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Si no estás metido en el mundo académico, seguramente nunca has oído hablar de esos infernales útiles sistemas de citación que deben usarse por obligación a la hora de elaborar una disertación. Un sistema de citación son una serie de normas que se establecen para vertebrar la información que se ha consultado (y utilizado) en un texto académico, a fin de evitar el plagio y propiciar un uso ético de las fuentes.
Es decir, su finalidad es fomentar el buen uso de la documentación y estructurar los trabajos académicos en base a fuentes fiables y comprobables por cualquiera. Nunca, jamás de los jamases encontrarás un texto académico serio sin un apartado con bibliografía, y si lo haces no te fíes mucho de lo que ponga en él.
En Tregolam, puesto que además de a la corrección ortotipográfica y de estilo también nos dedicamos a la corrección de bibliografías, vamos a darte las claves para que aprendas a elaborarlas correctamente. De hecho, vamos a hablar también de por qué es tan importante saber manejarse con soltura en este asunto cuando te enfrentas a la redacción de un texto académico.
Ahí va, la primera en la frente: ¿pero que hay más de uno? El de la Modern Language Association (MLA), el que desarrolló la American Psychological Association (el formato APA), el del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE), etcétera. Hay unos cuantos, es verdad, ¿y quieres saber cuál es el que deberías usar tú? Bueno, los sistemas de citación suelen ser generalistas, es decir, será algo habitual que puedas aplicar uno u otro independientemente del ámbito académico en el que te muevas.
Sin embargo, es verdad que poco a poco se han ido “adjudicando” en función de la rama que se estudie. Si le echáis un vistazo a la página web de la biblioteca de la Universidad Autónoma de Madrid, encontraréis un exhaustivo resumen de cuáles son todos los sistemas que existen y qué el corrector ortográfico suelen usar cada una.
Pero desde aquí os confiamos un secreto: en realidad, la validez de una bibliografía siempre residirá en la lógica que esta mantenga. Es decir, puede que no sigas las normas APA al pie de la letra por cualquier motivo, pero lo importante es que tu forma de citar guarde sentido a lo largo de todo el documento. Vamos, que cuando uno se encuentra con el manual de citación de una u otra universidad y ve que no se asemejan cien por cien al purismo del MLA, por ejemplo, siempre podrá prevalecer el sentido común. Lo importante es que dispongáis la información de forma clara para favorecer la rigurosidad y fiabilidad académicas.
Aquí os dejamos un cuadro donde se muestra en un texto en inglés cómo debe reproducirse una cita con normas APA correctamente.
Como ya os habíamos mencionado antes, el objetivo de estos sistemas es favorecer la elaboración de trabajos de investigación de calidad. Para ello, el autor debe demostrar que se ha documentado sobre el tema que ha tratado y que lo ha hecho sobre una cuna de información fiable.
¿Qué queremos decir con esto? Un sistema de citación, desde su misma concepción, está enfocado a obligar a los investigadores a consultar fuentes de rigor científico. Libros respaldados por un sello editorial, artículos publicados por departamentos universitarios o por revistas académicas, etcétera. Citar correctamente las fuentes siempre le dará valor a nuestro trabajo, pues no solo servirá para construir una rica y nueva fuente de referencias fiables, sino que le dará credibilidad a nuestras hipótesis.
Otro de los motivos por los que es importante referenciar bien es evitar el plagio. No quedan lejos esos días en los que al rector de la Universidad Rey Juan Carlos se le echaron todos encima por plagiar el trabajo de un exdecano de la UB, y a una alumna de la Complutense, y a… en fin, caso paradigmático donde los haya de la mala praxis de un investigador.
A todo esto hay que sumarle un pequeño detalle más: no todo vale, amigo. Como veníamos diciendo antes, un libro bien editado (a poder ser de autores reconocidos) o un artículo académico siempre serán joyas que deslumbren en tu bibliografía, pero ¿qué es eso de citar Wikipedia? ¿Y blogs personales? Puedes pensar que menganito tiene mucha razón sobre tal o cual tema en su entrada digital del blog del veintitrés de abril, pero el hecho de que esa información esté ahí sin haber pasado antes por un comité científico y editorial hace que sus teorías te resulten completamente inútiles para tu trabajo.
Cuando elaboramos una bibliografía, también tenemos que tener en cuenta de qué forma vamos a disponer esa información a lo largo de nuestro trabajo. Es decir, los sistemas de citación también atañen a la forma que tenemos de indicar dentro del texto qué hemos extraído de esas fuentes. Son las denominadas citas in text (o dentro del texto), que suelen incluir apellido del autor, fecha de publicación del documento y página exacta de la cita (en caso de que esta sea literal).
¿Por qué es importante que estas referencias estén perfectamente hechas? Porque ellas llevarán al lector a la bibliografía del trabajo, donde encontrará todos los datos con mayor detalle, en caso de que quiera recurrir también alguna de las fuentes que has usado.
Por otro lado, la bibliografía, como ya habrás deducido, es ese apartado al final del documento donde se recogen en orden alfabético todas las fuentes utilizadas para la elaboración del mismo. Su objetivo, además de cimentar las hipótesis que hayas expuesto, servirá para facilitarte el trabajo de consulta a los lectores del artículo.
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