Agrupados en al menos dos asociaciones, la Unión de Correctores (UNICO) y la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes (ASETRAD), el gremio de los correctores ha sido siempre identificado como un trabajo de hormiga, por lo general confinados a oscuras dependencias, noches sin dormir y mucho café.
Sin embargo, pese al ostracismo con que siempre se los ha tratado, la labor del corrector es fundamental en todo lo que rodea al mundo de la escritura e imprescindible a la hora de editar un libro. Sea cual sea, narrativa o publicitaria, técnica o comercial, siempre hay un corrector impartiendo justicia a textos que muchas veces serían ilegibles para el gran público.
Otra de las grandes cuestiones que rodea al mundo del corrector ortográfico es la precariedad laboral y la falta de constancia a la que están sometidos. Esto repercute en cuestiones fundamentales como las siguientes:
Tabla de Contenidos
El sector de los correctores, continuando con este último punto, ha sido el segmento de los trabajadores de prensa que más ha sufrido el tremendo ajuste del sector periodístico. Solo basta mirar la televisión, leer el diario o Internet para comprender que los correctores son necesarios, quizás porque las faltas y los errores abundan cada vez más como si a nadie le importara.
En ese sentido, además de la reivindicación de la profesión del corrector ortotipográfico, lo que nos interesa es echar un poco de luz a su labor y despojarlos de la típica imagen que se ha construido en torno a ellos: la de personas quisquillosas que sienten la muerte cerca cuando descubren una falta de ortografía imperdonable.
Por lo pronto, nos surge la primera pregunta:
Partiendo de estos dos grandes beneficios, reflexionemos al respecto. Una buena redacción, clara y fluida, supone la base donde se sustenta el estilo de todo libro. Una corrección literaria profesional, por ejemplo, permitirá una lectura clara y fluida, imprescindible para que el texto sea disfrutado por el lector y que garantice que sea leído en su totalidad.
Todo ello se logra mediante la reparación de sus defectos gramaticales y sintácticos (parte fundamental del trabajo de un corrector profesional), por ejemplo: la puntuación arbitraria, la alteración deliberada de la sintaxis, las faltas de concordancia, las lagunas oracionales, las ambigüedades de sentido, los fallos en la elección del léxico, el uso de vocablos innecesarios o redundantes, la mala acentuación, el uso correcto de los tiempos verbales, etc.
Por si fuera poco, habría que agregar un tercer beneficio que resulta luego del trabajo realizado por un corrector profesional: la riqueza expresiva que se obtiene del texto.
La corrección de estilo se ha convertido en uno de los servicios que más duda suscita a la hora de hablar de corrección. Por tanto, lo mejor sería preguntarnos: ¿Qué es realmente la corrección de estilo de un texto? Se trata de un proceso muy cuidadoso y detallado que nos sirve para:
Empresa de Servicios Editoriales. Agregador de #Concursos Literarios y Becas, #ServiciosEditoriales, #Noticias, #Entrevistas, #Literatura
El artículo es interesante, aunque un tanto obvio. Habría preferido la difusión de aspectos más específicos de la tarea del corrector. Por ejemplo, dinámica de la actividad, protocolos de trabajo, ejemplos de una página original y luego corregida, etc. Y lo más importante: ¿cómo se consigue una plaza de corrector?
Saludos desde Argentina.
Es necesario usar estos servicios, ya que un escritor, por muy bueno que sea no capta sus errores; otra persona, un nuevo lector, los capta inmediatamente. Sin embargo yo no puedo pagar este servicio.
TREGOLAM tratará sus datos con la finalidad de gestionar su comentario en este sitio web. Puede ejercer sus derechos de acceso, rectificación, supresión, portabilidad, limitación y oposición, como le informamos en nuestra Política de Privacidad y Aviso Legal.