Hola, Diego. ¿Cómo estás? Nos ha gustado mucho leer El libro del búho (Editorial Letrame), tu primera obra publicada hasta la fecha. Una novela de fantasía que narra la investigación de cuatro niños sobre algunos secretos de antiguas leyendas que se cuentan en el lugar donde viven: San Cipriano del Valle.
¿Puedes hacerle a los lectores un pequeño adelanto sobre tu libro? ¿Cuántos volúmenes compondrán la saga?
El libro del búho es una trepidante historia de aventura y fantasía que sigue dos tramas paralelas que no cesan de cruzarse a lo largo de las páginas: una a finales del siglo XV y otra en pleno siglo XXI.
La pasada comienza cuando dos hombres tratan, a la desesperada, de ocultar un objeto de gran poder. Este es el punto de partida del libro.
En el presente, los pequeños Juan y Laura abandonan su ciudad natal para instalarse, junto a su familia, en un recóndito pueblo de montaña en Los Ancares. Allí conocerán a los dos niños que ya viven allí, Carlos y Andrea. Los cuatro juntos no tardarán en descubrir que aquel lugar esconde muchos secretos, algunos relacionados con lo que sucedió en el siglo XV. De modo que, animados por la sed de aventuras, no tardarán en lanzarse a desentrañarlos con la ayuda de un extraño libro que llaman desde hace siglos del búho y de algún personaje que no voy a desvelar.
En total serán cinco volúmenes (y prometo no caer en las mismas tentaciones que George R. R. Martin).
Leyéndote, concluimos que te has dedicado por completo a crear la historia de El libro del búho. ¿Cuánto tiempo has invertido en la escritura de este libro de casi quinientas páginas? ¿Eres un escritor de brújula o de mapa?
Más de tres años. Más de cuatro si tenemos en cuenta el momento en el que se me ocurrió la idea. Aunque no me puse a escribir en serio hasta hace poco más de tres.
Soy un escritor de brújula: me dejo llevar por la historia y las fantasías que estas me evocan. Sin embargo, para este libro, con una trama muy compleja, no podía dejarme guiar tan solo por mis instintos. He marcado las grandes líneas de la macro-historia (la de la saga) y de la micro-historia (la del libro) y luego he dejado que mi imaginación me porte en sus brazos a medida que navegaba por estas. Por este motivo y en este caso, he sido un escritor de mapa, pero con una brújula en el bolsillo.
En tu libro retratas muy bien la España abandonada. Esos pueblos vacíos que se han visto olvidados debido al éxodo rural. ¿Reivindicas un poco con esto el rescate y turismo de esos pueblos para que no se pierdan? ¿Qué ventajas tiene para tus protagonistas irse a vivir a San Cipriano del Valle?
En cierto modo sí tiene ese lado reivindicativo. Evidentemente no es el objeto principal del libro, pero es cierto que he querido reflejar lo mejor que he podido esa España vacía que tanto me gusta y me inspira.
Soy vallisoletano, un chico de la gran ciudad. Sin embargo, es la naturaleza salvaje, la lejanía de la civilización y la paz que todo esto aporta lo que realmente me atrae y me gusta. Es más, he sido scout y mis mejores recuerdos de ese periodo se encuentran en las montañas castellano-leonesas.
Por lo tanto, para mí era una evidencia que tenía que escoger aquel escenario para mi primera obra y ya de paso darles un poco de visibilidad a aquellas tierras, ¡que bien la necesitan!
En cuanto a las ventajas de vivir en San Cipriano, creo que son enormes. Para sus habitantes son las de estar rodeados por una naturaleza que crece sin límites. Es un remanso de paz y tranquilidad para los mayores, en contraste con acelerada vida que llevamos hoy en día, y un gigantesco campo de juego para los más pequeños.
Para mí, como escritor, me da un marco de trabajo de una gran belleza (es importante que me guste) y lo bastante aislado como para justificar la existencia de ciertos secretos que han permanecido bien ocultos hasta nuestros días. Es igualmente un escenario en el que, suceda lo que suceda, es muy difícil que trascienda más allá de su pequeña comunidad.
En este sentido, tanto San Cipriano del Valle como Vegatejedo son lugares de ficción. ¿Por qué quisiste ubicar tu historia en pueblos fruto de tu imaginación?
Es más sencillo: no tengo los límites que la realidad nos impone. Puedo hablar de sus gentes sin que nadie se sienta ofendido por una razón o por otra. Puedo inventarme su fantástico pasado. Puedo darle la arquitectura que yo quiera (de hecho, el pueblo que he tomado como inspiración se encuentra en Francia y no en España).
En resumen, con un lugar ficticio puedo dejar que mi imaginación me transporte tan lejos como yo lo desee sin encontrar barreras.
Tu novela podría encuadrarse en la alta fantasía o la fantasía épica, caracterizada por la lucha entre el bien y el mal, la existencia de razas distintas al ser humano —duendes, brujos, demonios, etc.— y donde normalmente se ha de cumplir una profecía. ¿Qué otras características existen en este primer volumen de Válorix?
Una de las características que yo destacaría con más énfasis es que esos seres fantásticos de los que hablas han sido extraídos de las leyendas populares del norte de España. Son unas regiones muy ricas en mitos y cuentos. Así que no son las típicas criaturas que podrías encontrar en una historia de fantasía como las que tenemos la costumbre de leer, fuertemente influenciadas por la cultura germana y anglosajona.
No obstante, la influencia que J. R. R. Tolkien y su obra han ejercido en mí, yo creo que es innegable. Y en ese aspecto, otra cosa que podría resaltar de mi novela es por la cuidada mitología y el lenguaje que he creado para ella. Esto es algo en lo que el autor inglés destacó especialmente y que a mí me gusta mucho.
Y por último, el tercer aspecto que remarcaría es la intriga: es una historia de aventuras llena de sorpresas y enigmas que se van desvelando poco a poco a medida que el lector avanza.
Relacionado con la pregunta anterior, ¿puedes contarles a los lectores qué es Válorix y por qué te animaste a titular con ese nombre la saga?
Válorix es un lugar. Una pequeña ciudad secreta en la que personas con poderes han podido ejercer su magia sin ser molestados por la gran mayoría que no solo no les poseen, sino que además las temen y las persiguen.
Este lugar será el escenario central o clave en torno al cual se moverá toda la trama de la saga. Por eso esta lleva su nombre.
En El libro del búho rescatas la mitología del norte peninsular con seres cuyos nombres pueden resultarnos desconocidos como la xana o el trasgo, aunque también mencionas leyendas griegas o galesas, por ejemplo. ¿Crees que conocemos mejor el folclore de otros países que el nuestro propio? ¿Por qué has querido recuperar esta parte de nuestra cultura?
No me cabe duda que en nuestro país, el folclore ajeno es más conocido que el propio. Bien sea porque es lo que nos han enseñado en el colegio o la universidad, bien porque los países anglo-sajones nos invaden de forma regular con el suyo y el griego principalmente.
No hay más que ver algunas de las últimas películas con trasfondo mitológico: Las sagas de El Señor de los Anillos y El Hobbit hunden sus raíces directamente del mundo germánico. Harry Potter del británico. Percy Jackson, la Furia de Titanes o cualquier película de Hércules de la griega.
En cambio, cuando buscamos referentes propios en nuestro cine y literatura cuesta encontrarlos. Los hay, por supuesto, como El bosque animado de Wenceslao Fernández o la película O Apóstolo de Fernando Cortizo. Pero son escasos aún y en muchos casos pocos conocidos.
Y no hay razón para que esto sea así. Nuestra mitología bebe de las mismas fuentes indoeuropeas que la germana, la celta o la griega y puede llegar a ser tan rica como éstas si se la conoce bien.
De modo que he sacado ese lado mío un poco reivindicativo para reclamar el hueco en la literatura fantástica que nos corresponde y para que nuestros compatriotas conozcan otro aspecto de su propia cultura poco o mal conocido.
Es notable la forma en que cuentas la historia mediante dos tramas paralelas: aquella que sucede en el siglo XV durante el reinado de los Reyes Católicos y la persecución de la Inquisición bajo el mando de Torquemada y la época actual, cuyos protagonistas principales son cuatro niños: Juan, Laura, Carlos y Andrea. ¿Cómo ha sido dar voz a personajes infantiles sin caer en la infravaloración de su discurso? ¿Qué aspectos destacarías de cada uno de ellos?
Dar voz a cuatro niños ha sido muy difícil. Mucho más de lo que imaginé al principio. Sobre todo porque por un lado son solo niños, pero por otro deben tener el papel principal en una historia de misterio y aventuras guardando las limitaciones propias de su edad.
Para poder lograrlo he tenido que echar mano de la teoría del viaje del héroe del mitólogo Joseph Campbell y seguir sus pasos para darles voz de forma coherente, sin caer, como dices, en la infravaloración o incluso en la supravaloración de los personajes.
Así la ayuda de un mentor, tal y como sugiere el autor inglés, se hace imprescindible para dar los primeros pasos en la aventura. A partir de ahí, los niños van ganando protagonismo y peso en la historia de forma natural a medida que aprenden y se hacen más independientes.
Juan es el más equilibrado de los mayores. Sirve de contrapunto entre Carlos y Andrea. Es por ello que es el líder natural de la pandilla.
Andrea es una niña terriblemente inquieta e irreflexiva. Le encanta estar siempre activa y no le tiene miedo a nada. Es ella quien empuja al grupo de una etapa a otra en la aventura.
Carlos es todo lo opuesto a su amiga. Tanto física, como mentalmente. Es muy calmado, adora leer y aprender. Es por ello que es el lado intelectual del grupo y el único capaz de resolver los enigmas a los que se enfrentan. Pero además es miedoso como un perrito. Y por eso cada pequeño acto de valentía es, para él, un logro enorme.
Y por último tenemos a la pequeña Laura. Tan tímida e introvertida que pasa bastante desapercibida en este primer volumen de la saga. Pero que el lector no se inquiete, pues irá ganando protagonismo a lo largo de los libros. Le reservo un papel importante.
Tu libro transita entre la fantasía y la novela de aventuras, principalmente. ¿Qué crees que tienen de especial estos dos géneros literarios? ¿Escribiste tu novela pensando en un tipo de lector en particular o te dejaste llevar por lo que a ti te hubiera gustado leer?
Me dejé llevar por lo que a mí me gustaría leer. Soy un gran apasionado de ambos géneros.
Del género fantástico lo que me gusta es el descubrimiento. En este tipo de literatura el lector se siente como un explorador del s. XIX al descubrir las nuevas tierras, razas, criaturas, culturas y lenguas que el escritor ha creado.
Del género de aventuras lo que me gusta es meterte en el papel de investigador, deshilachar la trama poco a poco y vivir los riesgos que corren los protagonistas cómodamente sentado en tu sofá.
El título de tu libro hace referencia al búho, un ave nocturna asociada a la sabiduría y que, según las creencias, servía como puente entre el mundo terrestre y de las almas. ¿Puedes contarnos un poco qué significado tiene este animal en la historia?
Es una alegoría. El lector no encontrará en mi novela un búho, sino un libro que porta este nombre. Es muy antiguo y fue llamado así por las diferentes generaciones que lo custodiaron debido al grabado que tiene en su cubierta. Se trata de un búho que sostiene en su pico un libro abierto por la mitad en cuyas páginas aparecen una alfa y una omega. La primera y última letra del alfabeto griego.
El búho es, como ya has mencionado, un símbolo de la sabiduría. El libro que llaman del búho es, por tanto, un volumen relacionado con alguna sabiduría ancestral guardada entre sus páginas. Pero no entraré en más detalles para no desvelar nada de la trama y dejaré que el lector descubra el resto por sí mismo.
Eres un escritor que vive en Francia desde hace tiempo. ¿Te has planteado alguna vez la traducción de tus novelas para que los lectores de todo el mundo puedan adquirir tus libros?
Sí. Me encantaría hacerlo. Sobre todo al francés para que mis amigos franceses puedan leer al fin el libro del que les hablo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la traducción es cara y si la tengo que afrontar con mis propios recursos, ahora mismo no es posible. Veremos si las ventas de este primer volumen pueden cambiar eso…
Estamos llegando al final de la entrevista, Diego. Te dejamos un espacio para que le comentes lo que quieras a los lectores.
Me gustaría únicamente desearle al lector que disfrute de la aventura tanto como yo lo he hecho escribiéndola. Y no es una frase hecha. Realmente soy muy exigente con el resultado de mi trabajo. Cuando escribo busco que mi obra despierte en mí los mismos sentimientos que tengo cuando la idea primigenia aparece por primera vez a mi mente.
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