazo a otra novela negra a la que me gustaría dar salida en un futuro cercano. Y mientras tanto, también estoy buscando alguien que esté interesado en reeditar El año de la hortaliza, en mi opinión, una novela que todavía tiene mucho que decir.
Libro: Venganza
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