Si ya te has decidido a publicar un libro o estás a punto de hacerlo, quizá te estés planteando traducirlo. Cuando salimos de nuestra lengua materna, el mundo se expande delante de nosotros y, por ende, delante de nuestra atesorada creación. Sin embargo, antes de dar el paso hacia nuevos horizontes, es necesario reflexionar sobre varios aspectos. A priori, parece que traducir un libro tiene muchas ventajas.
Nos permite alcanzar otros mercados, ampliar nuestro público y, con esto, aumentar los beneficios, etc. Pero debes considerar que, si cambias el idioma en el que tu texto está escrito, también podrías estar modificando el texto en sí. Es decir, podrías comprometer tu propia intencionalidad y estética. Para ayudarte en una decisión tan importante, vamos a señalar en este artículo las principales ventajas e inconvenientes de la traducción de un libro.
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Como hemos apuntado en el párrafo anterior, traducir un libro conlleva una serie de “efectos secundarios” (digámoslo así) que no debemos pasar por alto. No obstante, otra de las cuestiones que inclinarán la balanza a favor o en contra de la traducción es tu situación profesional y económica. No es lo mismo contar con el apoyo de una editorial que no te quede de otra que ir por libre. De esta manera:
Aunque las desventajas puedan pesar bastante cuando vamos a tomar una decisión, no todo van a ser daños colaterales. Si traduces tu libro, también vas a obtener resultados muy provechosos como los siguientes.
¿Alguna vez has escuchado eso de que “todo suena mejor e inglés”? Cuando hemos traducido alguna canción o una expresión al español, por ejemplo, no nos ha sonado tan cool, ¿verdad? Con la narrativa, sucede algo parecido: algunos textos atraen más si están en inglés. En la actualidad, sigue siendo el idioma más hablado en todo el mundo, es casi como una lengua universal. Esto implica que miles y miles de obras sean traducidas y publicadas en inglés, así que la competencia aumenta. Pero debes ver mucho más allá del dato y considerar que el inglés puede introducirte en mercados que se hallan en pleno crecimiento y poseen un tremendo potencial.
Imagina que publicas el libro en tu lengua materna y consigues que la traduzcan. Tu nivel y tu prestigio como autor se dispararán. En el medio tradicional, cuando una editorial traduce la obra de un autor, es porque realmente merece la pena. Las editoriales no ceden los derechos a otra empresa de buenas a primeras. Solo se la “jugarán” por un valor en alza. Un libro traducido da buena imagen y hace que se te conozca más, que adquieras mayor presencia y… que consigas mayores beneficios, en todos los sentidos.
Uno de los mayores problemas que debe afrontar cualquier autor es la competencia. Si sales de tu lengua nativa y te introduces en otros idiomas, tendrás que “luchar” aún más por la atención del público. Sin embargo, esto no debe echarte para atrás, pues alcanzar un público mayor se traduce en ingresos mayores. Es una regla proporcional muy simple: si aumentas el volumen de lectores potenciales, también habrá más posibilidades de éxito.
Por ejemplo, quizá encuentres nuevos seguidores en aquellos que busquen libros solo para aprender, practicar o mejorar su nivel de inglés u otro idioma.
Al igual que sucede con los lectores, realizar la traducción de un libro puede abrirte las puertas de las editoriales. Imagina que un productor o una editorial internacional está aumentando su catálogo y da con tu obra. Si está traducida, la verá. Si no, salvo que estés rompiendo las listas de ventas, pasará de largo y ni se molestará. Al publicar en más de un idioma, te estarás dando la oportunidad de ser publicado por un sello editorial y, por tanto, de comenzar a ser un pececito de colores diferentes y brillantes. No desaproveches cualquier hueco o cualquier camino. Cualquier posibilidad, por pequeña que sea, puede ayudarte a cumplir tu sueño.
Además, si alguien te ha traducido, otras editoriales se fijarán en ti. Se preguntará qué tienes de especial para que tu libro haya llegado a un mercado diferente al de origen y se pondrán en contacto contigo. Podrían estar interesados en traducir otro de tus libros o publicarte el próximo.
Usaremos la lógica una vez más: te resultará más sencillo introducirte en otros mercados si tu libro está escrito en la lengua propia de ese mercado. Una vez aquí, darás con lectores esporádicos que quizá descubrieron tu libro por casualidad. Pero también podrías ganarte un considerable número de seguidores que sí estarán dispuestos a leer tus siguientes obras y que querrán conocer más de ti. Es decir, comenzarás a hacerte visible y a tener tu público. Por supuesto, todos queremos triunfar en nuestra casa, en nuestra tierra, pero jamás debemos ponernos barreras. Escritores, cantantes, actores, directores de cine, fotógrafos… Infinidad de artistas han alcanzado un gran éxito fuera de su país.
Toca darle la vuelta a la moneda para mostrar su otra cara. ¿En qué grado la traducción de un libro puede ser una pérdida de tiempo y dinero?
Anteriormente, hemos señalado que un texto en inglés resulta especialmente atractivo cuando se trata de narrativa. Si lo tuyo es la poesía, no te recomendamos hacer una traducción, pues será difícil que otros compren tu poemario. Puedes perder más de lo que ganes, no solo en términos monetarios. Traducir cualquier texto ya es una tarea compleja de por sí, dado que requiere de una intención, de un estilo y una expresión propia. En poesía, el proceso se complica aún más por las rimas, la métrica, el ritmo, etc. No quieras hacer trizas toda la belleza de tu poesía.
Traducir a cualquier idioma resulta bastante caro, incluso pasar del español al inglés, que es la primera lengua. Por ejemplo, el precio para una novela de 70.000 palabras estaría en torno a los 2.500-3.000 € (como mínimo). Este valor varía en función de quién haga la traducción (editorial, freelance, otras empresas, etc.) y del idioma al que quieras traducir.
Y no olvides que, antes de ser traducido, tu libro debe pasar por las manos de un corrector ortotipográfico.
Cada idioma posee unas características y esquemas propios que dificultan el proceso de traducción de un libro. Un buen traductor es aquel que consigue trasladar la esencia y estilo del autor y su idioma a otra lengua, algo nada sencillo de conseguir. Traducir, por tanto, implica cambiar, modificar y salir de la literalidad. Prueba a traducir una página o un párrafo de tu libro. Incluso si eres un erudito de los idiomas, seguro que notas que algo te chirría.
Cuando cambias la lengua, también estás cambiándote a ti mismo hasta el punto de que, si la traducción no es buena, de cara al público, serás un pésimo escritor.
Especialmente cuando se trata de un texto con palabras regionales o nativas, se pierden por el camino expresiones propias y, con ello, todo el encanto. De igual modo, en un libro educativo para niños, ciertos valores y mensajes pueden malinterpretarse o transmitirse inadecuadamente.
Consejo: antes de lanzarte a traducir toda tu novela, prueba a hacerlo con algún capítulo o con la sinopsis. Esto propiciará una primera toma de contacto con el mercado internacional sin grandes pérdidas.
Existen varias vías para que un traductor profesional trabaje en un libro, pero no todas son igual de recomendadas, claro está. Ante todo, debes tener en cuenta tus necesidades. Si eres un escritor novel y los ahorros no te dan para más, será imposible invertir en una agencia de traducción. En cambio, si ya estás trabajando con una editorial, tendrás el trabajo hecho porque ellos se ocuparán de todo.
Y si eres un escritor con cierto renombre en este mundillo, encontrar un servicio de traducción de calidad no te resultará difícil.
Si estás decidido a traducir tu libro, puedes:
Ahora que ya conoces los puntos a favor y en contra de la traducción de un libro, puedes valorar realmente si te conviene o no realizarla. Piensa en el mercado al que quieres dirigirte, en tus necesidades, en lo que podrías ganar y en lo que podrías perder. Y ante todo, sea cual sea tu situación, solicita la traducción a profesionales.
Si quieres que tu obra sea entendida y tenga opciones de triunfar, deberás contar con alguien que, además de conocer las lenguas, haga todo lo posible por mantener tu estilo, esté familiarizado con el género y sepa interpretarte. Como hemos apuntado, una traducción literal no es suficiente y podría poner en juego tu imagen y prestigio.
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