Reseña de «Seres solitarios» de Javier Sánchez-Monge Escardó

Ayako, Míjail Mijailovich, Jessica, Svetlana, Neggy, Yassir… Personas muy distintas, de diversas partes del mundo, con diferentes culturas y educaciones. Y, aunque parezca improbable, todas ellas tienen algo en común.

Este es el mensaje que transmite el escritor Javier Sánchez-Monge Escardó en su nuevo libro Seres solitarios, publicado por la editorial Tregolam.

La primera obra narrativa del autor recopila varios relatos verídicos, tanto autobiográficos como de algunas personas que ha conocido a lo largo de sus viajes como fotógrafo documental. Además, todos ellos están dedicados a su abuela, la mujer que lo introdujo en ese modelo aventurero y le enseñó que el cambio en la vida ocurre para todos, independientemente de su lugar de origen y condiciones sociales.

«—Porque el nómada evoluciona, cambia frente a las exigencias de un entorno variable —explicaba—. Pero la sociedad no, el nómada vislumbra nuevas perspectivas opacadas para el resto, y ese es el mayor reto.

—¿Cuál, abuela?

—El de reinterpretarse, Javier. Viajas, cambias, evolucionas, y dejas de ser el mismo, aunque a tu vuelta todos se siguen rigiendo por los mismos parámetros. El náufrago social ha de reinterpretarse a sí mismo para acomodarse de nuevo a la misma sociedad que abandonó un día, porque nadie será capaz de hacerlo por él. Como náufrago se gana, pero también se pierde, y uno se reconstruye con los retazos de todo aquello que le aportó la vida para dar con ese otro significado por el que hace que le merezca vivirla».

Todos los relatos están conectados por un tema común: la soledad. Sánchez-Monge explora este profundo y doloroso sentimiento arraigado en la humanidad en un mundo cada vez más globalizado.

La obra profundiza en la soledad exigida por la sociedad, la impuesta por el propio individuo o la forzada por el designio de la vida. Todos los personajes exhiben su condición, su situación y su manera de enfrentarse a esa amarga sensación que hila sus historias.

«—E independientemente de que se supiera pura consciencia, ¿no había manera de que se considerase como alguien en la soledad de su caverna?

—En lo que usted llama la soledad de mi caverna, a ratos yo solo era la cascada que descendía por entre las oquedades de la gruta, aunque otras veces la roca, e incluso el aire, o la libélula que buscaba allí refugio, pero a menudo era también la humedad, las espigas verdes de la primavera que se entrometían por la entrada, o las moscas, las mariposas, o la lluvia.

»En lo que usted llama la soledad de mi caverna yo era todo lo que se aparecía a mis sentidos y que se evanescía para dar lugar a un nuevo presente, y ahí, en esa gruta, yo lo representaba todo salvo la soledad, porque esta requería de un anhelo, y como yo ya lo era todo, entonces la soledad dejó de existir».

Ambientadas en lugares como España, la taiga rusa, el Amazonas, la India, Camboya, o el Tíbet, entre otros muchos, estas historias reflejan no solo la melancolía de sus personajes. También muestran el significado de la moralidad, la fugacidad o longevidad del amor, la complejidad de las relaciones personales, la aceptación de una realidad injusta, la crueldad humana o la esperanza por un futuro mejor.

El autor narra el tránsito por la vida: el suyo propio, el de personas que conoció antes de partir y el de otras que ha ido conociendo en su travesía alrededor del mundo y que dejaron una profunda huella en él.

«Porque, Martina, para vivir en una sociedad en la que ya han sido trazados todos los caminos y vías de interpretación posibles para los jóvenes, el afán de libertad crece como un apéndice al que tanto el poder como el resto de la sociedad considera necesario extirpar. Las perspectivas alternativas siempre resultaron opacas e incoherentes para un colectivo afianzado en valores inamovibles».

El estilo pausado y ornamentado, dotado de gran sensibilidad, de Javier Sánchez-Monge Escardó invitará a los lectores a reflexionar sobre la realidad intrínseca del ser humano y los emocionará a partes iguales.

Seres solitarios es una gran obra con un importante mensaje: da igual de dónde procedamos, los sentimientos son universales.

Invitamos a los lectores a asomarse a estas sobrecogedoras historias. Seres solitarios ya está disponible en librerías.

Nombre: Javier Sánchez-Monge Escardó
Obra: Seres solitarios
Género: relato, testimonio, autobiografía
Sinopsis: Seres solitarios recopila relatos verídicos, algunos autobiográficos y otros sobre personajes solitarios que el autor ha encontrado a lo largo de sus viajes como aventurero y fotógrafo documental por lugares tan remotos como la India, la taiga rusa, el Amazonas, Camboya, Tíbet o incluso España. Aunadas bajo el concepto de la soledad, las historias son extremas y recogen episodios como las aventuras del autor en una tribu en el Amazonas; una situación crítica en la que estuvo a punto de ser asesinado en la India; la manera de entender la moral de un mercenario o la odisea de un torturado de etnia rohingyá de un campo de refugiados de Bangladesh; la ardua vida de los trabajadores de un basurero de Asia; una tragedia ocurrida en una remota aldea del Himalaya durante los ataques de un tigre devorador de hombres; el ataque con ácido a un camboyano conocido del autor; el aislamiento de un anciano extrampero de la taiga rusa amigo del autor, y, entre otros relatos, también refiere la entrañable relación sostenida por Javier con su abuela, quien lo introdujo a su vida aventurera. Asimismo, narra algunas historias de amor autobiográficas y culmina con la de Yalien, su mujer taiwanesa. Cada relato se halla precedido de una introducción, y profundiza en las causas que demuestran el motivo por el que cada soledad es única y las razones por las que difícilmente puede ser compartida. Se trata de una lectura sobrecogedora que dejará una huella profunda en el lector.
Biografía: Javier Sánchez-Monge Escardó (1965, Madrid) se define a sí mismo en primer lugar como filósofo, después como aventurero y, posteriormente, como fotógrafo documental. Aunque es licenciado en Filosofía, en Ciencias Empresariales, habla varios idiomas y estudió Biología, es muy conocido por su fotografía documental, que lo llevó a ganar diversos premios internacionales y a publicar el libro El arte de la fotografía documental en Anaya Photoclub, en el que explica todas las dificultades que ha de confrontar un fotógrafo cuando llega a lugares conflictivos. Por otra parte, ha publicado en diversos periódicos españoles y se ha recorrido buena parte del planeta, viviendo varios años en Rusia, China, Estados Unidos, Alemania, Ecuador, India, Gambia, Camboya y, durante periodos algo menores, en otros países asiáticos y africanos. En cierto sentido, sus fotografías son el correlato de la vida intensamente aventurera que ha llevado hasta la fecha. Como él mismo explica, este es el libro que debe a todos esos lectores que lo conocen por su fotografía en condiciones y lugares extremos, en el que además ahora lo conocerán en su faceta de autor puramente narrativo. Es preciso saber que, detrás de esas fotografías a veces tan duras, Javier cosechaba historias a menudo asombrosas, sorprendentes, bellas, desgarradoras, profundas y con desenlaces tan sorprendentes como la vida misma.
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