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En el ámbito de la creación literaria, de la nos ocupamos en Tregolam, suele haber un aspecto que los autores, comúnmente, desconocen pero que les preocupa en gran medida: cómo proteger legalmente los derechos de una creación artística.
En este artículo, hablaremos un poco de aspectos relacionados con los derechos de autor, derechos de explotación o incluso, el más amplio y poco conocido, los Derechos del Entretenimiento.
Si bien la utilización del término derecho de autor está acogida y es de amplia utilización, al día de hoy, y debido a la complejidad de las múltiples actividades que cubre ese aspecto jurídico, se habla de Derecho del Entretenimiento. Concepto que hace referencia a un conjunto de normas jurídicas pensadas para regular y proteger la industria del entretenimiento en su conjunto.
Nos referimos a un conjunto de normas porque implican, grosso modo, la protección de intereses tan diversos como el honor, la imagen, el diseño, la marca, la autoría o una patente.
Como queda claro, el ámbito de aplicación excede el mero hecho de los derechos de un autor sobre su obra (cualquiera sea esta) y se extiende en el ámbito del el Derecho Laboral, Derecho Penal, el Derecho Mercantil y el Derecho Civil.
Como el concepto es muy amplio, vamos a detenernos en aquellos elementos que suelen preocupar a los escritores a la hora de publicar un libro: ¿cómo proteger su obra de posibles abusos?
Esta es una de las preguntas más recurrente que nos hacen los autores a la hora no solo de publicar su libro, sino también en aquellos momentos en que sus creaciones deben ser enviadas a profesionales para someterlas, por ejemplo, a una corrección ortotipográfica, a una traducción profesional o, incluso, para una valoración editorial (informes literarios, por ejemplo).
Este es, por supuesto, un aspecto a tener muy en cuenta a la hora de contratar un servicio profesional, incluso para acciones de marketing editorial que requieren de la utilización del nombre de autor.
Como comentamos anteriormente, la vida de una obra literaria, hasta llegar a convertirse en un libro, ebook o incluso un audiolibro, es larga e involucra a muchas personas y por tanto es importante tener en cuenta los siguientes elementos:
1. Contratar los servicios de empresas que cumplan con la ley Protección de Datos y LSSICE. Si bien este concepto no garantiza la protección de tu obra, sí implica el adecuado tratamiento de tus datos personales, un aspecto que debes tener en cuenta puesto que tu nombre estará vinculado a tu obra.
2. Firmar un contrato de servicios profesionales. Dentro de lo posible, al momento de entregar tu creación a una empresa, sea editora o publicitaria, es recomendable firmar un contrato de servicios profesionales que incluya cláusulas de confidencialidad y correcto manejo de tu obra.
3. Entregas parciales. De ser posible, y en aquellos servicios donde no sea imprescindible entregar la totalidad de la obra (como por ejemplo en las cartas de presentación editorial), entregar solo una parte de la obra para que la editorial se haga una idea cabal de tu talento.
4. Inscribir tu obra en el Registro de la Propiedad Intelectual. Es sencillo y se hace de forma telemática en esta web: http://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/propiedadintelectual/mc/rpi/registro-obras/como-registrar.html
Inscribir tu obra debe ser un paso obligado para todo creador. Incluso, pese a que la obra cambia cuando se la somete, por ejemplo, a un proceso de corrección o reescritura, el autor puede realizar actualizaciones del estado de su creación.
El número de registro, que aporta el Ministerio, deberá formalizarse, posteriormente, deberá adjuntarse en la página de créditos de tu libro el día que se publique.
5. Contar con un buen Abogado Mercantil. Parece o suena extremo, pero no lo es. Contar con el asesoramiento de un buen abogado mercantil para proteger las creaciones artísticas es una labor fundamental de todo creador.
Es importante someter los contratos que se firmen o los servicios que se contraten a un abogado que conozca y controle todos los aspectos relacionados con los derechos de autor y demás.
Muchas veces, futuros conflictos se neutralizan antes de firmar un contrato o de entregar una obra a una editorial española, objetando puntos confusos, incomprensibles o abusivos. Recuerda que eres tú el creador de tu obra y un abogado en lo mercantil velará por tus derechos.
Otro de los aspectos que generan mayor temor o incertidumbre es el relacionado a la entrega de nuestras creaciones para participar en concursos literarios.
Hay que reconocer que este es un aspecto polémico, puesto que por la cantidad y variedad de los certámenes literarios no todos cumplen con el adecuado tratamiento para proteger las creaciones.
A tenor de los ejemplos y consejos antes expuestos, antes de mandar una creación artística a un concurso, se deben tener en cuenta los siguientes puntos:
1. Bases del Concurso. Leerlas todas y varias veces. No hay apuro, siempre es mejor perder algo de tiempo y arrepentirse más adelante.
La mayoría de las veces, y experiencias que hemos tenido con muchos autores de Tregolam, están vinculados con la pérdida de los derechos de autor que puede implicar participar o ganar un concurso literario.
¿Cómo? Pues muy simple: muchos certámenes incluyen en sus bases cláusulas que obligan al autor a ceder los derechos de la obra para que esta pueda ser comercializada y publicada.
A priori, esta no es una mala opción y el organizador, de alguna forma, tiene derecho de recuperar parte de lo invertido en el premio con las ventas de las obras. Este tipo de cláusulas se incluye siempre en aquellos concursos en que el organizador se compromete a publicar el manuscrito ganador.
El problema se da cuando los concursos carecen de calidad o alcance y las publicaciones son muy limitadas, sin publicidad ni promoción y se terminan reduciendo a un círculo discreto y la obra no llega a despegar. En cuyo caso tú, como autor, te quedas sin la obra y sin la posibilidad de llevarla a otra editorial.
Por ello, no siempre publicar a cualquier precio es bueno.
2. Participar en concursos de calidad. Hemos hablado en otro artículo de este tema. Si bien en Tregolam filtramos la publicación de concursos para que aparezcan sólo aquellos cuyos organizadores son responsables, es un hecho que hay muchos concursos de mala reputación cuyos fines no siempre es el ‘amor a la literatura’.
3. No participar en concursos cuyo premio es la publicación. Salvo que sea un concurso de reconocida trayectoria, no es recomendable. En la actualidad hay muchas empresas que vulneran los derechos de propiedad intelectual ofreciendo concursos cuyo premio es publicar tu obra, sin garantías, sin calidad y, en muchos casos, obligándole luego a pagar para recuperar tus derechos.
En cualquier caso, como comentamos anteriormente, siempre es recomendable enviar las bases de un concurso que nos interesa a un abogado mercantil para que nos asesore en los riesgos que asumimos al participar.
Como hemos visto, los aspectos relacionados con los derechos de autor, en cualquier tipo de creación artística, son complejos y merecen ser estudiados detenidamente conforme cada caso en particular.
En definitiva, esa complejidad y diversidad hace necesario que los autores de contenidos que se muevan dentro del marco de la industria del entretenimiento, hacen fundamental y necesaria la asistencia de un abogado mercantil especializado en temas de propiedad intelectual.
No siempre la buena voluntad es suficiente para dejar en manos de terceros temas tan importantes como los derechos que los autores y creadores tenemos sobre nuestras propias obras.
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Muy buen post compañeros, gracias por compartir este tipo de información. Parece que no, pero para algunos realmente es de gran ayuda. ¡Seguid así!
En realidad, un autor no pierde sus derechos de autor sobre una obra porque ceda a una editorial los derechos de explotación. La obra siempre será suya y así debe aparecer en la publicación, pero sí es cierto que hay ciertos certámenes literarios que no tienen mucho alcance y tu obra queda «atrapada»durante X número de años. Es tuya pero no puedes hacer nada con ella, ¡qué dilema! Aunque eso también pasa con editoriales grandes: firmas un contrato con una vigencia de ¿5, 8 años? Y después el libro físico en menos de un año ya ha desaparecido de las librerías y está a punto de entrar en liquidación.
¡Ay, el mundo editorial! Cuantos quebraderos de cabeza provoca.
¡Muchas gracias por vuestro trabajo!
Hola, lei por ahí que algunas bases determinan que aunque la obra enviada no gane el concurso, igual la entidad se queda con los derechos y por ende el autor no puede editarla por su cuenta. ¿Eso es cierto? No se que hacer, porque participé en muchos concursos y ya no recuerdo cuales, y no se si puedo editar por mi cuenta las obras que envié aún si no gané.
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