¡Bienvenido, Eduardo! Es un auténtico placer tenerte aquí con nosotros. Estamos deseando conocer más sobre tu obra La transición española (Editorial Tregolam). En este libro dividido en dos tomos ahondas en la transición española desde la visión de Cataluña.
Según tenemos entendido, estás doctorado en Historia Contemporánea. ¿Por qué decidiste dedicarte a esto? ¿De dónde viene tu interés por la historia contemporánea?
Quizás el primer sorprendido fui yo. Mi inclinación iba dirigida más a la Historia Antigua. Sin embargo, una pequeña entrevista con el que posteriormente sería el tutor de mi tesis y que estaba ubicado en el departamento de Historia Contemporánea de la UNED, José Mª Marín Arce, trastocó todos mis planes iniciales.
Existen muchos libros que narran cómo fue la transición española. Pero no todos indagan en esta etapa histórica desde la visión catalana. Cuéntanos, ¿por qué optaste por publicar un libro desde esta perspectiva?
La iniciativa vino desde el Departamento que dirigía el malogrado historiador Javier Tusell. Se me indicó el interés de indagar sobre la extinta organización político social formada en los años setenta conocida como La Asamblea de Cataluña y se me concedió un plazo de seis meses para investigar algo que incluso era desconocido para mí. Imagínese, buscar información sobre personas y organizaciones políticas, muchas de ellas en pleno auge y con representación en activo. Fue algo complicado y, a la vez, emocionante.
Ambos tomos presentan un laborioso y arduo trabajo de documentación e investigación. Además, se han adjuntado fotografías de ciertos eventos o asociaciones. Esto ayuda a los lectores a ubicarse en el contexto histórico. ¿Qué fue lo más complicado de elaborar una obra tan compleja?
Hay dos aspectos que han definido claramente la elaboración y conclusión de este trabajo de investigación. Por un lado, la creación del propio trabajo, de cómo estructurar en un documento el contenido que iba consiguiendo, de separar lo importante de lo superfluo, etc. Todo esto, a pesar de ser lo más engorroso, a la vez, con el tiempo, fue lo más fácil de hacer. El secreto no fue otro que la colaboración y el control que efectuó mi tutor de tesis doctoral. Él fue el responsable de que un documento original en bruto de casi 1400 páginas se convirtiera finalmente en otro de 894 bien elaborado, corregido y estructurado. Otra cosa fue el trabajo de campo y la búsqueda de fuentes primarias. Esa tarea resultó ser lo que más me costó conseguir. Si algo aprendí de esa experiencia fue la dificultad de conseguir información fidedigna y actualizada sobre los mismos protagonistas que tres décadas antes habían publicado, afirmado o comentado ciertas cuestiones que en la actualidad se silenciarían o negarían haberlo dicho.
La transición española explica detalladamente qué fue, cómo se formó y qué implicaciones políticas y sociales tuvo la Asamblea de Cataluña. ¿Por qué opinas que es importante conocer los orígenes de este movimiento unitario descrito como el «más importante de toda la historia de la Cataluña contemporánea»?
Porque, a mi entender, existe una relación directa entre los objetivos no conseguidos de la antigua Asamblea de Cataluña (al menos en la mayoría de sus dirigentes) y la nueva organización creada cuatro décadas después denominada ANC (Assemblea Nacional de Catalunya). De hecho, muchos de los participantes de aquel ente unitario se han incorporado activa o pasivamente a la nueva, sobre todo los más involucrados en organizaciones de ámbito separatista. En el preámbulo del primer tomo comento algo al respecto. No olvidemos que el derecho de autodeterminación, a mi entender, mal entendido entonces y ahora también, formaba parte de los objetivos prioritarios para algunos de los dirigentes tanto de la antigua Asamblea como de la actual ANC.
Con la variedad de datos aportados, se reconoce un claro contraste entre las revueltas impulsadas por la Asamblea de Cataluña y las llevadas a cabo durante el procés en 2012. ¿Piensas que este movimiento o la actual Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha perjudicado los valores propios de la Asamblea de Cataluña?
La similitud de tácticas reivindicativas utilizadas por ambas organizaciones de protesta y manipulación informativa es notoria. Lo que las diferencia claramente es el entorno histórico en que se desenvolvieron. En los años setenta la prioridad era la lucha contra el régimen autoritario franquista refrendado en aquella frase histórica de: Llibertat, amnistía, Estatut d’Autonomia. Sin duda, tras la muerte del dictador, se consiguieron los tres objetivos que se reclamaban en ese eslogan. Sin embargo, el error fue considerar ingenuamente por buena parte de la ciudadanía catalana y resto de la española que el fin era conseguir la restitución del tan deseado Estatuto de Cataluña, denostado por el general Franco en plena guerra civil. El tiempo nos ha demostrado que la realidad fue otra, ya que el objetivo final era conseguir una Cataluña independiente de España con una base política marcada en el Estatuto. O sea, la consecución del Estatut de Catalunya fue el objetivo inicial, no el final. Por tanto, la estrategia a seguir estaría marcada por la reivindicación del derecho de autodeterminación, transformado en «derecho a decidir» del pueblo catalán, objetivo prioritario de la ANC y de Ómnium Cultural. Este empecinamiento culminó en el frustrado referéndum ilegal celebrado en 2017.
El PSOE ha representado un papel fundamental tanto en la transición española como en el proceso soberanista de Cataluña. ¿Qué evolución consideras que ha tenido el partido en el ámbito sociopolítico?
Esta cuestión es decisiva. No repetiré el papel del PSOE en el ámbito nacional, mucho se ha escrito sobre ello. Sin embargo, en lo que respecta a Cataluña, todavía hay grandes claroscuros por investigar. Cualquiera que decida leer mi trabajo podrá advertir el origen de muchas cuestiones enmarcadas dentro de lo que hoy conocemos como el «problema catalán» todavía sin resolver. En ese sentido, las decisiones u omisiones que se tomaron antes y en el proceso de unificación del PSC, fruto de la unión del PSC Congres y PSC Reagrupament (ambos en el ámbito catalanista) con la Federación Socialista del PSOE, de ámbito no identitario, han tenido mucha repercusión en el resultado final de la realidad que nos envuelve en la actualidad. En definitiva, el auge y la decadencia del socialismo no identitario en Cataluña han ido en paralelo desde la Transición con la evolución del soberanismo separatista en Cataluña hasta hoy en día.
En la obra se manifiesta la afanosa lucha de la Asamblea de Cataluña para luchar por sus derechos. Entre ellos se halla la libertad de expresión y libre pensamiento. ¿Dónde crees que se encuentran los límites de este derecho?
En un contexto histórico dominado por más de cuarenta años de dictadura en nuestro país, hablar y luchar por la libertad de expresión y libre pensamiento entraba dentro de la lógica. Conozco compañeros muy cercanos que conocieron la cárcel más de dos años por el simple hecho de repartir propaganda política y pertenecer a un partido no legalizado. Lo mismo digo por el castigo recibido por expresarse en otra lengua española que no fuese la oficial. Todo esto cambió cuando en 1978 aprobamos la Constitución Española donde, entre otros aspectos, se consensuaron leyes para proteger la libertad de expresión o de libre pensamiento. Ahí es donde encontraremos los límites. Otra cosa es la mala interpretación interesada de la norma o la conculcación de leyes por estamentos públicos oficiales que padecemos en los últimos años.
Hoy en día existe mucha desinformación en cuanto a la historia se refiere. ¿Dónde crees que radica el problema? ¿Existe una predisposición a enseñar la historia desde una ideología propia? ¿Cómo se podría solventar esta cuestión?
Pienso que la historia siempre ha estado impregnada de ideología. Los escritores, que son los verdaderos protagonistas de la historia, nunca han estado exentos de ideología, sea la que sea. Normalmente, en la época antigua, los escritores, poetas o pensadores, de una forma u otra, han estado controlados por el poder. No solo por el sustento, sino por el miedo a contradecir el sistema establecido donde te podías jugar tu propia vida. Posteriormente, tras la Revolución francesa, esta situación cambia en el mundo, sobre todo en nuestro entorno occidental. Me viene a la memoria una profesora que nos recordaba cómo explicar los mismos acontecimientos históricos desde un punto de vista marxista, centrándonos en los movimientos sociales, migratorios, etc., de un país determinado, o simplemente hablar de lo mismo, pero más referidos a las actitudes de sus gobernantes, sus participaciones en las guerras o los intereses económicos de su propia clase social.
En la actualidad, pese al aumento increíble de la información que nos llega, seguimos sin salvarnos de la desinformación interesada, las fake news o la propaganda con ideología subliminal. Veo por el momento difícil solución a lo que planteas.
Se ha hablado mucho del papel del rey Juan Carlos I en la Transición, así como de todas las teorías que circulan en torno a eventos como el 23F. ¿Cuál es la perspectiva desde el punto de vista catalán con relación a este tema?
El papel del rey en la Transición en todo lo relacionado con Cataluña fue esencial. Basta recordar que los poderes del monarca antes de la aprobación de la Constitución fueron heredados todos del mismísimo Franco. Las gestiones que culminaron con el retorno de Tarradellas y el restablecimiento de la Generalitat fueron protagonizadas por Suárez y el mismo. Posteriormente, creo que, durante los sucesos del 23F, toda Cataluña estuvo con el rey, ya que lo otro significaba una vuelta al pasado dictatorial. En el periodo de gobiernos del presidente Pujol en la Generalitat, la relación con el rey siempre ha sido interpretada como el trato que se le da a un jefe de Estado de otro país que no es el suyo. Esa tendencia se rompió durante los mandatos socialistas de Maragall y Montilla.
Tras todo lo expuesto en tu obra desde un punto de vista objetivo, no podemos evitar preguntarnos cómo valoras personalmente el resultado de la Transición.
Fue ante todo un periodo de esperanza y rebeldía para un pueblo oprimido en su mayoría por una dictadura cruel al principio y esperpéntica al final. Tras la muerte del dictador, la vuelta a la democracia era irremediable. Sin embargo, no fue fácil entablar el camino correcto hacia un estado de plenas libertades. Para ello, los dirigentes que protagonizaron dicha Transición tuvieron que ceder en sus postulados maximalistas para conseguir la concordia tan deseada. Fue una época convulsa y a la vez esperanzadora. Yo, como muchos, fui testigo directo de ella. La conclusión en todo ese transito culminó con el refrendo de la Constitución Española de 1978. Algunos la consideran imperfecta y retrógrada; otros, demasiado abierta a interpretaciones mal intencionadas. En mi caso, considero que esa Carta Magna fue la mejor que se pudo hacer en aquel momento. Ahora, con la perspectiva de cerca de medio siglo de vigencia, creo que ya toca actualizarla a los nuevos tiempos que corren siempre que no olvidemos el sentido unificador que entraña.
Actualmente estás trabajando en un nuevo proyecto titulado La derecha y la izquierda en la Segunda República. ¿Qué nos puede adelantar sobre él?
Se trata de una recopilación de ensayos relacionados con la política que se desarrolló en el corto tramo de la Segunda República española. Los partidos políticos tan polarizados desde la extrema derecha a la extrema izquierda tuvieron especial protagonismo en el auge y el hundimiento de esta. De todos es conocido que dicha experiencia democrática acabó en el golpe de Estado en 1936 encabezado por militares cuyo cabecilla fue el general Franco.
Para terminar, ¿te gustaría compartir alguna cuestión que no hayamos abordado con los lectores?
Solo animaros a profundizar en la lectura. Seguro que alguna sorpresa os llevaréis, especialmente los que piensan que ya se ha escrito todo sobre la transición española. Recordad que los antiguos egipcios ya denominaban a las bibliotecas como «el tesoro de los remedios del alma», puesto que en ellas se curaba la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás.
¡Muchas gracias por atendernos, Eduardo! Te deseamos muchísimo éxito con tu ensayo. Los dos tomos de La transición española ya están disponibles en las librerías.
Finalmente, ha participado en conferencias y debates de ámbito político centrándose en la actualidad en la culminación de su primera novela La huerta de La Paloma y la preparación de su próximo trabajo La derecha y la izquierda en la Segunda República.
Tomo I disponible en: Amazon, Agapea, Casa del Libro, Libros.cc, Barnes&Noble, Fnac, El Corte Inglés, Kobo, Librería de la U
Tomo II disponible en: Amazon, Agapea, Casa del Libro, Libros.cc, Barnes&Noble, Fnac, El Corte Inglés, Kobo, Librería de la U
Compartir esta información
Tregolam
Empresa de Servicios Editoriales. Agregador de #Concursos Literarios y Becas, #ServiciosEditoriales, #Noticias, #Entrevistas, #Literatura