¡Hola, Felipe! Es un placer tenerte aquí con nosotros. Tenemos muchas ganas de conocer más sobre El folio 706 (editorial Tregolam). En esta novela de misterio un inspector, un detective y una periodista aúnan sus fuerzas para buscar al desaparecido marqués de Parderrubias. En su misión destaparán la verdad sobre la relación de esta importante figura con intereses económicos en el Protectorado español en Marruecos, el Expediente Picasso y el golpe de Estado encabezado por el general Primo de Rivera.
Esta obra lo tiene todo: misterio, amor, amistad, secretos y un final sorprendente. ¿Cómo surgió la idea de escribirla?
Me encanta todo lo relacionado con la historia. Leyendo mucho sobre ella, me resultó fascinante descubrir todo lo que pasaba en la España de hace un siglo: constantes crisis políticas, guerra en Marruecos, irrupción de anarquismo y fascismo, magnicidio, polarización de la sociedad… Encajar una trama de misterio en ese periodo de tiempo me pareció una idea irresistible y tremendamente divertida.
El Expediente Picasso es un extenso documento que impactó en la vida política española entre los años 1922 y 1923. ¿Por qué decidiste centrar la trama de la novela en él?
El Expediente Picasso, con el que se investigó la causa del desastre de Annual, es el eje central de la novela. Se trata de un documento de un valor histórico excepcional que desató una tormenta política sin precedentes en aquella época. Algunos historiadores afirman que las discusiones en torno al expediente tuvieron mucho que ver con el golpe de Estado del general Primo de Rivera. Cuando me interesé por él, no pude encontrar una copia íntegra del mismo. Sencillamente una parte del documento no había llegado a nuestros días, y de ahí surgió la tentadora idea de especular con ese vacío. ¿Qué contenían aquellos folios que habían desaparecido? ¿A quiénes incomodan tanto?
Mientras escribía la novela, el D. José Martín Cano, avezado investigador, fue capaz de recopilar la versión casi íntegra del expediente, haciendo un trabajo espectacular. Estuvo a punto de arruinar mi idea, pues la trama entera de mi novela giraba en torno a una parte del documento que nunca llegó a ver la luz. Sin embargo, la suerte se puso de mi lado, ya que su investigación puso de manifiesto que, entre los más de 2 400 folios del Expediente Picasso, uno, el 706, que da título a la novela, nunca fue encontrado.
La ambientación de la novela es maravillosa. Has hecho que sea muy sencillo sumergirse en los años 20. Pero es cierto que debe haber un gran trabajo de documentación detrás. ¿Cómo ha sido este proceso? ¿Qué es lo más difícil y lo más interesante de la recopilación de información para escribir?
Ha sido la parte más enriquecedora para mí, aunque en ocasiones reconozco haber rozado lo obsesivo. Yo estaba empeñado en que todo en la novela fuera lo más creíble posible. Y tratar de contar cómo eran las cosas hace un siglo no es tarea fácil. Además, yo vivía en México al comenzar a escribir, lejos de España y en plena pandemia, lo que complicaba todo un poco más.
La obra me ha permitido descubrir innumerables fuentes de información sobre todo tipo de temas (prensa de la época, costumbres, intelectuales y personalidades del momento, medios de transporte, moda, arquitectura, armas, reseñas históricas…) que me han hecho aprender muchísimo.
Lo más difícil para mí, y a la vez lo más bonito, ha consistido en tratar de recrear lugares en los que nunca he estado o aquellos otros que simplemente ya no existen y sobre los que hay muy pocas referencias. Nunca me había enfrentado a algo así. Tener que jugar con el rigor de la documentación y con fuertes dosis de imaginación me ha llenado mucho.
En relación con la pregunta anterior, no solo te has documentado sobre hechos históricos, también sobre personajes de la época. Así, encontramos a Virginia Oldoini, condesa de Castiglione, o Ramón Fernández-Luna, conocido como el Sherlock Holmes español. ¿Por qué decidiste incluirlos en la obra?
Confieso que no había oído hablar de ninguno de los dos antes de comenzar la novela. Ambos tienen que ver con el proceso de construcción del personaje del detective Obregón.
Por un lado, necesitaba de un caso que otorgara notoriedad a mi detective en la obra. Después de mucho investigar, di con la historia perfecta: la del del ópalo maldito de la condesa de Castiglione. Lo tiene todo: romance, desengaño, maldición, muerte, realeza… Según la leyenda el ópalo desapareció misteriosamente después de causar la muerte de varios miembros de la Casa Real, incluido Alfonso XII. Que mi detective fuera capaz de dar con el paradero de la joya me pareció divertidísimo como excusa para catapultarlo a la fama.
Por otro lado, al documentarme sobre técnicas de investigación policial en la época, descubrí la figura de Fernández-Luna. ¡Un tipo fascinante! Un policía avanzadísimo para su época, capaz de resolver casos como el de Fantomas o el del robo del Tesoro del Delfín. Al adentrarme en su biografía observé que, en el preciso momento en el que transcurre la novela, Fernández-Luna estaba abandonando la policía para crear su propia agencia de detectives. Resultó demasiado tentador. Mi detective, al que quería dotar de un alto grado de sofisticación, tenía que ser discípulo del legendario policía.
Parte de la trama trata sobre la corrupción de las altas esferas de poder. ¿Qué consecuencias reales tuvo para la historia del país? ¿Opinas que la política actual sigue salpicada por estas inmoralidades?
La corrupción a todos los niveles está muy presente durante la trama y, desgraciadamente, aquí no he tenido que recurrir mucho a la imaginación. Pese a los honestos esfuerzos regeneracionistas de unos pocos, la España de entonces no conseguía salir de su proceso de decadencia y todo el sistema político de la Restauración era tremendamente corrupto.
Más allá de los supuestos escándalos que salpicaron a Alfonso XIII y que fueron denunciados por intelectuales de la talla de Unamuno o Blasco Ibáñez, creo que la corrupción en el Protectorado de Marruecos denunciada en el Expediente Picasso sí que tuvo unas consecuencias muy serias. En ese momento se puso de manifiesto que las elevadas partidas presupuestarias para sufragar la guerra en Marruecos estaban siendo malversadas. Todo ello hizo que las condiciones de las tropas en el Rif fueran deplorables y acabaran costándole la vida a miles de soldados.
Supongo que es verdad aquello de que «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente». Y, cuando no existen o fallan los sistemas de fiscalización, la corrupción campa a sus anchas. Pasaba hace un siglo y, lamentablemente, sigue pasando hoy.
Otro de los temas a los que se alude es al consumo de estupefacientes. Uno de los protagonistas los usa, además de como tratamiento para la salud, como una ayuda para despertar sus estímulos neuronales. ¿Por qué era esta práctica tan habitual en la época?
En aquella época, sobre todo a partir de la Primera Guerra Mundial, era frecuente el uso de sustancias como la heroína o la cocaína con fines medicinales. Incluso Sigmund Freud sostuvo durante algún tiempo que esta última era el remedio perfecto para curar la adicción a la morfina. Además, subrayaba sus efectos positivos para combatir la depresión y mejorar tanto la autoestima como la capacidad de concentración.
Es precisamente en el primer tercio del s. XX cuando se descubren los efectos nocivos de estas sustancias y comienzan a prohibirse.
Es muy interesante también la visión realista sobre la relación entre España y Marruecos. ¿Por qué crees que hay tanto desconocimiento sobre la historia en común de ambos países?
Es una pena que esta intensa relación de ambos países no sea objeto de estudio hoy en las escuelas. El Protectorado de Marruecos ocupaba hace un siglo un papel central en todos los debates de la sociedad española. Sinceramente creo que la guerra civil española termina por fagocitar gran parte de la historia del s. XX de nuestro país, haciendo que todo lo acontecido unas décadas antes apenas despierte interés.
Mónica Adrio de los Mozos es una refinada periodista. Pese a su profesionalidad, al principio no la toman en serio por su juventud y ser la única mujer de la redacción. ¿Por qué es importante demostrar la situación de las mujeres de la época en un mundo dominado por los hombres? ¿Cómo crees que influye en ella el apoyo de sus compañeros?
Reconozco que para la construcción de Mónica me inspiré un poco en la increíble Carmen de Burgos. Una mujer que tuvo que sacarse el título de maestra a escondidas y que acabó convirtiéndose en la primera corresponsal de guerra de nuestro país allá por 1909. Periodista, activista adelantada a su tiempo y autora de diversas novelas, desarrolló una frenética actividad intelectual en un mundo muy hostil que haría todo lo posible por condenarla al olvido.
Desde un principio me pareció muy interesante que la periodista de la novela fuese una mujer. Había muy pocas por aquel entonces y para poder ejercer el oficio imagino que todas ellas estaban hechas de una pasta muy especial. He intentado que Mónica fuese una de esas mujeres, de aquellas que no se dejaban amedrentar con facilidad por ningún hombre.
Los personajes de la historia tienen que descifrar un importante enigma para la investigación. Así, conjuntamente explican distintos métodos para hacerlo y resolverlo con éxito. Esto nos ha llamado mucho la atención. ¡Es muy curioso! ¿Sabías de antemano todos los sistemas que aparecen? ¿Cómo elegiste cuáles mostrar?
La idea surge en el propio proceso de documentación. Hace poco más de un siglo la policía científica comenzaba a dar sus primeros pasos y pude hacerme con distintos manuales de técnica policiaca de la época. Algunos pasajes de estos manuales están consagrados a los métodos de cifrado y comencé a interesarme por el tema. En un momento de la novela tenía mucho sentido recurrir a un mensaje cifrado y no dudé en someter a los personajes a la prueba de desencriptarlo.
De entre las múltiples opciones me decanté por el cifrado de Vigenère, quizás porque el mismísimo Lewis Carroll había publicado un artículo en el que defendía que este método de cifrado era irrompible.
Esta es tu primera incursión al mundo literario. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Te esperabas alguna vez publicar la novela?
Ha sido una experiencia maravillosa que, entre otras muchas cosas, me ha permitido conocerme un poco más y un poco mejor. Mi actividad profesional me lleva a trabajar siempre en equipo, al contrario que todo el proceso literario. Este requiere de un trabajo en solitario, donde uno no encuentra ninguna excusa y se enfrenta constantemente a sí mismo, sin ayuda de nadie. Esto ha sido muy interesante para mí.
Por otro lado, he aprendido mucho de mis propios errores. En mi caso, partí de una idea muy general y sin más me puse a escribir, haciendo que la trama fuese tomando forma a medida que la escribía. No haberle dedicado más tiempo a la planificación me produjo algún que otro quebradero de cabeza. Pero al mismo tiempo me dio una sensación de aventura que me hizo disfrutar como un chiquillo.
La verdad es que no me planteaba publicar la novela cuando comencé a escribirla. La idea de su posible publicación comenzó a surgir cuando ya estaba muy avanzada. Descubrir todo lo que viene después: el mundo editorial, las correcciones, la portada, el booktrailer, la promo…, ha sido todo un descubrimiento para mí y le estoy agradecidísimo a Tregolam.
La obra muestra una gran pasión por el misterio y varios guiños a algunos de los grandes clásicos de la literatura. ¿Cuáles son tus referentes literarios? ¿Opinas que tu estilo se ha forjado de esta manera gracias a la lectura?
Siempre me ha gustado mucho la literatura y la verdad es que he procurado leer sobre casi todo. El gusto por el misterio lo conservo desde que leí por primera vez a Agatha Christie y a Arthur Conan Doyle. Luego tengo un grupo de autores que me hacen pasarlo siempre muy bien, como Grisham, Le Carre, Follet, Reverte y Dicker.
Escribiendo la novela y sobre todo en la construcción del personaje del marqués de Parderrubias, me he acordado mucho de autores que descubrí en la infancia, como May, Verne y Salgari, con los que disfruté muchísimo. Si a mí me impactaron de pequeño, ¡no puedo ni imaginar la huella que pudieron dejar en niños de hace más de un siglo!
Dicho esto, para mi Dumas en general y El conde de Montecristo en particular están por encima de todo.
Después de este gran debut, nos hemos quedado con ganas de seguir leyendo más historias tuyas. Cuéntanos, ¿tienes alguna idea nueva en mente?
Lo que tengo claro es que voy a seguir escribiendo porque me lo paso muy bien. Ahora estoy dándole vueltas a una trama plagada de intriga que transcurre durante de la dictadura del general Primo de Rivera. Es otra época de nuestra historia que no es tan conocida y que, sin embargo, resulta trascendental para comprender todo lo que vino después.
Para terminar, ¿te gustaría dedicarles unas palabras a los lectores?
Simplemente agradecerles infinito por su interés en la novela y decirles que yo me sigo considerando lector, mucho antes que escritor, y que he tratado de escribir el libro que me hubiese gustado leer.
¡Muchas gracias por atendernos, Felipe! Te deseamos muchísimo éxito con tu primera novela. El folio 706 ya está disponible en librerías.
El trío decide retomar la investigación por su cuenta al descubrir que el marqués, antes de ser asesinado, había remitido a las autoridades información que sería integrada en el Expediente Picasso: con el que se investigan las causas de la derrota militar en Annual y con el que se pretende depurar las responsabilidades militares y políticas del desastre.
Para su sorpresa, el folio 706 del expediente, el que contenía el testimonio del marqués de Parderrubias, ha desaparecido. Convencidos de que en dicho folio se encuentran las claves del asesinato del marqués, inician una frenética búsqueda del documento en la que nada es lo que parece y donde un complejo entramado de intrigas políticas, intereses económicos y secretos de Estado dificultan el avance de la investigación.
Cuando todo parece esclarecerse se produce un golpe de Estado, encabezado por el general Primo de Rivera, con el que se trata de enterrar para siempre cualquier vestigio del Expediente Picasso y del desaparecido folio.
¿Qué relación existía entre el folio 706, el caso Parderrubias y el golpe militar? Las respuestas se hallan, en parte, en el desenlace de la novela, si bien, toda la verdad quedará sujeta a la imaginación y a la sagacidad del lector.
El Expediente Picasso es un documento de un valor histórico excepcional, que contribuyó a desatar toda una tormenta política en la vida política española entre los años 1922 y 1923. Si hoy lo consultamos, observaremos que, entre sus más de 2400 folios, el 706 no existe.
Ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito financiero, tanto en España como en Latinoamérica, y aunque ha participado en diversas publicaciones técnicas, El folio 706 constituye su primera incursión en la novela.
Disponible en: Amazon, Casa del Libro, El Corte Inglés, Fnac, Libros.cc, Skeelo, Nextory
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